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Diarrea vírica bovina en Estados Unidos


Brad White trabaja en el College of Veterinary Medicine de la Kansas State University (Estados Unidos), y es el webmaster de www.bvdinfo.org un sitio de Internet dedicado exclusivamente a esta enfermedad, en el que el autor ha recopilado una ingente cantidad de información, incluidos los abstracs de numerosos artículos técnicos.

La diarrea vírica bovina (BVD) está causada por un virus inmunosupresor que afecta al vacuno de multitud de formas. La variabilidad de los síntomas hace que esta enfermedad sea difícil de identificar en un rebaño y que en muchas ocasiones lo único que apreciemos sea un descenso de la fertilidad y un incremento de la susceptibilidad a las enfermedades de los terneros.
El coste de este síndrome ha sido estimado entre 14 y 24 $ (11 y 19 euros) por vaca (Larson, Pierce et al., 2002) y hasta 88 $ (70 euros) por animal en feedlots donde haya animales persistentemente infectados (Hessman, Fulton et al., 2009).

Epidemiología del BVD
Los terneros persistentemente infectados (PI) son el único reservorio del virus de la diarrea vírica bovina (BVDV). Estos animales son el resultado de la exposición en el útero materno a un biotipo no citopático del virus antes de que se desarrolle un sistema inmune competente en el feto (antes de los 125 días de gestación) y constituyen la vía primaria para la propagación de la enfermedad a través del tiempo. Los PI diseminan cantidades de virus relativamente altas y su contacto con el resto del rebaño hace que aparezcan nuevos PI. Los rebaños en los que existen este tipo de animales tienen tasas de fertilidad inferiores a los que están libres del BVDV (Grooms, 2004).
También podemos encontrarnos con animales transitoriamente infectados (TI), pero son menos importantes en la transmisión de la enfermedad a largo plazo. Estos terneros muestran un periodo de viremia breve y sólo diseminan el virus entre los días 4 y 15 tras la infección. El nivel de viremia de los PI es mucho más alto y excretan el virus durante toda su vida a través de las secreciones corporales.

El problema en Estados Unidos

La BVD es ubicuitaria en todo el territorio estadounidense y sigue un patrón grupal de distribución en los rebaños debido a la forma en que se transmite el virus. Ocurre así debido al efecto que tiene la exposición de numerosas vacas en un estado de preñez susceptible de producir animales PI a altos niveles ambientales de virus producidos por terneros PI. De este modo, la mayoría de los rebaños no tienen animales PI, pero los rebaños en los que sí que hay circulación del virus se puede encontrar más de uno y una variedad de signos clínicos. Wittum et al., inspeccionó de forma aleatoria rebaños selectos y rebaños en los que se sospechaba la presencia de BVDV, y descubrió que había uno o más terneros positivos al virus en el 4% de los rebaños selectos y en un 19% de los sospechosos (Wittum, Grotelueschen et al., 2001).

Plan de control y erradicación
La identificación de los terneros PI es crítica para romper el ciclo de la enfermedad, pero el diagnóstico ocular no es un buen método para detectar a estos animales. Se pueden hacer serologías, aislamiento del virus del suero u otros tejidos, PCR de transcripción inversa, ELISA de captura de antígeno e inmunohistoquímica sobre biopsias de piel (Saliki y Dubovi, 2004). Estos análisis difieren en su capacidad para identificar infecciones activas o animales PI, por lo que estudiar la historia clínica del rebaño resulta importante si se quiere hacer un diagnóstico exacto.
Cuando se aborda un plan de control es muy importante tener en cuenta si se puede abordar económicamente. Además, el tipo de análisis escogido dependerá del nivel de riesgo que se suponga al rebaño. Si el nivel de prevalencia en un rebaño con animales PI es del 1%, hacer una monitorización anual cuesta sólo 0,15 $, frente a los 4,60 $ que costaría si la prevalencia es del 30% (0,12 y 3,65 euros, respectivamente) (Larson, Pierce et al., 2002). Por otra parte, la monitorización puede no ser económicamente justificable para todos nuestros clientes: incluso en rebaños selectos la identificación y eliminación de los animales PI debe ser beneficiosa desde el punto de vista económico.

Bibliografía

Grooms, D. L. (2004). "Reproductive consequences of infection with bovine viral diarrhea virus." Vet Clin North Am Food Anim Pract 20(1): 5-19.

Hessman, B. E., R. W. Fulton, et al. (2009). "Evaluation of economic effects and the health and performance of the general cattle population after exposure to cattle persistently infected with bovine viral diarrhea virus in a starter feedlot." Am J Vet Res 70(1): 73-85.

Larson, R. L., V. L. Pierce, et al. (2002). "Economic Evaluation of Beef Cowherd Screening for Cattle Persistently-infected with Bovine Viral Diarrhea Virus." The Bovine Practitioner 36(1).

Saliki, J. T. and E. J. Dubovi (2004). "Laboratory diagnosis of bovine viral diarrhea virus infections." Vet Clin North Am Food Anim Pract 20(1): 69-83.
Wittum, T. E., D. M. Grotelueschen, et al. (2001). "Persistent bovine viral diarrhoea virus infection in US beef herds." Prev Vet Med 49(1-2): 83-94.

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