Un reciente estudio publicado en la revista Applied Animal Behaviour Science ha explorado cómo los cambios en las vocalizaciones de pollitos domésticos (Gallus gallus dom.) pueden ser indicativos de su estado emocional. Este trabajo, realizado con pollitos de la raza Legbar, proporciona datos clave sobre la relación entre parámetros acústicos y la emoción en aves, un tema poco estudiado hasta ahora.
El objetivo principal de esta investigación fue analizar cómo las vocalizaciones de los pollitos se modifican en respuesta a diferentes niveles de excitación emocional, usando un paradigma validado para inducir estados emocionales negativos: ansiedad y depresión. Durante este experimento, los pollitos, de entre 4 y 7 días de edad, fueron sometidos a un periodo de aislamiento social de 30 minutos. Esta situación está diseñada para provocar inicialmente un estado de alta excitación emocional asociado a la ansiedad, seguido de un periodo de baja excitación vinculado a la depresión.
Los investigadores compararon dos condiciones: aislamiento total (n=18) y aislamiento con la presencia de un espejo (n=16). La inclusión del espejo se sabe que mitiga los indicadores negativos tanto conductuales como fisiológicos del aislamiento.
Los resultados mostraron diferencias claras en los parámetros acústicos de las vocalizaciones según el nivel de excitación emocional de los pollitos:
Los patrones identificados en pollitos coinciden con hallazgos previos en mamíferos, donde los estados emocionales negativos alteran consistentemente las características acústicas de las vocalizaciones. Esto sugiere que estos cambios pueden ser comunes en diversas especies, abriendo la posibilidad de investigar mecanismos similares en reptiles como tortugas, cocodrilos y geckos.
Este estudio no solo amplía el conocimiento sobre la comunicación emocional en aves, sino que también apunta hacia aplicaciones prácticas. Por ejemplo, estas variaciones acústicas podrían utilizarse para desarrollar sistemas automáticos que detecten cambios emocionales en animales cautivos, mejorando así su manejo y bienestar.
El trabajo representa un paso significativo en la comprensión de cómo las vocalizaciones reflejan estados emocionales en pollitos domésticos, y sienta las bases para futuras investigaciones en otras especies y contextos.