Las hormonas reproductivas más frecuentemente utilizadas son gonadotropinas, progestágenos, análogos del factor liberador de las gonadotropinas (GnRH) y prostaglandinas. De forma general, se puede decir que las gonadotropinas estarían encaminadas a la estimulación del celo, los progestágenos a la sincronización del mismo, los análogos de la GnRH al control de la ovulación y las prostaglandinas a la sincronización del parto o a la mejora de los procesos de involución uterina.
La inducción precoz de la pubertad con gonadotropinas puede ser útil ante la necesidad de preparar un número concreto de hembras para cumplir el objetivo de cubriciones, sobre todo en la época de verano. Cuando las cerdas de reposición y las que están vacías en la granja se encuentran en diferentes momentos del ciclo sexual se pueden sincronizar con el objetivo de inseminarlas a la vez para facilitar el trabajo en la explotación y cumplir los objetivos de cubriciones.
Las cerdas multíparas se sincronizan mediante el destete, pero las de reposición requieren el uso de altrenogest, especialmente en las grandes explotaciones porcinas. El altrenogest puede ser útil para evitar que salgan en celo en maternidad cerdas con destetes precoces o parciales. También se utiliza para sincronizar otras cerdas que deben incorporarse de nuevo a los grupos de cubrición porque han quedado retrasadas por repetición de celo o son negativas al diagnóstico de gestación. Algunos autores indican un ligero aumento de la prolificidad y del número de lechones destetados tras el uso del altrenogest para sincronizar las cerdas (Martinat-Botte, 1995; Soede, 2004; Meissonnier et al., 2006).
Otro uso de los progestágenos es retrasar la salida en celo durante 3 a 5 días tras el destete de la cerda mientras va recuperando su estado de carnes y su ciclicidad ovárica. La cerda sale en celo en el momento en que retiramos el altrenogest. Es útil en granjas con hembras de bajo peso tras el destete, especialmente en primíparas en la época de verano. Algunos veterinarios los utilizan también para diferenciar las hembras en anestro de las que están en pseudoanestro, de manera que las hembras cíclicas salen en celo tras el uso de progestágenos.
Kauffold et al., (2014) comunican los primeros resultados favorables del uso de altrenogest durante 18 días para el tratamiento de cerdas con degeneración poliquística ovárica diagnosticada por ecografía. Se ha investigado también la posibilidad de administrar altrenogest a las cerdas a partir del día 110 de gestación para evitar la presencia de partos prematuros.
*Artículo completo
María Victoria Falceto, Juan Luis Úbeda, Olga Mitjana, Cristina Bonastre, Raquel Ausejo y Yahya Dahmani. Uso de tratamientos hormonales para el control reproductivo de la cerda. Suis 109, julio-agosto 2014, pp. 14-19.