El herpesvirus-1 equino (EHV-1) puede afectar a todo el sector equino en la Unión Europea, y el gran brote informado en 2021 en España llamó la atención sobre las necesidades de la Comisión Europea de asesoramiento científico para la evaluación de la infección por EHV-1 dentro del marco de la Ley de Sanidad Animal.
El EHV‐1 se considera endémico en la UE; su principal riesgo está ligado a su capacidad de producir infecciones latentes de por vida. El EHV-1 puede reactivarse produciendo enfermedad clínica, que puede incluir formas neurológicas respiratorias, abortivas y posiblemente fatales.
Desde el punto de vista epidemiológico y genómico, no existen cepas neuropatógenas específicas de EHV-1; los signos respiratorios, reproductivos y neurológicos no son específicos de la cepa. Este fue también el caso del virus que provocó el brote en Valencia en 2021, que estaba genéticamente muy relacionado con otros virus que circulaban antes en Europa, y no presentaba el denominado genotipo neuropatogénico.
Al brote notificado en Valencia le siguió una amplia expansión geográfica del virus, posiblemente debido a un retraso en el diagnóstico y aplicación tardía de las medidas de bioseguridad.
La prueba diagnóstica recomendada y más sensible para detectar el EHV-1 es la PCR realizada en hisopos recogidos según el tipo de signos clínicos. Los ensayos serológicos en muestras de sangre pareadas pueden ayudar a detectar una infección reciente, mientras que no hay métodos de diagnóstico disponibles para detectar infecciones latentes por EHV-1.
Los movimientos seguros de los caballos se pueden garantizar en la fase previa al traslado mediante la realización de pruebas y la emisión de certificados sanitarios, y mediante el aislamiento de los animales a su llegada a las nuevas instalaciones con un control sanitario periódico.
En caso de sospecha, se deben prohibir los movimientos y se debe detectar/confirmar la infección por EHV‐1 de manera temprana mediante herramientas de diagnóstico validadas. Durante los brotes, no se deben permitir movimientos hasta 21 días después de la detección del último caso.
En general, se debe promover la vacunación contra el EHV-1, aunque ofrece una protección limitada contra la forma neurológica de la enfermedad.