Salmonella constituye el mayor riesgo microbiológico en alimentación animal. Esta bacteria es capaz de sobrevivir durante largos periodos en una gran variedad de sustratos: la gran variedad de fuentes que pueden contaminar el pienso con el microorganismo y la gran cantidad de alimento animal que se fabrica hace que se complique mucho la posibilidad de contar con métodos precisos que permitan evaluar los niveles de contaminación del pienso con salmonelas. Un estudio* llevado a cabo en el Department of Poultry Science de la Universidad de Arkansas (Estados Unidos) revisa las medidas que se deben tomar para eliminar la contaminación del alimento animal por salmonelas.
Los protocolos de control de esta bacteria deben dirigirse a tres objetivos al mismo tiempo. En primer lugar, evitar la entrada del microorganismo en la fábrica de pienso, lo que incluye medidas de limpieza y bioseguridad para personas y equipos, reducir las infestaciones por plagas como roedores o pájaros y asegurarse de la total limpieza de los transportes. En segundo lugar, hay que evitar que Salmonella se multiplique en la planta de fabricación si ha conseguido penetrar nuestras medidas de bioseguridad: hay que localizar los puntos donde puede hacerlo con más facilidad y corregir las condiciones que lo favorezcan. Por último, hay que poner en marcha protocolos que eliminen la bacteria, como tratamientos térmicos y químicos.
La peletización es un tratamiento térmico eficaz para matar la bacteria, pero no asegura que el producto final no la contenga, ya que no evita las recontaminación posterior al proceso de peletización. El uso de sustancias químicas, aditivos como los ácidos orgánicos, formaldehído o sus combinaciones son muy útiles para conseguir que el pienso que sale de la fábrica esté limpio de bacterias y se mantenga así por más tiempo.
* F. T. Jones. A review of practical Salmonella control measures in animal feed. J Appl Poult Res 2011. 20:102-113. doi:10.3382/japr.2010-00281