Los ministros de Agricultura de la Unión Europea (UE) han aprobado la implantación de un certificado que acredite que las personas que trabajan sacrificando animales tienen los conocimientos necesarios para reducir su sufrimiento, el pasado 22 de junio.
El Consejo de Agricultura ha llegado un acuerdo sobre una normativa para mejorar, en la medida de lo posible, el bienestar de los animales y reducir el dolor durante su sacrificio.
La nueva regulación prevé reglas más estrictas para los mataderos, entre ellas la designación de un experto en "bienestar animal" y por otro lado, exige que las personas que trabajan sacrificando animales tengan un "certificado especial".
Para obtener esa licencia, será necesaria una formación y la persona que trabaje en los mataderos deberá tener ciertos conocimientos sobre los dolores del animal, técnicas de aturdimiento o el buen trato al ganado. El certificado para los matarifes estará expedido por las autoridades competentes, aunque la formación pueda seguirse en distintos sitios.
La regulación prevé que se evalúe la eficacia de los métodos para aturdir a los animales y prevé que posteriormente se vigile que no están conscientes en el momento en que son sacrificados. Los fabricantes de material para aturdir deberán adjuntar instrucciones para garantizar que los animales sufren menos.
Reacciones enfrentadas
La industria cárnica española ha calificado la nueva regulación comunitaria de "intervencionista", y ha asegurado que supondrá un "incremento de costes". El secretario general de la Asociación Española de Empresas de la Carne (Asocarne), Fernando Pascual, ha señalado que el acuerdo es correcto en su mayor parte pero que va a suponer un aumento de los costes en la cadena agroalimentaria.
Por otro lado, el grupo ecologista Eurogroup for Animals se ha mostrado "decepcionado" por la nueva normativa aprobada y ha afirmado en un comunicado que los cambios realizados son "menores", aunque han saludado que cuando entre en vigor los mataderos tengan que contar con expertos formados en bienestar animal.
El grupo ecologista ha considerado que la nueva normativa "mantiene el status quo del tratamiento de miles de millones de pollos", hecho que ha calificado de "desgracia" por las prácticas de aturdimiento aplicadas a las aves.