El pasado 16 de diciembre la Asociación Nacional de Comerciantes de Ganado Porcino (Ancoporc) celebró su XXV Congreso que además coincidió con el vigésimo quinto aniversario de su fundación. Así, en la presentación, el presidente de la asociación, Josep Llinás, hizo un resumen de la trayectoria de Ancoporc que se se constituyó formalmente el 28 de noviembre de 1997. Aquellos eran unos momentos especialmente delicados ya que el sector sufría entonces una crisis por cuestiones sanitarias, con el azote de la peste porcina. La concienciación de nuestro sector sobre la existencia de unos intereses comunes propios del comercio y con el objetivo de unir fuerzas para luchar ante un enemigo común cuajó entre las empresas de nuestro sector y condiciono el espíritu asociativo para su creación. En total fueron 32 socios fundadores, que ya entonces eligieron a Josep Llinás como presidente, cargo que sigue ostentando tras 25 años. En su presentación Llinás también tuvo unas palabras de recuerdo para aquellos socios que ya no están, como Antonio Sánchez Andújar, creador del grupo Porcisan y fundador de Ancoporc.
La primera ponencia técnica estuvo a cargo de Carlos Buxadé, catedrático de Universidad y asesor internacional, que para facilitar una completa compresión de la deriva que está tomando el tema del bienestar y el transporte, empezó con un completo análisis de la situación y de los hábitos de consumo de nuestra sociedad. "Se está produciendo un cambio en el paradigma judeo-cristiano en nuestra sociedades con la llegada de otras corrientes completamente distintas a nuestra cultura", afirmó. "Así es muy difícil adaptarse a los cambios, a las nuevas reglas, porque vienen de fuera de nuestro propio sector". Aunque el futuro es incierto y la problemática a abordar, compleja, Buxadé está convencido de que el sector será capaz de hacer frente a los retos que se avecinan.
El siguiente en intervenir fue Jesús Salas, jefe de área de porcino de la DG de Producciones y Mercados Agrarios del Ministerio de Agricultura, quién expuso en su análisis de una forma clara y notable los importantes cambios que se están produciendo en el sector (que como resultado ha dado lugar a un descenso de los censos y de las producciones en el mundo, en la UE y en España). El comercio exterior en general se ha reducido, así como el consumo. En nuestro país, a pesar del alto precio de venta del cerdo, el incremento desmesurado de los costes de producción ha provocado un desplome de los márgenes de beneficio. A ello hay que añadir el desajuste entre oferta y demanda que se ha producido por una parte por el incremento de la capacidad de matanza y por otra por la reducción del número de lechones para cebar, incrementada por la aparición de una nueva cepa de PRRS de gran patogenicidad, Rosalía.
Tras las ponencias se abrió un debate centrado en el futuro etiquetado europeo de bienestar animal con la repercusión que tendrá en el ganadero y en el consumidor final, la importancia de China en el mercado porcino nacional e internacional y las futuras tendencias normativas
que vienen desde el seno de la Comisión Europea, cada vez más restrictivas y duras.
A continuación, se entregaron diferentes galardones por el aniversario de los 25 años de Ancoporc a los socios fundadores de la Asociación y diversas entidades colaboradoras y del sector. Entre los galardonados, Antonio Sánchez Menárguez (Porcisan), Josep Bartra (Ganados Bartra), Josep Llinas (Agropecuarias Llinas), la embajada de los Países Bajos cuyo galardón fue recogido por María Luisa Saraza, Carlos Buxadé (UPM), Miguel Ángel Higuera (Anprogapor) y Alberto Herranz (Interporc y gerente de la asociación durante muchos años), quien no pudo evitar coger el micro y dar unas palabras de agradecimiento para recordar el gran trabajo realizado y al futuro recorrido de la asociación.
El cierre y clausura de la jornada la realizo Enrique Alonso, Consejero Permanente de la Sección Octava del Consejo de Estado que valoró el gran esfuerzo del sector en actualizarse y cumplir las normativas vigentes. Recalcó la importancia de seguir trabajando en pro del sector, y que este no debe rendirse, sino alzarse de manera enérgica para acoplarse a las futuras normativas que vengan en relación al bienestar animal.