A. Whyte [1], J. M. Fernández-Sánchez [2,3], J. Obón [4], M. del Campo [3], A. González [1], M. Hernando [1] y C. Bonastre [1]
1. Dpto. Patología Animal (Cirugía). Hospital Veterinario de la Universidad de Zaragoza (HVUZ). Email: awhyte@unizar.es
2. Servicio de Odontología y Cirugía Maxilofacial del Hospital Clínico Veterinario Complutense. Facultad
de Veterinaria. UCM. Madrid
3. Clínica Veterinaria Río Duero SLP. Móstoles. Madrid. www.cvrioduero.com
4. Odontoestomatólogo
Imágenes cedidas por los autores
El hurón (Mustela putorius furo) pertenece al orden Carnívora, y a la familia Mustelidae. Posee una dentición carnívora, con largos y curvados caninos y fuertes premolares y molares. Los dientes deciduos aparecen a los 20-28 días de edad (en algunos individuos mucho antes, incluso a los 14 días de edad) y son de 28 a 30 piezas dentarias.
Los dientes permanentes aparecen a partir de la séptima semana de edad, y los caninos superiores e inferiores (104, 204, 304 y 404 según la nomenclatura dentaria Triadan), así como el primer molar inferior (309 y 409) son los que erupcionan primero.
Alrededor del día 53 ya se puede ver el primer y único molar superior (109 y 209); le siguen el segundo, el tercero y el cuarto premolares superiores (106, 107, 108, 206, 207 y 208) y por último, el segundo y el tercer premolar inferiores (306, 307, 406 y 407); hacia el día 67 después del nacimiento ya están todos presentes. Finalmente el cuarto premolar inferior (308 y 408) y el segundo molar inferior (310 y 410) aparecen una semana después.
Fórmula dentaria del hurón |
Decidua o de leche: 2 (I 3-4/3, C1/1, P3/3, M0/0) = 28-30 dientes Permanente: 2 (I 3/3, C 1/1, P 3/3, M 1/2) = 34 dientes |
Problemas de la cavidad oral
Los problemas de la cavidad oral de los hurones son similares a los del perro y el gato, así podemos encontrarnos con:
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Figura 1. Aspecto de los dientes caninos. En la figura se aprecia el cambio de coloración del canino superior izquierdo (204). |
Alteraciones de la coloración dental
Hay dos tipos de alteraciones de la coloración dental o tinciones: intrínsecas y extrínsecas.
En las tinciones intrínsecas la sustancia que pigmenta se encuentra en el interior del diente o forma parte de la estructura interna del mismo. Pueden ser permanentes o transitorias y generalizadas, de modo que afecten a toda la dentición, o locales, afectando en este caso a un solo diente.
Las tinciones extrínsecas, en cambio, se producen por el depósito externo de sustancias que colorean el diente. Son más frecuentes en los humanos que en los animales por los hábitos de vida y tipo de alimentación (ver tabla).
En relación con los tipos de coloración visibles en los dientes, podemos encontrarnos con:
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El esmalte es el tejido más duro y mineralizado del cuerpo, y se forma a partir de los ameloblastos (células formadoras del esmalte). En los carnívoros recubre toda la corona y es más fino que en humanos. No tenemos referencia en el hurón pero en el gato su grosor es de unos 0,2 mm y en el perro, 0,5 mm y rara vez alcanza más de 1 mm (en el hombre llega a los 2,5 mm). En los carnívoros, una vez que se ha formado el esmalte, los ameloblastos desaparecen y la única forma natural de reparación que puede presentar el esmalte después de la erupción es la mineralización superficial.
Las alteraciones que afectan a la formación del esmalte (amelogénesis) pueden ser de origen genético o medioambiental, dado que el ameloblasto es una célula muy sensible a los cambios de su entorno. Los defectos pueden afectar solo a una pequeña área de la superficie del esmalte (amelogénesis parcial) o, por el contrario, a todo el espesor del mismo (amelogénesis total). De forma similar, la alteración puede ser localizada y afectar a uno o dos dientes, o generalizada y afectar a muchas piezas dentarias o incluso a toda la dentición. Los defectos pueden ser, además, simétricos o asimétricos con respecto a la línea media de dentición.
La hipoplasia del esmalte se define como un defecto en el desarrollo de los tejidos duros del diente que ocurre antes de la erupción del mismo como resultado de un trastorno en la formación del esmalte. Esta anomalía varía en gravedad y se manifiesta clínicamente de diferentes maneras, desde la formación de pequeñas manchas de color amarillo-marrón con diminutas fosas hasta darle un aspecto corroído al diente.
Caso clínico
Llegó a la consulta de odontología del HVUZ un hurón macho, raza estándar, de año y medio, debido a que los propietarios habían observado un cambio de coloración en el canino superior izquierdo.
Tras la anestesia, se procedió a la exploración de la cavidad oral y radiológica.
En la exploración oral se observó que el canino superior izquierdo (204) presentaba una coloración amarillenta (figura 1) sin apreciarse signos de traumatismo en la pieza dental. El examen radiológico intraoral (figura 2) mostró un diente con una estructura normal, en el que no se observó lesión en la cavidad pulpar, ni a nivel del ápice dental. En la figura 3 se muestra la radiografía del diente canino contralateral (104), cuyo estado era normal.
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Figura 2. Radiografía intraoral oblicua del canino superior izquierdo (204). Diente con la alteración del esmalte. |
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Figura 3. Radiografía intraoral oblicua del canino superior derecho (104). Diente con estructura esmáltica normal. |
Diagnóstico
Canino superior izquierdo (204) sin estructura adamantina (esmalte) que deja al descubierto una dentina de color amarillento, traslúcida. Se observa también un adelgazamiento de la corona dental en comparación con el canino contralateral con una atrición en la cúspide del canino. Se diagnosticó amelogénesis imperfecta.
Tratamiento
El tratamiento depende del grado de amelogénesis imperfecta. En aquellos casos en los que solo haya un cambio en la coloración debido a una hipomineralización del diente, es importante mantener la mayor higiene posible con tratamientos periodontales profesionales cuando sean necesarios y la aplicación de geles fluorados para remineralizar el esmalte.
En los casos más avanzados en los que haya hipoplasia del esmalte, será necesario hacer un pulido completo de la corona del diente afectado y una reconstrucción del mismo con composite o bien colocar y cementar una corona.
En el caso que se describe, al no presentar sensibilidad y no manifestar molestia alguna no se realizó ningún tipo de tratamiento, aunque se indicó a los propietarios que se debía controlar periódicamente el desgaste de la pieza. En último caso se podría proceder a la exodoncia de la misma.
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