Antonio Callejo Ramos
Dr. Ingeniero Agrónomo
Dpto. Producción Agraria
E.T.S.I. Agronómica, A. y de B. - U.P.M.
La ganadería es un elemento indispensable en nuestra sociedad. Aporta productos necesarios para la alimentación de las personas y genera trabajo y riqueza en zonas rurales. Sin embargo, la forma en que se gestione tendrá un impacto sobre su sostenibilidad. Para conseguir una ganadería que perdure en el tiempo y pueda seguir aportando valor a la sociedad, deberá hacer un uso eficiente de los recursos, además de reducir el impacto negativo sobre las personas, otros animales y el ambiente donde viven. Esto se puede conseguir integrando la actividad ganadera en cada ecosistema, colaborando con otras actividades humanas y creando una economía circular que permita seguir generando riqueza en zonas rurales.
El enfoque One Health se erige como una estrategia para alcanzar esta sostenibilidad, promoviendo sistemas de manejo que permitan no solo disminuir las interacciones negativas entre animales, personas y medioambiente, sino que incluso contribuyan a la mejora de cualquiera de estos aspectos. Los retos técnicos para conseguir este potencial son enormes y queda un largo camino por recorrer. Es necesario apostar por la sostenibilidad, pero sin olvidar que este concepto se sustenta en cuatro patas (económica, ambiental, social y ética), siendo preciso garantizar la primera de ellas para que las restantes puedan tener sentido.
Palabras clave. One Health, sostenibilidad económica, sostenibilidad ambiental, sostenibilidad social, sostenibilidad ética.
Sustainability in poultry production farms
Livestock farming is an essential element in our society. It provides products necessary to feed people and generates work and wealth in rural areas. However, the way it is managed will have an impact on its sustainability. To achieve livestock farming that lasts over time and can continue to provide value to society, you must make efficient use of resources, in addition to reducing the negative impact on people, other animals and the environment where they live. This can be achieved by integrating livestock activity into each ecosystem, collaborating with other human activities, and creating a circular economy that allows us to continue generating wealth in rural areas.
The One Health approach stands as a strategy to achieve this sustainability, promoting management systems that not only reduce negative interactions between animals, people and the environment, but also contribute to the improvement of any of these aspects. The technical challenges to achieve this potential are enormous and there is a long way to go. It is necessary to commit to sustainability, but without forgetting that this concept is based on four legs (economic, environmental, social and ethical), the first of which must be guaranteed so that the rest can make sense.
Keywords. One Health, economic sustainability, environmental sustainability, social sustainability, ethical sustainability.
El término sostenibilidad (o sustentabilidad, en América Latina) se ha popularizado en muy pocos años, siendo utilizado con profusión tanto en los medios de comunicación como en nuestras conversaciones. Podemos encontrar diversas definiciones de este concepto, todas muy parecidas. Siguiendo a Roch y col. (2022) podría decirse que la sostenibilidad es una cualidad que permite que los sistemas productivos puedan satisfacer las necesidades actuales sin comprometer las futuras en ninguno de sus ámbitos: económico, social y ambiental.
La mayoría de los que hablan de sostenibilidad están pensando, fundamentalmente, en la sostenibilidad ambiental de una actividad económica, como lo es la producción ganadera. Pero el concepto, tal y como se ha definido, va mucho más allá. La continuidad de la ganadería solo podrá ser posible si se garantiza su sostenibilidad económica. Si la actividad ganadera deja de ser rentable para las personas que viven de ella, se puede provocar su abandono y, con ello, un enorme perjuicio sobre los factores y sociales relacionados. Este desafío de ser económicamente competitivo debe conjugarse, al mismo tiempo, con ser capaz de hacer frente a los retos sociales como son la preocupación por el impacto ambiental y ético de la producción animal.
Por esta razón, cualquier modificación en los sistemas productivos (por ejemplo, cambios y exigencias legislativas) debe tener en cuenta su impacto en dicha sostenibilidad económica para que el rendimiento no se vea afectado.
En la producción de alimentos, la sostenibilidad tiene un elemento diferencial que hemos de considerar. Como sociedad debemos dar respuesta al desafío del incremento de la población mundial a lo largo del último siglo (figura 1). Tenemos el reto de suministrar alimentos en la cantidad y calidad suficiente para satisfacer las necesidades nutricionales de toda la población. Y, además, hacerlo en un contexto de cambio climático y de limitación de disponibilidad de recursos naturales.
El Acuerdo Verde, como última propuesta de la UE, apuesta por el desarrollo de una economía limpia y circular. Desde esta política se deriva la Estrategia “De la Granja a la Mesa” y la de Biodiversidad o la economía circular. Esta estrategia es un nuevo enfoque integral en la forma en que la UE, en nombre de los propios ciudadanos europeos, valoran la sostenibilidad de los alimentos, de forma que incorporan objetivos, no solo ambientales, sanitarios y sociales, sino incluso éticos en lo referente al modo en cómo se producen los alimentos. Con esta estrategia de producción de alimentos en la UE, no solo se deberán ser seguros, abundantes, nutritivos y de alta calidad, sino que deberán ser producidos también de forma sostenible (figura 2).
Sin embargo, no se dice nada de garantizar la rentabilidad de la producción a agricultores y ganaderos (de hecho, se limita el tamaño máximo de las granjas), ni de la contradicción que supone limitar el uso de fertilizantes y pesticidas con la producción abundante de alimentos.
El problema es que todo esto cuesta dinero, y mucho. Y el consumidor no parece muy dispuesto a contribuir a este mayor coste. Producimos y consumimos los alimentos que, con toda certeza, son los más seguros del mundo, pero estamos dispuestos a consumir los que proceden de otras latitudes con menos exigencias de todo tipo con tal de pagar menos. Con una huella de carbono mucho mayor (aunque solo sea por el transporte transoceánico) que los producidos aquí en nuestras granjas.
La ganadería desempeña un papel fundamental como parte del suministro de alimento y de la conservación del medio rural, además de ser un pilar económico para las familias que se dedican a ella. El futuro del sector se debe apoyar en una mejora de la rentabilidad de las granjas que, a su vez, favorezca el establecimiento y la fijación de población en el entorno rural, asegurando el relevo generacional.
El sector ganadero debe ir de la mano de soluciones innovadoras y eficaces para afrontar los retos sociales más próximos como, por ejemplo, la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y el mantenimiento de la salud y bienestar de los animales. Hablar de sostenibilidad en ganadería es complejo, ya que es un término que se apoya en tres patas: sostenibilidad económica, sostenibilidad ambiental y sostenibilidad social, y lograr una sin las demás no permitirá que las explotaciones sean sostenibles.
Aunque para abastecer las crecientes necesidades mundiales de alimentos de origen animal la ganadería ha ido evolucionando en todo el mundo, es en los países desarrollados, como el nuestro, donde se han incorporado tecnologías para mejorar la eficiencia productiva en todos los procesos y a lo largo de toda la cadena de valor. Y eso también es sostenibilidad económica y ambiental, pues obtenemos más productos empleando menos recursos.
Este artículo aparece en el número 10 (junio de 2024) de Avium. Suscríbete aquí para tener acceso completo a este y otros contenidos de la revista.