Según se informa en una nota del gabinete de prensa de Sepor, el Simposio de Porcicultura ha centrado el debate del miércoles en la situación del porcino español frente a Salmonella. El control de esta bacteria en las granjas porcinas resulta de vital importancia para evitar tanto las alteraciones sanitarias y de bienestar animal derivadas del proceso, como su incidencia sobre la Salud Pública. La jornada ha estado moderada por el director general de Recursos Agrícolas y Ganaderos del MARM, Carlos Javier Escribano Mora.
Tal y como se comenta en el comunicado, que los alimentos que se adquieran en el mercado sean sanos y seguros es lo que más preocupa en estos momentos a los consumidores y a la propia Unión Europea. La obtención de alimentos de origen animal que cumplan estos requisitos de calidad e inocuidad depende en gran medida de la fase inicial de producción en la granja.
El profesor Lucas Domínguez Rodríguez, de la Facultad de Veterinaria de Madrid, ha explicado en su conferencia que la normativa europea está instaurando medidas muy estrictas para certificar la seguridad dentro de la cadena alimentaria, recayendo la responsabilidad sobre cada uno de sus eslabones e incluyendo el nivel de producción. Será necesario, por tanto, extremar las garantías sanitarias a fin de ofrecer al consumidor un producto seguro, comenzando por la implantación de adecuadas medidas higiénicas sanitarias en la producción primaria. Tanto los datos nacionales como los europeos, indican que la carne de porcino podría estar involucrada en la aparición de casos de toxiinfección alimentaria por Salmonella.
Domínguez ha afirmado también que el control de la infección por Salmonella en las granjas porcinas resulta de vital importancia para evitar tanto las alteraciones sanitarias y de bienestar animal derivadas del proceso, como su incidencia sobre la Salud Pública. Resulta imprescindible la concienciación de todos los sectores implicados para iniciar el proceso que nos conduzca al control en granja de estos agentes, para poderlo eliminar en toda la cadena alimentaria. De no ser así, podrían incluso aparecer restricciones al comercio internacional. Lo más importante a destacar es que ningún factor de forma aislada logrará controlar el problema. Únicamente a través del control integral de todas las posibles fuentes de infección, y de la aplicación de todas las herramientas disponibles para su control, en todos los eslabones de la cadena alimentaria, se conseguirá controlar la presencia de esta bacteria en los alimentos.