Uno de los alimentos más consumidos en España, el huevo, suscita curiosidad y muchas preguntas entre los consumidores. Las dudas más habituales se refieren a las condiciones de las granjas, a cómo garantizar la seguridad alimentaria, a su valor nutricional y recomendaciones de consumo. Inprovo, impulsora de la campaña “Los juegos del huevo”, tiene entre sus objetivos informar sobre el modelo de producción europeo y sobre el valor nutricional del huevo.
¿Deben lavarse lo huevos antes de guardarlos? ¿Y si están sucios? No, no es aconsejable lavar los huevos antes de consumirlos, porque al lavarlos eliminamos la película protectora que recubre la cáscara y facilitamos la entrada de microorganismos que puedan estar presentes en ella a través de los poros, contaminando el interior.
Si se encuentra un huevo sucio es posible eliminar la suciedad en seco raspando la cáscara con un cuchillo o estropajo limpio. Es posible lavar el huevo solo antes de utilizarlo y nunca para guardarlo en el frigorífico.
"No, no debemos consumir un huevo que esté roto, ya que la cáscara es la estructura que protege el interior del huevo de la contaminación externa. Una cáscara rota es una vía de entrada fácil para cualquier patógeno presente en el ambiente y, por tanto, no garantiza la inocuidad del contenido del huevo. Por eso los huevos rotos deben desecharse", explican desde Inprovo.
Hay muchas dudas en torno a los modelos de producción, y una de ellas es si la calidad del huevo es la misma en los diferentes sistemas de alojamiento. En general, los huevos de granjas de sistemas al aire libre son más caros porque los costes de producción son más elevados. Por un lado, se necesita más espacio por gallina, ya que tienen que contar con parques exteriores, la gallina necesita más alimento porque se mueve más y el manejo es más complejo y requiere más mano de obra. Esto supone un incremento de costes en los huevos de las gallinas en sistemas al aire libre.
Además, para producir huevos ecológicos hay exigencias adicionales en cuanto a los ingredientes de la alimentación de las gallinas (deben proceder de la agricultura ecológica), la gestión del estiércol, el limitado uso de tratamientos en caso de enfermedades y la certificación de los consejos reguladores.
El valor nutricional y la composición de los huevos de los distintos sistemas de producción es similar. Y todos los huevos producidos bajo el modelo europeo son seguros. El factor objetivo que determina la calidad del huevo es su frescura. Otros, como el tamaño, el color o el sistema de producción, por ejemplo, son criterios de calidad subjetiva, que permiten que cada consumidor elija el tipo de huevo que mejor responde a sus preferencias.
El huevo se considera uno de los alimentos de origen animal con mayor concentración de nutrientes y con menor impacto ambiental en su producción. Es decir, es un alimento muy sostenible, además de saludable. Primero, porque el consumo de recursos naturales es proporcionalmente bajo. Las gallinas actuales tienen una elevada productividad; hoy pueden superar los 450 huevos (unos 29 kg) en 100 semanas de vida. Y para ello necesitan consumir 2,1 kg de alimento por kg de huevos producidos (algo más en sistemas sin jaula), un consumo que es menor que la mayoría de las especies animales.
De hecho, las gallinas transfieren al huevo los nutrientes que consumen de forma muy eficiente. Además, se han desarrollado mejoras continuadas en nutrición de las aves (para aprovechar mejor los nutrientes y reducir la excreción de nitrógeno y de fósforo en las heces), en el uso de energías renovables y otras técnicas para bajar el consumo eléctrico, así como para la óptima gestión del estiércol. Todo ello ha permitido mejorar la sostenibilidad, reduciendo el consumo de recursos naturales y, al mismo tiempo, los residuos y las emisiones de gases al medio ambiente.
“Tenemos que saber que el huevo no solo es uno de los alimentos más completos nutricionalmente, sino que es uno de los más sostenibles. Además, los huevos producidos en la Unión Europea cumplen la normativa más exigente del mundo: el Modelo Europeo de Producción (MEP). Son un conjunto de normas que aplican los profesionales del sector y garantizan la seguridad alimentaria, el bienestar y la sanidad animal, la sostenibilidad de la producción y el respeto al medio ambiente”, afirma Mar Fernández, directora adjunta de Inprovo.
La Organización Interprofesional del Huevo y sus Productos, Inprovo, coordina la campaña europea "Los juegos del huevo" que, durante los años 2023, 2024 y 2025, informa sobre el modelo de producción del huevo europeo1, y su importancia en una dieta saludable por su gran valor nutricional2. La campaña se dirige a un público principalmente joven y propone actividades online basadas en el entretenimiento y el juego colectivo.
Entre el día 1 y el 13 de octubre tiene lugar el ultimo reto del año, en torno a la conmemoración del Día Mundial del Huevo (11 de octubre). El premio es un año de huevos gratis para los consumidores que más sepan sobre este alimento y cómo se produce en la Unión Europea.
También las organizaciones del sector del huevo de Francia (SNIPO) y Hungría (PPB), los dos países que participan en la campaña europea junto con Inprovo, celebran así el Día Mundial del Huevo, un alimento básico para los consumidores de todo el mundo y que en la Unión Europea, además, ofrece las máximas garantías. Toda la información sobre los retos está disponible en www.losjuegosdelhuevo.eu y en las redes sociales Instagram y TikTok.
Referencias:
1 Puede encontrar más información sobre el modelo de producción europeo en www.losjuegosdelhuevo.eu/produccion-sostenible
2 Para saber más sobre las recomendaciones de consumo de AESAN, consulte: https://www.aesan.gob.es/AECOSAN/docs/documentos/nutricion/RECOMENDACIONES_DIETETICAS.pdf