El papel esencial de los veterinarios en la lucha contra la pandemia del coronavirus parece que sigue sin calar en la sociedad: los Consejos Generales de Colegios Oficiales de Enfermería, Médicos y Farmacéuticos han recibido la Gran Cruz de la Orden Civil de Sanidad por los servicios prestados en la asistencia sanitaria ante la pandemia de la COVID-19. Pero en este reconocimiento a los sanitarios por parte del Gobierno se han quedado fuera los veterinarios, que no han sido incluidos.
Entre las razones que han motivado el reconocimiento a los sanitarios se enumeran labores que los veterinarios han desarrollado durante la pandemia, como haber realizado estudios o investigaciones de notorio mérito y utilidad en el ámbito sanitario o asistencial, haber prestado servicios extraordinarios o de notoria utilidad para los intereses generales de salud de la comunidad, o dirigido o realizado actividades de prevención de enfermedad o accidentes, promoción de la salud o educación sanitaria de la población, entre otras.
“La COVID-19 ha evidenciado una vez más que los veterinarios tenemos un papel esencial en alimentación, economía y salud pública”, recordaba en su momento Luis Alberto Calvo, presidente de la Organización Colegial Veterinaria.
Más tajante todavía fue Bruno González Zorn, director de la Unidad de Resistencia de Antibióticos de la Universidad Complutense, que afirmó que “el bienestar de nuestra sociedad ha estado sobre los hombros de los veterinarios durante esta pandemia” durante la celebración del Día Mundial de la Veterinaria del pasado año.
Sin embargo, también ha habido voces críticas que han denunciado el olvido al que se ha sometido al sector veterinario a la hora de valorar su trabajo durante toda la crisis sanitaria provocada por el coronavirus. Es el caso del Consejo Andaluz de Colegios Oficiales de Veterinarios, que inició una campaña audiovisual en la que advertían de que el papel clave de los profesionales veterinarios no había sido puesto en valor ante la sociedad. La omisión de los veterinarios en la concesión de la Gran Cruz de la Orden Civil de Sanidad parece confirmar esa advertencia.