Hasta el momento no existía una lista global que enumerase los medicamentos esenciales para el ganado y animales de producción. Así como la Asociación Mundial de Veterinarios de Pequeños Animales (WSAVA) había elaborado una la lista de medicamentos veterinarios esenciales para perros y gatos, en el contexto de la producción animal no existía un documento análogo.
Ahora, la Asociación Mundial Veterinaria (WVA), junto con la organización mundial dedicada al bienestar animal Brooke, van a ponerse en marcha para elaborar ese documento, en una labor de colaboración que supondrá consultar con una amplia variedad de partes interesadas en los sistemas veterinarios para comprender las brechas y necesidades actuales de la salud de los animales de producción.
El objetivo final que se persigue con la elaboración de este documento es favorecer que tanto los animales de producción como de trabajo puedan tener tratamientos mejores, más oportunos y estandarizados, y ayudar a prevenir futuras pandemias de enfermedades zoonóticas como la COVID-19.
La lista contendrá medicamentos básicos y vacunas, seleccionados por su relevancia, eficacia y rentabilidad, que deberían estar disponibles en todos los países para todos los veterinarios.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que alrededor de dos mil millones de personas no tienen acceso a medicamentos esenciales y se cree que el problema es aún peor en el caso de los animales. El objetivo de la WVA y Brooke es evitar que los veterinarios posean los conocimientos y las habilidades, pero no los medicamentos para luchar contra las enfermedades y el dolor.
En 1977 la OMS creó la primera lista de medicamentos esenciales para humanos, que se actualiza cada dos años para reflejar los últimos conocimientos y avances en la industria.
El enfoque One Health ha puesto de manifiesto que la salud humana está estrechamente relacionada con la de los animales. Los productos animales forman una parte crucial de miles de millones de la dieta y los medios de vida de las personas y los veterinarios son responsables de garantizar que esos productos sean seguros. En los países de ingresos bajos y medianos, en particular, las personas viven y trabajan tan cerca de los animales que los patógenos pueden viajar fácilmente de una especie a otra, como lo ilustran las pandemias de enfermedades zoonóticas como la COVID-19, la influenza aviar o el SARS.
Es sabido que hasta el 75 % de las enfermedades emergentes y hasta el 60 % de las enfermedades infecciosas humanas son de origen animal. Por ello, la prevención de enfermedades animales mediante la vacunación y la atención sanitaria de calidad es fundamental para la salud humana.
La presidenta de la WVA, Patricia Turner, explicó que aunque este proyecto es muy importante en estos momentos llevaba mucho retraso. “Finalmente, las autoridades reguladoras y los gobiernos de todo el mundo tendrán orientación sobre qué medicamentos y terapias deben tener todos los profesionales veterinarios para cumplir con sus responsabilidades diarias. Así, tanto los animales como las personas disfrutarán de una mejor salud y bienestar y, en última instancia, mejorará la prosperidad de la comunidad”.
Por su parte Shereene Williams, asesora global de Salud Animal de Brooke, comentó: “En nuestro trabajo en África, Asia y América Latina trabajamos con más de 4.000 veterinarios y paraprofesionales de veterinaria, muchos de los cuales no tienen acceso a medicamentos esenciales. Solo en Etiopía descubrimos que el 100 % de los médicos no tenía acceso a analgésicos para animales y el 40 % carecía de suministros básicos como jeringas y agujas. Esta situación hace que sea imposible que los veterinarios cumplan con su deber profesional de proteger a los animales frente a las enfermedades y el dolor, y también pone en riesgo la salud humana”.