Europa no alcanza ningún acuerdo sobre la carne clonada

Graves acusaciones entre las partes

La semana pasada se rompieron las negociaciones sobre la venta de productos de animales clonados en la Unión Europea, agotándose además el plazo dado por la Comisión. Las regulaciones existentes que datan de 1997 siguen, por tanto, en vigencia. Aunque se necesita autorización para comercializar alimentos de animales clonados, el uso de su progenie, así como de nanomateriales en alimentos seguirá sin estar regulado – lo que significa que la carne de descendientes de animales clonados puede venderse sin estar marcado en la etiqueta. El Parlamento Europeo había pedido prohibir la venta de carne y productos cárnicos de descendientes de animales clonados, al igual que de los clones. El Consejo de la Unión Europea, que representa a los Estados miembro, y la Comisión Europea insistieron en limitar la prohibición a los clones en sí mismos. Tres años de negociaciones, éstas terminaron la semana pasada sin llegar a ningún acuerdo tras una reunión de muchas horas en Bruselas, con cada una de las partes culpando a la otra.

Al principio, parecía alcanzable un compromiso sobre el etiquetado. El Consejo ofreció un paquete de ocho puntos, incluyendo el seguimiento y etiquetado de carne de vacuno clonado en los próximos seis meses y el etiquetado del resto de alimentos de las camadas de los clones en dos años, si un estudio de fiabilidad dirigido por la Comisión fuera positivo. Así mismo, ofrecieron elaborar una legislación separada para la clonación en 2013. Pero esto no satisfizo al Parlamento, cuyos miembros hicieron una declaración en la que decían que “el compromiso para etiquetar todos los productos alimenticios de progenie clonada es el mínimo. Es muy frustrante que el Consejo no escuche a la opinión pública y tome medidas necesarias urgentes para proteger los intereses del consumidor y del bienestar animal. Las medidas relativas a la clonación de la progenie son absolutamente críticas porque los clones son viables comercialmente sólo para reproducción, no directamente para producción de alimentos. Ningún productor gastaría 100.000 euros en un toro clonado, sólo para transformarlo en hamburguesas”.

Una encuesta del Eurobarómetro en 2008 entre 25.000 ciudadanos encontró que el 58% de los encuestados consideraban que la clonación para alimentación está injustificada, el 83%, que los alimentos de clones deberían estar perfectamente etiquetados si se ponen a la venta, y el 63%, que es improbable que comprasen tal comida. Aunque se supone que la Comisión media entre el Consejo y el Parlamento, se advierte que la posición del Parlamento puede abrir una guerra de marcas. El Consejo, por su parte, acusa al Parlamento del colapso en las negociaciones y de agotar cualquier posibilidad de alcanzar una solución sobre alimentos de animales clonados y condenan la incapacidad del Parlamento Europeo para comprometerse con su petición de etiquetado obligatorio de alimentos derivados de descendientes de animales clonados, sin tener en cuenta las implicaciones prácticas y técnicas. Los miembros del Parlamento Europeo rechazaron el argumento de la Comisión sobre que los descendientes de clones son científicamente indistinguibles de los animales reproducidos de forma tradicional.

La Agencia de Seguridad Alimentaria Europea (EFSA) dijo el año pasado que no hay estudios suficientes para evaluar los riesgos de los alimentos procedentes de animales clonados. Aunque muchos animales clonados tienen graves problemas de salud, no hay signo de que haya diferencias entre la carne y la leche de los animales clonados y de su descendencia y de los productos de animales criados de forma convencional.