Ocho casos confirmados de fiebre Q han activado las alertas en Asturias. Las áreas sanitarias de Avilés y el Valle del Nalón se han detectado cinco y tres casos respectivamente, según anunció el Servicio de Salud del Principado, que está investigando si provienen de una fuente única de contagio.
Mario Margolles, jefe de Vigilancia Epidemiológica del Principado de Asturias, señaló la importancia de que se localice la fuente de la infección y evitar de esta forma que se produzcan nuevos contagios. No obstante, recordó también que la fiebre Q no se transmite entre humanos, y que la vía de contagio más habitual es la respiratoria, por inhalación de las esporas de la bacteria Coxiella burnetii, aunque también puede transmitirse por vía alimentaria, especialmente de leche cruda.
El jefe de Vigilancia Epidemiológica describió los síntomas de la enfermedad como “los típicos de una infección respiratoria de vías altas o de vías bajas”, con tos, fiebre o dificultad para respirar en determinadas ocasiones, cuando afecta a la parte baja de los pulmones. Recordó que pueden darse cuadros respiratorios graves, que generalmente suelen resolverse en tres o cuatro semanas con antibióticos.
Muy recientemente, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) ha publicado una guía en la que detalla el Protocolo de Vigilancia y Control de la fiebre Q, que quiere establecer acciones que permitan reducir la prevalencia de la enfermedad en el ganado, y por tanto, la reducción del riesgo de aparición de brotes en la población.
Para ello, se indican una serie de medidas con el objetivo de disminuir el riesgo en los establecimientos ganaderos y de conseguir la formación y sensibilización de los veterinarios oficiales y privados y del sector ganadero.