Recientemente ha publicado en la revista Albéitar un artículo en el que repasa la situación de la inseminación artificial en avicultura. ¿Podría hacernos un pequeño resumen?
Las distintas razas de gallinas autóctonas españolas tienen unas características singulares del plasma seminal, así como una mayor sensibilidad de sus espermatozoides a los procesos de almacenamiento a bajas temperaturas respecto a razas y líneas comerciales. Esto también se ha observado en razas autóctonas de otros países (como por ejemplo húngara perdiz pativerde, gallina de cuello desnudo de Transilvania). Uno de los principales problemas radica en la extrema sensibilidad de la membrana plasmática y del ADN de la célula espermática a los procesos oxidativos que acontecen durante la refrigeración y congelación.
En el marco de un contrato con la empresa ZoitechLab (Arquimea Group) hemos desarrollado un diluyente adaptado a las peculiaridades del semen de razas autóctonas (Rootex –Arquimea-) que proporciona resultados muy favorables tanto en razas nativas como en líneas comerciales. Este trabajo en Albéitar expone los resultados obtenidos tras la inseminación artificial en un estudio comparativo con otro diluyente, también de gran efectividad.
En su opinión, ¿cuál puede ser la evolución de nuestras razas autóctonas? ¿Cree que la explotación de traspatio puede ser una solución?
No es la solución. La solución de las razas autóctonas (la mayoría en peligro de extinción) pasa por revalorizar los productos derivados de dichas razas (carne, huevos, plumas para fabricar mosca artificial en anzuelos de pesca), que son criadas en el contexto del concepto de la “bioeconomía”, favoreciéndose el desarrollo rural sostenible y con las máximas garantías de bienestar animal, ya que son razas que habitualmente se crían en corrales y condiciones de free-range.
El apoyo por parte de las administraciones, mediante el fortalecimiento de las asociaciones de razas oficialmente reconocidas, para la gestión de los libros genealógicos, es crucial para la conservación y promoción de estas razas. El mantenimiento de material genético singular en la Granja Experimental del INIA El Encín, donde se realiza un programa de conservación ex situ de diferentes razas españolas desde 1975, también es clave para garantizar la diversidad genética.
¿Cómo está influyendo en su día a día y en el del entorno en que se mueves la pandemia de COVID-19?
En general se han disminuido muchísimo los trabajos de campo. Aunque algunos experimentos tuvieron que ser suspendidos, en la actualidad poco a poco empezamos a coger el tono de las actividades experimentales, pero todavía lejos de las que desarrollábamos antes de la pandemia. Este periodo ha servido para trabajar en publicaciones científicas y técnicas pendientes pero, sin duda, la producción científica se ha visto mermada y se reflejará, negativamente, en la productividad global de los próximos meses o años.