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El pasado 7 de diciembre, con motivo de la 14.ª reunión de la Plataforma Europea de Bienestar Animal, se presentó por parte de la Comisión Europea el borrador del paquete de bienestar animal en el que se incluyen las normativas protección para perros y gatos y la modificación de la normativa de bienestar animal en el transporte. Miguel Ángel Higuera, director de la Asociación Nacional de Productores de Ganado Porcino (Anprogapor), es miembro experto de la Plataforma de Bienestar Animal y tuvo la oportunidad de trasladar a la Comisión las principales preocupaciones del sector ganadero europeo, en las que se ven que las normas restrictivas van a ser discriminatorias para algunos Estados miembros y tienen el poder de alterar el mercado único. En este aspecto, España puede ser uno de los perjudicados puesto que se establece limitación de las horas de viaje, lo que supone un problema tanto para los viajes internos en países grandes como para países periféricos limitando el acceso al mercado. Por otro lado, se establecen requisitos adicionales cuando se superan los 25 ºC y otros más exigentes en circunstancias de lo que denominan temperaturas extremas (más de 30 ºC).

Para los ganaderos españoles, el bienestar de los animales es una norma crucial que se comprometen a garantizar. La base en la que se basó la normativa del 2005 todavía aún es válida y además hay que sumar la mejora en las infraestructuras (mejores carreteras) y en la tecnología implementada en los camiones de transporte de ganado

Para Anprogapor  las principales preocupaciones son:

1. La imposición de un límite de 9 horas para el tiempo de transporte hasta el matadero significaría que habría ganaderos que no podrían comercializar sus animales dentro de España y la dificultad de los exportadores en el acceso a otros mercados interesantes como puede ser Portugal o Italia. A este aspecto, la normativa comunitaria forzaría al ganadero a comercializar sus animales donde pueda por distancia y no donde quiera por acuerdo de libre mercado.
2. Del mismo modo, la limitación del tiempo de viaje por carretera para fines distintos del sacrificio (21 horas) rompería las cadenas de suministro que se han construido a lo largo de los años. En el caso de porcino estaría en riesgo tanto la entrada de lechones, tan necesario en la situación actual, como la entrada de animales de genética para mejorar la cabaña, ya que lo que anteriormente se hacía en 24 horas, ahora va a necesitar un mínimo de 48 horas, con la afectación que esto supone a los animales y el riesgo sanitario inherente a tener que trabajar con puntos de parada.
3. Las temperaturas van a ser otro factor fuertemente discriminatorio para España. Se prevé que entre 25-30 ºC los viajes diurnos solo puedan ser de 9 horas en cualquier caso y a partir de los 30 ºC solo se pueden hacer viajes nocturnos (de las 21:00 a las 10:00). Además, si por la noche se superan en algún momento los 30 ºC, los viajes no podrán ser de más de 9 horas. Todo ello va a encarecer el transporte, va a forzar a que los profesionales trabajen en turnos nocturnos y los mataderos tendrán que adecuar sus instalaciones para recibir el 100 % de los animales necesarios para el procesamiento del día antes de las 10:00 h de la mañana.
4. Las nuevas normas sobre espacio libre y altura vertical mínima disminuirían el número de animales que podrían cargarse en un camión en comparación con la norma actual. El aumento de los espacios vacíos entre ellos podría provocar lesiones tras el desplazamiento del vehículo, así como problemas de seguridad vial. Además, multiplicar el número de camiones en la carretera para compensar la reducción de la carga tendría un impacto muy significativo en las emisiones de carbono y las necesidades de mano de obra.

Desde Anprogapor, juntamente con sus organizaciones en Bruselas, afirman que tendrán que trabajar para que tanto el Consejo (países miembros) como el Parlamento puedan poden coherencia a la propuesta de la Comisión. Considerando, además, que la Comisión en su estudio de impacto económico ha dictaminado que no existe un incremento de costes de producción (algo que consideran que es un tremendo error) y que el coste al consumidor aumentaría entre 2 a 14 €/kg/año, lo que consideran totalmente asumible por parte del consumidor. Anprogapor advierte que, nuevamente, este dato está a todas luces infravalorado y la repercusión en toda la cadena va a ser mucho mayor.