Alejandro Ramírez
DVM, MPH, PhD, Diplomate ACVPM
Autor del libro “Guía del PRRS. Síndrome reproductivo y respiratorio porcino”. Editorial Servet
Artículo publicado en la revista Suis n.º 132. Entra en nuestra tienda online y escoge la modalidad de suscripción a Suis que más te guste.
Los brotes de enfermedades reproductivas y respiratorias graves en cerdos se detectaron inicialmente en Carolina del Norte (Estados Unidos) alrededor de 1987, y en Alemania en 1990. La etiología se desconocía, pero la enfermedad clínica se extendió rápidamente. El síndrome incluía pérdidas reproductivas (abortos) en las piaras de cría, así como alteraciones respiratorias, retrasos en el crecimiento y alta tasa de mortalidad.
El agente causal fue identificado por primera vez en 1991 en los Países Bajos, y poco después en Canadá y los Estados Unidos. La enfermedad era conocida como la enfermedad misteriosa del cerdo, enfermedad de la oreja azul, infertilidad porcina y síndrome respiratorio (SIRD: swine infertility and respiratory syndrome), aborto epidémico porcino y síndrome respiratorio (PEARS: porcine epidemic abortion and respiratory syndrome) y síndrome reproductivo y respiratorio porcino (PRRS: porcine reproductive and respiratory syndrome), entre otras denominaciones.
Los estudios retrospectivos demostraron la presencia de animales serológicamente positivos más de diez años antes de que la enfermedad fuera identificada clínicamente.
Desde su identificación inicial, el virus del PRRS (PRRSv) se ha extendido a muchas granjas y países diferentes en un breve periodo de tiempo. Según los informes, hubo 3.000 brotes descritos en Europa al principio de los años 90 y en menos de cuatro años. El virus está evolucionando rápidamente y hoy en día hay una gran diversidad del virus tanto en Europa como en América del Norte. Se han identificado variantes altamente patógenas del virus PRRS en Asia, Europa del Este y los Estados Unidos.
Según la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), a finales de 2015 la enfermedad estaba presente en todo el mundo, con la excepción de Argentina, Australia, Brasil, Finlandia, Islandia, Nueva Zelanda y Noruega, países que nunca han comunicado la presencia de la enfermedad (figura 1).
El PRRS ha cambiado drásticamente la producción porcina mundial. En los Estados Unidos había sido el único foco de todos los protocolos de bioseguridad hasta la reciente introducción del virus de la diarrea epidémica porcina. El PRRS sigue siendo, sin duda, una de las enfermedades con mayor importancia económica en todo el mundo.
El impacto económico del PRRS es significativo en todo el mundo. Cuando se consideran los costes económicos de un brote, un factor principal es la virulencia de la cepa específica de PRRSv. Debido a la gran diversidad de las cepas de campo, las consecuencias económicas pueden ser bastante variables entre explotaciones. Sin duda, por norma general, se considera que el PRRSv tipo 1 (europeo) es significativamente menos virulento que las cepas descritas en Norteamérica (tipo 2). Sin embargo, existen muchos casos notificados de brotes graves causados por el PRRSv tipo 1, al igual que ha habido algunos casos de explotaciones con el PRRSv tipo 2 sin signos clínicos de importancia.
En los Estados Unidos, Neumann y sus colaboradores (2005) estimaron los costes globales del PRRS en alrededor de 560 millones de dólares al año, lo que la convierte en la enfermedad más importante económicamente en la industria porcina de Estados Unidos. Este coste fue significativamente más alto que el de la peste porcina clásica (360 millones de dólares/año) y la enfermedad de Aujeszky (36 millones de dólares/año) combinadas, tomando como base estimaciones previas a la erradicación y ajustadas al cambio del dólar de 2004.
La figura 2 resume algunos de los estudios publicados revisados por expertos más conocidos que han estimado los costes del PRRS. Es importante tener en cuenta que los costes asociados con el PRRS incluyen todas las fases de la producción. También es interesante remarcar que todos los países presentan un coste significativo asociado con este síndrome.
Hay muchos costes asociados con el PRRS que vienen determinados por un descenso de la productividad (tasa de partos, ganancia media diaria, etc.), así como por un aumento de las tasas de mortalidad (abortos, mortalidad pre y posdestete, etc.). Algunos de estos costes corresponden a los gastos de vacunación, aunque la mayoría de ellos no van asociados a un aumento de las medidas de bioseguridad, lo que que puede ser significativo.
En el estudio desarrollado por Holtkamp y colaboradores (2013) se estimó que el 60 % de los cerdos destetados en los Estados Unidos eran negativos a PRRSv, aunque solo el 25 % de los cerdos comercializados eran negativos al sacrificio (figura 3). Los estudios estadounidenses de 2005 y 2013 aportaron algunas ideas muy importantes sobre la enfermedad. De hecho, incluso tras ocho años de trabajo intenso en los Estados Unidos contra este virus, su impacto económico ha aumentado. En este periodo se ha adquirido gran cantidad de conocimiento tanto en investigación como práctico. Sin embargo, el virus continúa suponiendo un reto. También es interesante observar cómo ha variado el impacto económico del virus del 11,9 % del coste total atribuido al grupo reproductor en el estudio de 2005 a más del 45,5 % en el informe de 2013. Hay muchas razones que pueden explicar este cambio en el impacto económico. Es posible que estas razones incluyan cambios en los enfoques para el control y eliminación del PRRSv, así como cambios en las prácticas de producción (tamaño del rebaño, sistemas de producción en múltiples emplazamientos, etc.).
Por fortuna, el PRRS no representa un riesgo de seguridad alimentaria para el consumidor de carne de cerdo o una enfermedad relevante desde el punto de vista zoonótico; de no ser así, su impacto económico se habría incrementado drásticamente. Sin embargo, sí es relevante en cuanto a seguridad alimentaria en términos de disponibilidad de alimento, tal y como se observó con el brote de PRRS de alta patogenicidad que comenzó en China en 2006. La deleción de 30 aminoácidos que se describió en la región nsp2 del virus dio lugar a una cepa altamente virulenta que afectó a más de dos millones de cerdos, lo que causó al menos 400.000 muertes y provocó un importante déficit de proteína porcina en esa área.
El objetivo final para cualquiera debería ser eliminar el PRRSv de la granja. Esto permitiría que la explotación adquiriera el estado de negativa a PRRSv (categoría IV).
La puesta en marcha de un programa de eliminación del PRRSv es una buena ocasión para evaluar qué otros patógenos se podrían eliminar al mismo tiempo. En Estados Unidos, muchas explotaciones que comienzan un programa de eliminación del PRRSv aprovechan la ocasión para realizar ligeras modificaciones en sus planes de eliminación (como el empleo estratégico de antimicrobianos) para eliminar también Mycoplasma hyopneumoniae.
Es importante realizar previamente un análisis económico de cada explotación para calcular el coste real de la enfermedad en ese momento. Esta información, junto con el coste estimado del programa de eliminación y el aumento esperado de la productividad debido a la eliminación del PRRSv, ayudará a determinar durante cuánto tiempo una explotación debe permanecer negativa para compensar estos costes. Las explotaciones no tienen que permanecer negativas a PRRSv para siempre después de la eliminación del virus para que el programa sea económicamente factible. Un informe de Yeske y Holtkamp (2012) sugiere que con una despoblación-repoblación completa, la granja solo debería permanecer negativa entre uno y dos años para compensar los costes del programa.
La despoblación y repoblación de la piara completa es la manera más rápida y sencilla de obtener una granja negativa a PRRSv (categoría IV):
El plan de análisis y eliminación se centra en analizar los animales del grupo de reproductores y eliminar a todos los seropositivos:
El cierre de granja y la renovación del grupo se ha convertido en una de las prácticas más frecuentes entre los ganaderos de porcino:
El objetivo final de la industria porcina en cualquier país es lograr la eliminación del PRRSv en un ámbito más amplio que una sola granja. Al mismo tiempo que cada zona, provincia, estado o país continúa buscando eliminar el PRRSv de su área, los programas regionales de eliminación pueden ser la respuesta:
Declaración de principios de la AASV respecto al PRRS
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El 11 de octubre de 2011, la Asociación Americana de Veterinarios Especialistas en Porcino (American Association of Swine Veterinarians, AASV) desarrolló la siguiente declaración de principios acerca del PRRS: “El síndrome respiratorio y reproductivo porcino (PRRS) es una enfermedad importante y limitante de la producción cuyo coste para la industria porcina norteamericana se estima que excede los 664 millones de dólares al año. El control de la enfermedad mediante métodos tradicionales no ha sido eficaz en todos los casos; por lo tanto, la postura de la AASV es que la eliminación del PRRS de la industria porcina norteamericana es un objetivo a largo plazo. La AASV ejercerá un papel de liderazgo asociándose con la industria porcina para promover la eliminación colaborativa del PRRS tanto a nivel local, regional como nacional, comunicando la necesidad e identificando las fuentes de financiación para apoyar tales iniciativas y ayudando en el intercambio de nueva información y tecnología relacionada con el PRRS entre sus miembros para conseguir este objetivo”. |