Fuentes parlamentarias y de la prensa italiana han informado de un caso de peste porcina africana (PPA) en Roma, en un jabalí hallado en la vía de circunvalación de la ciudad. Se trata de “un hecho profundamente inquietante” según la parlamentaria Maria Cristina Caretta, que ha elevado una pregunta a la Comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados de la República Italiana, y pide que se investigue cómo llegó la PPA desde los lugares donde se habían dado brotes por ahora hasta Roma.
Por su parte el senador Francesco Bruzzone, responsable nacional para la Vida Silvestre de la Liga Norte, reconoció que este caso “pone en peligro un sector industrial de gran prestigio internacional y valorado en 20 mil millones al año, tal es el tamaño de las granjas porcinas italianas”.
Bruzzone explicó que “el caso de peste porcina africana registrado en Roma, a unos 500 km del foco ligur-piamontés, que a su vez está a una infinidad de kilómetros de los países de Europa del Este de donde procede el virus, alimenta las dudas sobre la posible causa”, y añadió que “no sería el primer episodio de ecoterrorismo, como lo demuestran los pirómanos que incendian puntos distantes entre sí en las calles de nuestras ciudades”. Aun así, rebajó sus declaraciones diciendo que ”confío en que esta hipótesis no sea cierta, sino que se deba a la circunstancia de que los jabalíes, que en ningún caso deberían circular por las calles de nuestras ciudades, se alimentan directamente de cubos de basura donde podrían haber encontrado comida infectada procedente de las zonas donde se circula el virus”.
"Si la teoría del origen de la enfermedad en Europa del Este es cierta, propagada por los desechos de la producción ganadera que quedan en el medioambiente por falta de disposición y consumidos por los jabalíes”, argumenta Bruzzone, “entonces debemos preguntarnos qué importamos y que problemas de salud pública tenemos”, y señala que la alternativa es “inquietante”.
“Espero, por tanto, que el poder judicial active los procedimientos de una investigación profunda para esclarecer cabalmente el fenómeno. Teniendo en cuenta que la peste porcina implica prohibiciones de ciertas actividades humanas, deben disiparse las sospechas de que alguien puede tener interés en desencadenar estas prohibiciones”, concluyó Bruzzone.
Por su parte, Ettore Prandini, presidente de Coldiretti, la principal asociación de la agricultura italiana, afirmó que “es necesaria la responsabilidad de las instituciones para una intervención inmediata para contener la población de jabalíes que han invadido el campo y las ciudades hasta la capital con daños económicos para los criadores y riesgos para la seguridad de los ciudadanos”.