Miguel Hidalgo1, Beatriz Isabel2, Ricardo Neto3 y María Soto3
1Veterinario y Responsable de Calidad Grupo Gastronómico José María
2Departamento de Producción Animal, UCM
3KEMIN, Animal Nutrition & Health Division, EMENA
La presencia de genéticas hiperprolíficas en la producción porcina ha supuesto un reto en la gestión de los partos en todas las granjas, entre otras cosas, a la hora de garantizar el suministro y el consumo de calostro en los lechones. La producción de calostro se extiende por un breve espacio de tiempo, comienza poco antes del parto y termina 12-24 horas después de él. Dado que es la única fuente de energía para los lechones durante los primeros días de vida, aquellos lechones que no consumen suficiente calostro van a tener menor índice de supervivencia, mayor tendencia a tener diarreas, y, como consecuencia, pesos más bajos al destete.
Además del desafío que suponen ya de por sí las cerdas hiperprolíficas, las granjas que se dedican a la producción Cochinillo Marca de Garantía de Segovia tienen que trabajar con la prohibición por norma de la aplicación de hierro intramuscular en los lechones. Este hecho representa una gran desventaja para este tipo de animales, pues ven comprometida su viabilidad, su salud, su crecimiento y resultados productivos, y también su inmunidad.
Debido a su acción estimulante de la respuesta inmunitaria, tanto específica como no específica, los betaglucanos han despertado un enorme interés en la producción animal por su capacidad para reducir los efectos de la enfermedad y el estrés. Los betaglucanos lineales β-(1,3) procedentes de algas tienen una alta capacidad para modular el sistema inmunitario. Aleta™ es un producto único a base de betaglucanos β-(1,3) derivados del alga Euglena gracilis.
El objetivo de este trabajo fue mejorar la viabilidad de los lechones con marca de garantía de Segovia mediante la inclusión de un inmunomodulador en la alimentación de las madres. Para el estudio se seleccionaron 2 grupos experimentales: un grupo de cerdas “no tratadas” (GnT), con 32 cerdas, y un grupo con 37 cerdas cuya alimentación incorporó un producto con β-(1,3)-glucanos procedentes del alga Euglena gracilis, en una cantidad de 1 g/cerda/día (Aleta™). El tratamiento se administró durante las últimas 4 semanas de gestación y durante toda la lactación (28 días); este grupo se denominó “grupo tratado” (GT). Se analizaron la concentración de inmunoglobulinas del tipo IgA, el hematocrito y la hemoglobina en sangre, así como también los parámetros zootécnicos principales de ambos grupos.
La suplementación con el inmunomodulador en la alimentación materna mejoró de forma significativa el peso al nacimiento y los parámetros bioquímicos sanguíneos (P < 0,05). La mejora significativa obtenida en los valores de hematocrito, hemoglobina, IgA y peso al nacimiento muestran una posible nueva herramienta nutricional para ayudar a los lechones Marca de Garantía de Segovia en su desarrollo pre y posnatal.
Palabras clave: Cochinillo de Segovia, inmunidad, viabilidad.
La presencia de genéticas hiperprolíficas en la producción porcina ha supuesto un reto en la gestión de los partos en todas las granjas, entre otras cosas, a la hora de garantizar el suministro y el consumo de calostro en los lechones. La producción de calostro se extiende por un breve espacio de tiempo, comienza poco antes del parto y termina 12-24 horas después de él. Dado que es la única fuente de energía para los lechones durante los primeros días de vida, aquellos lechones que no consumen suficiente calostro van a tener menor índice de supervivencia, mayor tendencia a tener diarreas, y, como consecuencia, pesos más bajos al destete. Las cerdas tienen una placenta epiteliocorial, en la cual no existe paso de inmunidad de la madre al feto. Por ello, el calostro es también la fuente inicial de protección de los lechones frente a los desafíos. El consumo de calostro depende de la calidad del lechón al nacimiento y, en menor medida, de la variabilidad del peso de la camada al nacimiento. La hiperprolificidad suele llevar implícita la presencia de lechones muy pequeños en las camadas grandes, lo que va a provocar una alta variabilidad del peso al nacimiento y, como consecuencia, de forma indirecta, una alta variabilidad en la ingestión de calostro también.
Además del desafío que suponen ya de por sí las cerdas hiperprolíficas, las granjas que se dedican a la producción Cochinillo Marca de Garantía de Segovia (Pliego de condiciones MG Cochinillo de Segovia; página web del Instituto Tecnológico y Agrario de la Junta de Castilla y León) tienen que trabajar con la prohibición por norma de la aplicación de hierro intramuscular en los lechones debido a la repercusión negativa que supone sobre el aspecto de los cochinillos una vez asados. La administración de hierro parenteral es una práctica de manejo habitual en el resto de granjas porcinas (no acogidas a esta MG), porque es bien sabido que los lechones nacen con déficit de hierro en sangre y pocas reservas en sus tejidos, lo que genera en muchas ocasiones anemias ferropénicas. Además, el calostro y la leche de la cerda tampoco les suministran las cantidades necesarias de hierro (aportan un 10 % de las necesidades diarias) para conseguir unos niveles adecuados que garanticen la vitalidad necesaria para seguir mamando (Quiles y Hevia, 2003). Este hecho representa pues una gran desventaja para este tipo de lechones, ya que ven comprometida su viabilidad, su salud, su crecimiento y resultados productivos, y su inmunidad.
Debido a su acción estimulante de la respuesta inmunitaria, tanto específica como no específica, los betaglucanos han despertado un enorme interés en la producción animal por su capacidad para reducir los efectos de la enfermedad y el estrés. La eficacia de los betaglucanos como inmunomoduladores depende de su tamaño, estructura y solubilidad. Los betaglucanos lineales β-(1,3) procedentes de algas tienen una alta capacidad para modular el sistema inmunitario. AletaTM es un producto único a base de betaglucanos β-(1,3) derivados del alga Euglena gracilis. En porcino, AletaTM ha demostrado ser beneficioso en distintas situaciones de estrés, tanto en las cerdas (parto, destete, cambio de naves), como en los animales jóvenes mientras madura su sistema inmunitario. De esta forma, ayuda a reducir la morbilidad y la mortalidad en desafíos provocados por patógenos, aumentando la eficacia de la vacunación y apoyando el uso adecuado de antibióticos.
Por todo esto, se llevó a cabo una prueba con el objetivo de determinar el efecto de la incorporación, en la alimentación de las cerdas en el último tercio de gestación y durante la lactación, de una sustancia inmunomoduladora sobre los parámetros hematológicos en sangre y parámetros zootécnicos como el peso al nacimiento, que tienen relación con la viabilidad del lechón.
Se utilizaron un total de 69 cerdas distribuidas al azar en dos grupos: un grupo no tratado (GnT) y otro tratado (GT). El tratamiento fue de 1 g/cerda/día de Aleta™, premezclado desde fábrica y se suministró a las reproductoras durante las 4 últimas semanas de gestación y durante la lactación. Para el análisis laboratorial se utilizaron 60 sueros de lechones GnT y 60 sueros de lechones GT, y se determinaron la hemoglobina (Hb), el hematocrito (Hto) e inmunoglobulinas (IgA). Además, se recogieron los datos sobre el número de nacidos vivos, el peso vivo al nacimiento y los días al destete. Para el análisis estadístico, se utilizó el paquete SAS Enterprise 7.1.
Los resultados globales de la prueba se presentan en la tabla. La inclusión del inmunomodulador en la alimentación de las cerdas mejoró de forma significativa el peso vivo al nacimiento, la concentración de hemoglobina, el hematocrito y la IgA (figura).
Los resultados globales de la prueba se presentan en la tabla. La inclusión del inmunomodulador en la alimentación de las cerdas mejoró de forma significativa el peso vivo al nacimiento, la concentración de hemoglobina, el hematocrito y la IgA (figura).
Se ha demostrado que mejores valores de Hemo-globina y Hematocrito reducen las anemias ferropénicas, lo que conduce a una mayor viabilidad del lechón durante la lactación (Quiles y Hevia, 2003). El aumento en ambos valores observado en el presente experimento no afectó de forma negativa a la valoración sensorial de los cochinillos GT una vez asados. Con el tratamiento realizado en el experimento, las concentraciones de IgA se incrementaron de forma significativa en los lechones GT sobre los GnT. La diferencia entre medias fue de un +43,4 %. Un aumento de los valores de IgA conduce a una mayor viabilidad de los lechones durante la lactación, al desarrollar un sistema inmunitario más fuerte (Salmon, 2009; Bandrick, 2014). Además, con el tratamiento realizado en el experimento, el peso vivo al nacimiento se incrementó de forma significativa en los lechones GT sobre los lechones GnT. Una mejora del peso vivo al nacimiento conduce a una mayor viabilidad del lechón durante la lactación (Vázquez et al., 2019).