Los residuos de las aves de corral, una combinación de los restos de la cama y los excrementos, tienen un gran poder fertilizante.
Los científicos del Servicios de Investigación Agraria estadounidense (ARS, por sus siglas en inglés) han estudiado los remanentes de pollos usados como fertilizantes en el suelo y pudieron comprobar que es 14 €/ton mayor de lo que se creía. Los resultados fueron obtenidos al comparar los mayores rendimientos, utilizando la basura como acondicionador del suelo, en relación con el rendimiento obtenido usando fertilizantes sintéticos. Por ello los expertos concluyeron que los remanentes de las aves de corral valen 63 €/ton, contra los 50 €/ton usando el método tradicional.
En Mississippi, (Estados Unidos), varios productores han utilizado las deyecciones de pollos obteniendo un 12% más de rendimiento, en comparación a cuando utilizaban los fertilizantes inorgánicos.