Un estudio publicado en la revista científica PLOS ONE ha revelado que las gallinas domésticas (Gallus gallus domesticus) son capaces de expresar sus emociones a través de cambios en el enrojecimiento de su piel facial y la posición de sus plumas. Esta investigación, llevada a cabo por un equipo de científicos franceses, marca un hito en la comprensión de la comunicación emocional en las aves, un campo que hasta ahora ha sido predominantemente explorado en mamíferos.
El estudio se centró en dos razas de gallinas criadas en condiciones de libre pastoreo, la Pekin Bantam y la Meusienne, observadas en diferentes situaciones que provocaban emociones de distintas intensidades y valencias, es decir, emociones positivas o negativas con niveles altos o bajos de excitación. Los investigadores filmaron a las gallinas en contextos como el descanso, la alimentación, el baño de polvo, el acicalamiento y durante pruebas específicas que incluían una recompensa y una captura. Estas situaciones variaban en cuanto a la carga emocional, desde estados de calma y satisfacción hasta el miedo intenso.
Los resultados mostraron que el color de la piel en las áreas expuestas de la cabeza, como la cresta, las barbillas, los lóbulos de las orejas y las mejillas, variaba significativamente según la emoción experimentada por las aves. En situaciones de alta excitación y valencia negativa, como el miedo durante una captura, la piel de las gallinas se volvía notablemente más roja. Este fenómeno, conocido como "sonrojo”, no se limita a los humanos, sugiriendo que podría haber una continuidad evolutiva en la expresión emocional a través del enrojecimiento facial entre especies con interacciones sociales complejas.
Por otro lado, en situaciones de baja excitación y valencia positiva, como el descanso o el acicalamiento, la piel mostraba un tono menos rojizo. Además, se observó que el erizado de las plumas de la cabeza estaba predominantemente asociado con emociones positivas y relajadas. Este erizado, que puede observarse en actividades como el acicalamiento y el baño de polvo, es un indicador de que las gallinas están en un estado emocionalmente positivo y de baja excitación.
Los investigadores subrayan que estos hallazgos no solo son un avance en la comprensión de las emociones en las aves, sino que también tienen importantes implicaciones para el bienestar animal. Al identificar el enrojecimiento facial y el erizado de plumas como indicadores fiables de los estados emocionales en las gallinas, los cuidadores y granjeros podrían mejorar significativamente las prácticas de manejo y cuidado de estas aves. Esto podría llevar a un entorno más respetuoso y adaptado a las necesidades emocionales de las gallinas, promoviendo su bienestar general.
Este estudio abre nuevas vías para explorar las emociones en aves y otros animales, resaltando la necesidad de continuar investigando cómo estos seres expresan sus estados emocionales y cómo esta comprensión puede aplicarse para mejorar su calidad de vida.