Según informa el Heraldo, los hechos se remontan a finales del mes de septiembre, cuando los controles realizados por la Guardia Civil en el aeropuerto dieron como resultado el hallazgo de 50 kilos de alimentos que no reunían las normas sanitarias y que podrían haber sido introducidos en la cadena alimentaria en establecimientos comerciales.
Dichos productos fueron hallados durante la inspección de los equipajes, tanto de mano como facturados, de pasajeros que viajaban en vuelos comerciales procedentes de Bucarest y Cluj Napoca (Rumanía). Según señala la Guardia Civil, los alimentos carecían de etiquetado y envasado, además de no reunir ninguna norma sanitaria, siendo imposible determinar la trazabilidad de los mismos, su origen, el tipo de carne, el lote de fabricación o la empresa en la que fueron manipulados, tal y como establece la normativa europea relativa a las menciones o marcas que permiten identificar el lote al que pertenece un producto alimenticio.
La Guardia Civil sospecha que la mayoría de los alimentos, derivados del porcino, podrían haberse introducido en la cadena alimentaria a través de su venta en establecimientos comerciales, ya que la cantidad transportada por cada pasajero era superior a lo que cabría esperar dentro de un consumo personal.
En consecuencia, los alimentos encontrados fueron intervenidos y posteriormente destruidos al no reunir las condiciones higiénico-sanitarias pertinentes.
Tal y como publicamos hace una semanas en Portal Veterinaria, Rumanía es el país europeo que más brotes de peste porcina africana (PPA) ha reportado a la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE).