William Dozier y Kristjan Bregendahl han evaluado cómo responden los pollos de engorde al consumo de pienso suplementado con glicerina. Para llevar a cabo el estudio se utilizaron tres lotes de broilers de diferentes edades: 7-10 días, 21-24 días y 42-45 días, con el objetivo de ver cómo respondían al pienso con glicerina en estas tres fases distintas de su desarrollo.
En el experimento se evaluó el consumo de energía metabolizable (EM) para una dieta con glicerina y otra control, que no llevaba esta materia prima. Los pollitos de 7 a 10 días que consumieron la dieta con glicerina mostraron un consumo más alto de EM que los que comieron el alimento estándar. Sin embargo, la cantidad de alimento consumido, el peso corporal y la cantidad de energía excretada por heces y orina no mostraron diferencias significativas entre ambos grupos.
En el caso de los pollos entre 21 y 24 días de edad, no se registraron diferencias estadísticamente significativas entre los animales que consumieron las dos dietas ni en la cantidad de EM consumida, ni en el peso corporal, ni en la excreción de energía en heces y orina. No obstante, la cantidad de alimento ingerido y la energía bruta consumida aumentaron si aumentaba la proporción de glicerina en el pienso.
Por su parte, el lote de pollos de 42 a 45 días que consumió alimento suplementado con glicerina mostró un mayor consumo de pienso, de energía bruta y de EM.
Dozier afirma que la glicerina puede convertirse en una fuente de energía alternativa para los piensos de aves, abaratándolos.