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Manejo de cerdas reproductoras en sistemas de bienestar (y II)



Jordi Ventura Vinyals
Asesor independiente de porcino.
Tel.: 687 415 113.
E-mail: jordivv@inicia.es
Imágenes cedidas por el autor


En la anterior entrega del artículo se comentaron las principales implicaciones en la reproducción del cumplimiento de la ley de bienestar animal. En esta última entrega queda por revisar la recuperación de la condición corporal en grupos estáticos, la supervisión individual de los animales y otros comentarios sobre problemas locomotores y confort térmico en los grupos.

Jaulas de libre acceso
Cuando las cerdas entran a las jaulas, la puerta posterior se cierra y ninguna otra cerda puede entrar a molestarla, por lo que comerá la ración que suministra el dosificador sin ningún tipo de competencia. No es posible ajustar el dosificador individual porque no sabemos qué cerda va a entrar a esa jaula a la comida siguiente (entrada aleatoria), pero este sistema sí permite bloquear las puertas cuando tenemos a las cerdas dentro del box y eso nos da la posibilidad de: añadir pienso a las plazas donde han entrado a comer las más delgadas del grupo. Tenemos que hacer esta tarea de forma manual cuando disparamos la comida y mantener algunos días a esa cerda más delgada encerrada en la jaula y aumentar la ración de su dosificador.
Las jaulas de libre acceso evitan la competencia por el pienso y además permiten alimentar de forma diferenciada a los animales. Por el contrario, es un sistema más costoso debido sobre todo al coste del utillaje. Las jaulas de libre acceso tienen un coste de compra significativamente mayor a las jaulas estándar.

Caída de pienso al suelo
Este sistema a menudo es el de menos coste a la hora de reformar la granja, convirtiendo antiguos corrales de cebo en corrales para grupos de cerdas. Existe mucha competencia por el pienso a la hora de las comidas, por lo que tendremos que estar muy atentos a lo largo de este proceso y retirar del grupo las cerdas que se muestren: excesivamente agresivas con el resto de compañeras, demasiado sumisas y no se acercan a comer cuando cae el pienso.
Estas cerdas se mantendrán retiradas del grupo en jaulas durante toda la gestación.
De todas maneras estaremos muy atentos para poder detectar cómo evoluciona la condición de las cerdas del grupo. A menudo podemos incurrir en una sobre-alimentación de algunas cerdas para que las menos dominantes del grupo consigan comer la ración adecuada.


El sistema de caída de pienso al suelo es el
menos costoso a la hora de reformar la
granja, convirtiendo antiguos corrales de cebo
en corrales para grupos de cerdas.
Sistemas de caída lenta
La filosofía del sistema es la de mantener a cada cerda en su punto de alimentación gracias a que el dosificador deja caer el pienso de su ración de forma lenta al suelo. Separando los puntos de caída de pienso (siempre arrimados a una de las paredes del corral) con un semi-box (40 cm aproximadamente) evitamos que las cerdas abandonen su sitio. Si alguna cerda abandona su sitio para “robarle” el sitio a una compañera, esta segunda cerda encontrará vacante el sitio de la primera y acabarán por comer todas ellas una misma cantidad de pienso.
Últimamente también se han instalado estos dispositivos de forma que dejen caer el pienso repartido por todo el espacio ciego del corral. Cayendo el pienso en granulado desde una cierta altura y en diferentes puntos, al chocar los gránulos contra el suelo, se reparten más o menos uniformemente por toda la superficie sólida y se reduce en gran medida la competencia entre las cerdas. En este caso deberemos asegurarnos de que la parte sólida del corral esté siempre limpia: en climas cálidos y en épocas calurosas, a menudo las cerdas prefieren defecar en las partes ciegas del corral más que en las rejillas.
Si queremos dar suplemento a alguna cerda en particular lo haremos de forma manual cuando el sistema está alimentando, aunque puede haber robo de pienso, ya que las cerdas no quedan encerradas mientras comen.
Conviene calibrar con cierta frecuencia algunos dispositivos de caída lenta programables. El dispositivo dispensará la ración programada siempre que reciba el voltaje adecuado. Si eso no es así podemos estar sub-alimentando a los animales, y eso a veces no es fácil de detectar a corto plazo sin consecuencias para el ganado.
El coste de esta instalación es algo superior a los sistemas de caída de pienso al suelo, pero conseguimos reducir mucho la competencia por el pienso y el problema de tener que estar sacando algunos animales de los grupos.

Dispositivo de dispensación fraccionada de pienso
Dispositivo similar en su forma a una tolva auto-húmeda de alimentación de cerdos de cebo. Sólo cuando el dispositivo detecta mediante una célula fotoeléctrica que una cerda acude a comer suministra una pulsación de pienso y así, las cerdas no precisan de un chip de identificación individual. Esas pulsaciones son muy pequeñas (unos 15 g), lo que que obliga al animal a visitar repetidamente el alimentador. Además, cuando el dispositivo ha dado una pulsación de pienso, tarda cierto tiempo (30-60 segundos) en rearmarse, evitando que las cerdas dominantes permanezcan de forma continua en el alimentador.
No es un dispositivo de alimentación a voluntad pero se puede ajustar: la cantidad de pienso de cada pulsación, el número de cerdas del grupo, el promedio de kg de pienso/cerda/día que queremos dar a un grupo, las horas diarias de funcionamiento del dispositivo.
Con estos datos el dispositivo calcula automáticamente el tiempo de rearme entre dos pulsaciones.
Este sistema no permite un racionamiento individual de los animales del grupo, pero reduce la competencia por el pienso prácticamente a cero. Es el único sistema de los que hemos comentado para grupos estáticos en que las cerdas no comen todas a la vez, por lo que no detectaremos con la misma facilidad a la cerda que un día concreto, por lo que sea (enfermedad), no acude a comer. Tendremos que basar esta labor en la observación adecuada del ganado. Por el contrario, el nivel de tranquilidad entre los animales de un mismo corral es muy elevado y el coste del sistema es bajo.

Supervisión individual de los animales
Es un hecho evidente que el control individual de las incidencias que afectan a las cerdas que tenemos alojadas en jaulas es muy sencillo. Detectamos inmediatamente al animal que no come o deja parte de su ración cuando disparamos el pienso, el animal que tiene problemas para incorporarse debido a una cojera, la cerda que ha sufrido un aborto, etc.
En función del sistema que hayamos escogido de alojamiento y de alimentación en grupo, el seguimiento individual de las hembras se nos complica más o menos.


Los sistemas de caída de pienso al suelo
consiguen reducir mucho la competencia por
el pienso y el problema de tener que estar
sacando lgunos animales de los grupos.
Supervisión de la ingesta de los animales
En los sistemas en los que las cerdas acuden a comer simultáneamente tenemos la posibilidad de detectar la falta de apetito de algunos animales si revisamos los corrales cuando los animales están comiendo. El problema puede ser que el sistema dispare la alimentación de muchos corrales a la vez y no tengamos tiempo de revisarlos todos.
Si disponemos de jaulas de libre acceso ese control es muy sencillo porque podemos bloquear todas las jaulas mientras comen y no volver a abrirlas hasta que hayamos supervisado los comederos.
En el caso de la alimentación electrónica de cerdas (AEC), el ordenador nos informa en todo momento de las que no han entrado a comer o de las que no han comido toda la ración.
Si hemos instalado un dispensador fraccionado de pienso (DFP) no será fácil detectar las cerdas que no comen de un día para otro. Sólo detectaremos los casos en que, por una vacunación o un estado febril, un número importante de animales de cada grupo no hayan comido bien. Ese día veremos que el dispositivo ha dispensado significativamente menos pienso al grupo.
Para cualquiera de los sistemas escogidos, nos daremos cuenta que es imprescindible entrar a todos los corrales como rutina de trabajo, con menor o mayor frecuencia. Hacer levantar a las cerdas, observarlas bien para ver problemas, detectar cojeras o animales que no tienen “buena pinta”. En ocasiones nos va a tocar sacar alguna cerda del grupo a corrales de enfermería, igual que ahora.
¿Qué hacemos con la cama?
A pesar de la obligación de que los animales deban disponer de material manipulable (porque así lo especifica la ley) tenemos que valorar la conveniencia o no de aportar cama en la zona de descanso. La cama abundante puede tener sus ventajas, pero también inconvenientes innegables:
- coste de compra (paja, serrín, etc.),
- coste de manipulación: con más o menos frecuencia la tendremos que sacar y reponer,
- en nuestras latitudes, por mucho que pueda significar un apoyo térmico en invierno, seguro que va a pesar mucho más el hecho de que incrementa la sensación de calor de los animales en épocas de temperaturas elevadas.

Control de posibles pérdidas de gestación
El control de las cerdas que pueden perder la gestación durante su estancia en el grupo a menudo es más complicado de lo que parece. Cuando las cerdas ingresan al corral (día 28 de gestación), las tensiones jerárquicas y posibles peleas pueden provocar pérdidas embrionarias e incluso reabsorciones embrionarias (la única opción para detectarlas será ser capaces de observar el celo que mostrarán en días sucesivos).
Si lo que tenemos son pérdidas embrionarias, la poca entidad del material expulsado por la vulva dificulta su detección y además tenemos la posibilidad de que ese material se vaya al foso por la rejilla o que los animales del grupo se lo coman.
Con el paso de las semanas los embriones osifican (imposibilidad de reabsorción) y cada vez son más grandes. A cada semana que pase será más factible poder ver los fetos abortados en el corral, pero el tipo de alojamiento puede dificultar también esa observación: a mayor tamaño del grupo, en corrales donde tengamos algunas zonas con abundante cama de paja o serrín o acumulación de heces.
A menudo también es complicado identificar a la cerda del grupo que ha abortado, sobre todo en fases más tempranas de la gestación y en grupos muy numerosos.
Si no vemos esos abortos más o menos evidentes, la única herramienta para detectar las cerdas abortadas va a ser su posterior salida a celo. La consecuencia directa de un mal control de las pérdidas de gestación es un aumento en el porcentaje de hembras que entran vacías a partos. Si eso sucede se tiene que encender la luz de alarma. Por pequeño que sea ese aumento, esas cerdas aumentan los días no productivos, aumenta el intervalo entre partos de la granja y disminuye el número de partos/cerda/año.
A la hora de escoger un sistema de alojamiento en grupo, cuanto menor sea la tensión jerárquica entre los animales del grupo, menos posibilidad de pérdidas de gestación.
Pero no olvidemos que esas pérdidas pueden deberse también a un problema patológico: si hay pérdidas, conviene que sea fácil detectarlas y saber a qué cerda corresponden.
En alguno de los sistemas de alojamiento en grupo tenemos herramientas que nos facilitan esta detección. En naves con AEC, como el ordenador nos informa diariamente de la ingesta de cada cerda individual, permite detectar qué hembras han comido mal y sospechar de celos. Además, en estas naves de grupos numerosos se puede ubicar un corral con verracos. Esos corrales disponen de una “ventana” a través de la cual las cerdas pueden contactar directamente con el macho. Un detector de chips en la ventana detecta las cerdas que visitan con más frecuencia de lo habitual al verraco en un mismo día o las que le hacen visitas especialmente largas. A veces esas cerdas incluso quedan marcadas con spray.
En todos los demás sistemas la única manera de asegurarse de que todas las cerdas del grupo siguen preñadas será hacer un segundo control ecográfico a lo largo de la gestación. En el sistema en que esto es más sencillo es en las jaulas de libre acceso. Después de una comida mantenemos a las cerdas enjauladas y pasamos el ecógrafo. En todos los demás sistemas eso se complica pero, en ocasiones, nos vemos obligados a hacerlo por haber constatado un aumento de cerdas que entran vacías a partos (incluso con AEC).

Otros comentarios
Un aspecto que conviene revisar cuando tenemos las cerdas alojadas en grupos es la incidencia de problemas locomotores. El desvieje de cerda por cojeras puede aumentar asociado sobre todo a: suelos resbaladizos, % de rejilla respecto del suelo ciego y calidad de la rejilla, disposición o no de cama en el suelo ciego, incidencia de peleas en el grupo (más en grupos dinámicos que en estáticos).
Esta problemática ha llevado a explotaciones que estaban trabajando con AEC y grupos dinámicos a modificar el flujo de animales por los grupos. Aumentar el número de animales que entran y salen del grupo para poder reducir la frecuencia de esos movimientos y desestabilizar menos veces la jerarquía de cada grupo o procurar llegar a trabajar con el mismo alimentador pero con grupos estáticos.
Cuidado con el confort térmico de las cerdas en grupos. Las primeras fotos que hemos visto de cerdas en grupos han sido tomadas en países del norte de Europa, donde las temperaturas ambientales están por debajo del rango de temperatura de confort de las cerdas durante la mayor parte del año. Es normal ver ahí esos corrales con abundante cama de paja.
En muchas zonas de nuestro país en las que criamos cerdos la situación es totalmente opuesta. Las cerdas pasan mucho más calor en verano que frío en invierno. No olvidemos que en días fríos, si los animales están sueltos, van a descansar agrupados en un rincón seco y las cerdas tendrán una sensación térmica superior. El invierno es más frío cuando obligamos a las cerdas a estar siempre en jaulas separadas, sin poder huir de posibles corrientes de aire, sobre suelos totalmente enrejillados y en ocasiones sobre pavimentos mojados.
Nos va a tocar luchar más contra el calor que contra el frío. ¿Sabemos realmente lo que necesitan las cerdas cuando tienen sensación de calor?: poder echarse en decúbito lateral unas separadas de otras, poder humedecer su piel para aumentar las pérdidas de temperatura corporal por evaporación, disponer de suficientes m3 en la nave y movimiento de aire a la altura de los animales para garantizar un proceso de evaporación eficiente.
Podemos apoyar con sistemas de humidificación y movimiento de aire. Si estos sistemas los focalizamos en la parte enrejillada del corral, podemos incluso evitar que las cerdas ensucien el pavimento seco. De esta manera mejoraremos la calidad del aire de la nave evitando a la vez los suelos resbaladizos.

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