El Instituto Roslin de Edimburgo, en Escocia, ha desarrollado cultivos de tejidos tridimensionales que imitan el intestino del pollo para investigar la biología intestinal de las aves de corral.
Estos cultivos de tejidos tridimensionales están compuestos de diversos tipos de células y permitirán a los investigadores estudiar la salud y las enfermedades de las aves de corral, incluidas infecciones como la salmonelosis y la gripe aviar, además de respaldar la investigación para comprender mejor la respuesta inmune, tal y como recoge la página web Poultry World. Con este desarrollo, añaden, se quieren acelerar los estudios sobre la salud intestinal y las enfermedades que afectan a las aves en todo el mundo y reducir la cantidad de animales utilizados en la investigación.
Conocidos como enteroides, estos intestinos en miniatura son los primeros modelos que incluyen naturalmente células del sistema inmunológico, lo que permite una comprensión más completa de la respuesta del pollo a la infección. El desarrollo de organoides depende del entorno de crecimiento ideal, normalmente dentro de una cúpula de gel rica en proteínas rodeada de cultivo celular líquido complementado con factor de crecimiento. En estas condiciones, las células madre pueden seguir sus propias instrucciones genéticas para autoorganizarse y formar estructuras que se asemejan a intestinos en miniatura.
No ha sido fácil desarrollar los los enteroides de pollo, ya que no crecen bien en las condiciones típicas utilizadas para los de mamíferos. Los científicos del Instituto Roslin descubrieron que solo se desarrollarían adecuadamente cuando flotan en cultivo líquido, sin la cúpula de gel y muchos de los suplementos de cultivo típicos.
Tessa Nash, portavoz del Instituto Roslin, explicó que “los estudios sobre los sistemas gastrointestinales de las aves se han visto obstaculizados durante mucho tiempo por la falta de herramientas de cultivo celular. Pero con el desarrollo de estos nuevos miniintestinos, ahora podemos estudiar enfermedades que son importantes para la industria avícola, incluidas las infecciones zoonóticas como la Salmonella y la gripe”. El profesor Lonneke Vervelde agregó: “Los organoides de este tipo respaldarán los estudios para desarrollar nuestra comprensión de cómo el tejido intestinal en los pollos responde, por ejemplo, a enfermedades, aditivos alimentarios, nutrición y estrés por calor, ahorrando tiempo y reduciendo la cantidad de animales necesarios para este proceso”.