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Gustavo Machicote Goth
Acreditado AVEPA en Dermatología
Clínica Veterinaria Vilanova,
Av. González Besada, 33, 36620 Villanueva de Arosa, Pontevedra
Tel.: 986 561 033
Imágenes cedidas por el autor

Las piodermas profundas con desarrollo de celulitis y forunculosis suelen ser una patología muy rebelde en aquellos individuos que padecen una predisposición debida a la combinación de varios factores como son la raza, una enfermedad subyacente o bien el ambiente que frecuentan.

Estos animales requieren de la utilización de antibióticos por largos periodos y con mucha repetición a lo largo del tiempo, por lo que es fundamental encontrar la causa subyacente para solucionarla y corregir hábitos de vida que puedan favorecer la recidiva.

Caso clínico

Se presenta en nuestra consulta un sabueso español de 4 años de edad, con un cuadro grave de forunculosis y celulitis, en el que están afectados principalmente los belfos, la zona facial del hocico y parte del cuello (figura 1). También se observa algo de afección interdigital (figura 2).

Figura 1. Forunculosis y celulitis grave en los belfos de un sabueso.

El animal se encuentra algo deprimido con adenomegalia submaxilar y una temperatura de 39 °C.

Según manifiesta el propietario en la visita, esta patología se repite en la época en la que el perro sale a cazar y en años anteriores el problema fue solventado con antibióticos y restringiendo sus salidas al monte. Este paciente no cumple los suficientes criterios de Favrot para ser catalogado como atópico.

Figura 2. Pododermatitis con forunculosis y celulitis grave en un sabueso.

Debido a la presentación del cuadro y la historia y anamnesis del animal se decide hacer una citología por compresión de una de las pústulas y se comprueba la presencia de abundantes neutrófilos degenerados, cocos y eosinófilos con macrófagos que confirman el diagnóstico de forunculosis. No se observan Demodex.

Enfoque del caso

Dada la confirmación de una pioderma profunda deberemos buscar una causa subyacente que pudiera estar facilitando estas recaídas, aunque las recidivas en época de caza indican la importancia de un factor ambiental.

Podemos resumir las causas subyacentes más frecuentes de este tipo de celulitis en:

• Demodicosis.
• Hipersensibilidades.
• Desórdenes endocrinos.
• Defectos anatómicos.
• Inmunodeficiencias idiopáticas combinadas con factores ambientales predisponentes.

Debido a la edad y la evolución, en principio no se consideran otras causas predisponentes como enfermedades autoinmunes o neoplasias.

En este caso, en que hablamos de un sabueso, podríamos presuponer con seguridad que su conformación abundante en pliegues cutáneos tanto faciales como interdigitales, sumada al hábito de recorrer montes plagados de arbustos y piedras que producen un repetido trauma, hacen que la patología se repita con más facilidad.

Tratamiento

Se prefiere iniciar un tratamiento empírico de acuerdo a la citología con amoxicilina clavulánico a 15 mg/kg/BID y también baños con champú de peróxido de benzoilo.

Se aconseja que el animal esté en un sitio confortable, que no vaya a cazar y que vuelva a revisión cada 15 días.

Pasado un mes desde el inicio del tratamiento se observa una importante mejoría con un resultado citológico mucho menos grave de acuerdo al cuadro. Se decide llevar a cabo una serología de perfiles endocrinos que descartan cualquier causa hormonal predisponente.

A los dos meses y medio de tratamiento el aspecto clínico es casi perfecto, con la presencia de alguna cicatriz (figuras 3 y 4). En este momento, la decisión como veterinarios de suspender el tratamiento es muy importante y delicada, debido a que el hacerlo antes de tiempo puede significar una recaída.

El propietario solicita un tratamiento preventivo que permita llevar al perro a cazar y se le comenta que en este caso lo ideal sería minimizar las agresiones cutáneas y aplicar tras cada día de caza un antiséptico preventivo. Se decide utilizar el ácido hipocloroso en spray aplicado principalmente entre los dedos y en los pliegues faciales dos veces a la semana tras la jornada de caza.

Figuras 3 y 4. Aspecto del perro tras dos meses de tratamiento con antibióticos.

Resultados

Gracias a la toma de conciencia del propietario del problema de esta predisposición del animal combinada con la realización de trabajos agresivos para la piel, la aplicación del ácido hipocloroso ha sido una muy buena manera de evitar recaídas frecuentes de las piodermas.

Discusión

La clínica diaria nos demuestra que ciertas razas por su conformación o por predisposición racial (como por ejemplo Pitt Bull, Bull Terrier, Bullmastiff, Bulldog Inglés, sabuesos, etc.) suelen padecer infecciones cutáneas encuadradas en el complejo celulitis-forunculosis, afectando principalmente a la piel de las zonas interdigitales, las prominencias óseas y las zonas faciales.

En muchos de estos individuos es difícil encontrar una causa subyacente más allá de su conformación o de su hábitat. Esto hace que los veterinarios nos encontremos en una situación difícil teniendo conciencia de lo poco aconsejable que es usar antibióticos con demasiada frecuencia dado el incremento de la aparición de cepas MR.

El uso reiterado de antibióticos puede favorecer la selección iatrogénica de bacterias resistentes lo que hace acuciante la necesidad del uso de antisépticos para evitarlas.

Sabemos que existen algunos antisépticos tópicos que han demostrado su eficacia como herramientas de gran utilidad y frecuente uso. En este caso podemos confirmar la utilidad de una nueva herramienta terapéutica como el ácido hipocloroso que puede controlar los sobrecrecimientos bacterianos en la zona donde se aplica sin inducir, en principio, la generación de cepas resistentes.