La peste porcina africana (PPA) ha sido confirmada esta última semana en dos regiones de Europa, amenazando a la industria porcina de Alemania e Italia. La situación ha generado gran preocupación entre las autoridades y los productores porcinos debido a la alta capacidad de propagación y las repercusiones económicas que conlleva.
En Alemania se ha visto afectado el distrito sur de Groß-Gerau, en Hesse, una zona en la que ya se había detectado el virus de la PPA el pasado mes de junio. Ahora, el Ministerio de Agricultura alemán ha confirmado la presencia del virus en dos granjas de cerdos domésticos que albergan entre 17 y 170 animales. Las autoridades han exigido a todas las empresas porcinas de la región que realicen un seguimiento diario de su ganado y reporten cualquier signo de enfermedad inmediatamente a la oficina veterinaria del distrito. Los brotes se concentran en las áreas de Knoblochsaue y Kühkopf, lo que sugiere una alta carga viral en la región. Desde mediados de junio, cuando se dio el primer caso, se habían implementado cercas eléctricas y equipos de búsqueda con drones y perros especializados para contener la propagación del virus, habiéndose encontrado 43 cadáveres de jabalíes positivos hasta la fecha.
Por otro lado, Italia ha reportado su primer caso de PPA en Toscana, específicamente en la provincia de Massa Carrara, en la frontera con Liguria. El 18 de julio, se encontró un jabalí muerto en una zona clasificada como de vigilancia máxima. La Región de Toscana, en colaboración con la USL Toscana Nord Ovest, había preparado previamente planes de vigilancia y control debido a los casos anteriores en las regiones vecinas.
Las autoridades han implementado procedimientos legales y de laboratorio para confirmar la presencia del virus y han puesto en marcha todos los mecanismos necesarios para contener su propagación, trabajando juntamente con el Ministerio de Sanidad y el Comisario extraordinario para la peste porcina.
Coldiretti, una organización agrícola italiana, ha expresado gran preocupación por las implicaciones del virus en la cadena de suministro de ganadería porcina regional, solicitando medidas preventivas como el sacrificio de animales para evitar la propagación de la infección.