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Anhedonia en cerdos: efecto del estrés sobre el consumo de soluciones dulces

La pérdida de la capacidad de percibir placer frente a estímulos se conoce como anhedonia


Jaime Figueroa y Laura Salazar
Departamento de Ciencias Animales, Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal, Pontificia Universidad Católica de Chile
figueroa.jaime@uc.cl

Artículo publicado en la revista Suis n.º 139. Entra en nuestra tienda online y escoge la modalidad de suscripción a Suis que más te guste.

La anhedonia o pérdida de la capacidad de sentir placer frente a estímulos que habitualmente son percibidos como placenteros obedece a defectos del sistema opioide y dopaminérgico en seres humanos (Der-Avakian & Markou, 2012). Este síntoma se presenta en personas que sufren cuadros depresivos (Berlin et al., 1998; Ho & Sommers, 2013) y enfermedades degenerativas como la enfermedad de Alzheimer (Starkstein et al., 2005) y Parkinson (Isella et al., 2003), entre otros. La anhedonia alteraría la realización de conductas placenteras, lo que tendría una repercusión en el sueño, sexualidad y conducta alimentaria de los individuos. Esta afección no es exclusiva de los humanos, sino que también se ha observado en animales que han sido sometidos a estrés crónico, como ratas (Grønli et al., 2004) y caballos (Fureix et al., 2015), los cuales disminuyen el consumo (aceptabilidad) de sustancias palatables como la sacarosa cuando estas se presentan en bajas concentraciones y pierden la capacidad de preferir soluciones dulces frente al agua potable. Debido a las similitudes en el efecto del estrés sobre la conducta alimentaria en humanos y otros animales, se ha utilizado a la rata como modelo para el estudio de cuadros que generan pérdidas en la capacidad de detectar recompensas (Willner, 1991).

Si bien el efecto que tiene el estrés sobre el consumo de alimentos en humanos y animales de laboratorio está ampliamente estudiado, no existen estudios en animales destinados a la producción como el cerdo. La industria porcina representa un ambiente estresante para los cerdos, siendo el destete la etapa más problemática. Esto es debido a que los animales tienen que adaptarse en un tiempo corto a un gran número de modificaciones en su ambiente que generan un estado de estrés (Weary et al., 2008), lo que repercute negativamente sobre la productividad.

Estudios que muestren un déficit en la percepción de placer a través de cambios en su conducta alimentaria frente a piensos o soluciones palatables permitirían estimar indirectamente el bienestar de los animales. Esto también ayudaría a reformular dietas comerciales que motiven un mayor consumo, además de contribuir a proponer estrategias de manejo que disminuyan los niveles de estrés.

Preferencia por soluciones de sacarosa en cerdos de transición tras protocolos de estrés

Los experimentos fueron realizados en unidades de transición de instalaciones experimentales porcinas de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y bajo protocolos aprobados por el comité de ética de dicha universidad (CEAAH 1406).

Materiales y métodos

Para estudiar el efecto del estrés sobre el consumo de soluciones hedónicas se trabajó con 96 cerdos de transición de 42 días de edad (dos semanas posdestete) en dos experimentos consecutivos (48 cerdos/experimento) para evaluar dos estresores diferentes. En cada experimento, la mitad de los cerdos (n=24) fueron sometidos a un evento:

  • Estrés social (experimento 1): se mezcló durante 20 min a cerdos desconocidos provenientes de corrales adyacentes, durante dos días consecutivos.
  • Estrés por restricción de movimiento (experimento 2): se ubicó durante 3 min a los animales seleccionados en una superficie de plástico elevada (0,4 m × 0,35 m) que impedía su movimiento tres veces al día en tres días consecutivos, con un intervalo de una hora entre cada periodo.

Tras los protocolos de estrés de cada experimento se estimó durante dos días consecutivos el consumo relativo de soluciones de sacarosa (0,5 o 1 %) con respecto al agua potable durante pruebas de preferencia de 30 min, utilizando como unidad experimental parejas de lechones (n=12). Las posiciones de las soluciones de sacarosa y la concentración utilizada fueron contrabalanceadas entre días y parejas. El consumo se obtuvo a partir de la diferencia entre la cantidad de solución ofrecida al comienzo de cada prueba y la cantidad restante al finalizar el periodo de evaluación.

Análisis estadístico

El consumo de las soluciones durante las pruebas de preferencia se analizó mediante un análisis de varianza para cada concentración de sacarosa (0,5 o 1 %) considerando:

  • El efecto del grupo experimental: sin estrés frente a estrés social y sin estrés frente a estrés por restricción de movimiento.
  • El tipo de solución ingerida: sacarosa o agua potable.
  • La interacción entre estos factores, considerando un nivel de significación del 5 % ajustado por Tukey.

Resultados

La preferencia entre soluciones de sacarosa y agua tras los protocolos de estrés social y estrés por restricción de movimiento se pueden observar en las figuras1 y 2, respectivamente. En ambos experimentos los animales no estresados mostraron una clara preferencia por la solución de sacarosa, independiente de su concentración, frente al agua. Al contrario, los cerdos estresados no mostraron una diferencia en el consumo de soluciones de agua y sacarosa cuando esta fue incorporada al 0,5 % tras ambos protocolos de estrés. Sin embargo, cuando se les ofreció una solución de sacarosa al 1 %, estos animales la prefirieron frente al agua, incluso en mayor medida que los cerdos no sometidos a estrés. Así, se observa un efecto de la concentración de la solución de sacarosa sobre el consumo de estos animales.

Figura 1. Preferencias entre soluciones de sacarosa y agua en cerdos de transición tras estrés social.

Figura 2. Preferencias entre soluciones de sacarosa y agua en cerdos de transición tras estrés por restricción de movimiento.

Anhedonia y su importancia en cerdos

Los cambios en la ingestión de soluciones palatables como la sacarosa observados en el presente experimento concuerdan con lo observado en otras especies sometidas a estrés crónico (Willner et al., 1987; Matthews et al., 1995; Grønli et al., 2004) o con enfermedades que generan un déficit en la detección de recompensas (Fureix et al., 2015). Al ser el primer estudio que evalúa la presencia de lo que podría ser un cuadro de anhedonia en cerdos, resulta interesante describir algunas implicaciones que podría generar este cambio en la percepción del placer de los animales debido al estrés dentro de las instalaciones de producción intensiva.

Estrés crónico y conducta alimentaria de animales de producción

La disminución en el consumo de alimentos durante etapas estresantes del ciclo productivo podría explicarse por la pérdida en la capacidad de percibir estímulos placenteros. Etapas como el destete suponen altos niveles de estrés, debido a que durante este proceso los animales son abruptamente separados de sus madres, su dieta láctea se cambia drásticamente por alimento sólido y deben enfrentarse a un ambiente no familiar y a cerdos desconocidos (Weary et al., 2008). Todo ello genera una disminución en el consumo de alimento y una consecuente reducción de los parámetros productivos.

La industria porcina se ha centrado en contrarrestar la reducción en la ingestión de alimento característica del periodo posdestete. Para ello, se han incorporado derivados lácteos como el suero dulce de leche, debido a su elevada digestibilidad y palatabilidad, y al efecto de continuidad que crea entre la dieta láctea y las primeras dietas sólidas (Mahan, 1993). Sin embargo, a pesar de su alta palatabilidad aún se observa una disminución en la ingestión de alimentos tras el destete. Esto podría deberse en parte a que el cerdo no es capaz de percibir el placer generado por las sustancias hedónicas del pienso en situaciones de estrés. Según lo descrito anteriormente, cerdos que cursen con cuadros de estrés como los animales recién destetados podrían deber su bajo consumo de alimento, en parte, a cuadros de anhedonia. Si esto fuese así, los animales requerirían de mayores cantidades de elementos palatables para percibir la recompensa del alimento, siendo necesaria la reformulación de las dietas en estas etapas críticas del ciclo productivo.

La elevada atracción por ciertos compuestos dulces como la sacarosa también ha hecho pensar en este ingrediente para aumentar el valor hedónico de las dietas de iniciación. Sin embargo, la adición de azúcar a la dieta podría disminuir la ingestión de alimento debido al aporte energético y saciedad sensorial de la misma (Guzmán-Pino et al., 2015). La adición de edulcorantes no calóricos podría constituir una mejor opción, ya que genera un aumento del placer por su efecto a nivel oral, pero carece de efectos posingestivos que pudieran detener el consumo a medio plazo. Otro punto a su favor es el aumento del peso de los animales, al generar estos productos un aumento en la absorción de nutrientes, un cambio en la microbiota y una disociación del efecto hedónico y posingestivo (Pepino, 2015). Sin embargo, habría que elegir aquellos con un poder edulcorante adecuado en cerdos (Glaser et al., 2000) y no se podría descartar, al igual que con sacarosa, una saciedad sensorial que disminuyera el consumo a corto plazo.

Evaluación de estrés mediante pruebas de preferencias por soluciones de sacarosa

La medición del consumo y preferencia de alimentos altamente palatables como la sacarosa podría utilizarse como una herramienta para evaluar problemas de bienestar de los cerdos que afecten a la percepción de recompensas. En la industria porcina, ciertos manejos rutinarios de los animales causan estrés y generan cambios en su conducta y estado fisiológico. La medición del consumo y preferencia por sustancias dulces podría utilizarse para evaluar el efecto de dichas estrategias de manejo.

De esta manera, los métodos de manejo rutinarios que podrían generar una reducción en la ingestión de alimento por el estrés (por ejemplo, el corte de cola, despunte de colmillos, castración, inyección de hierro, mezcla de animales desconocidos, ambiente y dieta nuevos) podrían ser evaluados a través de mediciones de la conducta alimentaria de los animales frente a compuestos dulces como la sacarosa. Este método presentaría un gran potencial como evaluador de bienestar animal, ya que cuenta con el apoyo de numerosas publicaciones donde se ha observado un comportamiento similar en diferentes especies sometidas a estrés crónico. Una disminución en el consumo de sustancias hedónicas en bajas concentraciones se ha observado repetidamente en ratas sometidas a eventos moderados y repetitivos de estrés (Willner et al., 1987; Willner et al., 1991; Grønli et al., 2004), en el ser humano (Pepino & Mennella, 2005) y en otros animales como los caballos (Fureix et al., 2015). Sin embargo, se ha observado que el estrés tiene un efecto bidireccional sobre el consumo de alimentos, pudiendo incrementar o disminuir el consumo según el tipo y gravedad del factor estresante o la disponibilidad y concentración de elementos palatables (Muscat & Willner, 1992; Torres & Nowson, 2007; Maniam & Morris, 2012). En el estudio que se ha descrito anteriormente se observa que el estrés reduce la preferencia por soluciones palatables de sacarosa cuando se ofrecen en concentraciones bajas (0,5 %). Sin embargo, al aumentar la concentración de sacarosa, los cerdos presentaron una clara preferencia por esta solución con respecto al agua. En la misma línea, estudios en ratas muestran que no siempre existe una disminución en la ingestión de alimentos palatables producto del estrés (Matthews et al., 1995; Harris et al., 1998), y se observa que animales estresados son capaces de consumir mayor cantidad de soluciones azucaradas altamente concentradas que animales no estresados (Willner et al., 1991), situación que también se ha descrito en niños con cuadros de depresión (Mennella et al., 2010).

Por otra parte, hay evidencia de que la respuesta frente a un mismo evento estresante varía entre individuos de la misma especie, dependiendo de la línea genética (Kurre Nielsen et al., 2000) y de la personalidad o estrategia que toman (cerdos reactivos frente a proactivos) para lidiar frente a dicha fuente de estrés (Bolhuis et al., 2005; Reimert et al., 2014). Se podrían explicar las diferencias en el consumo de sustancias hedónicas por la consistencia en el comportamiento y funcionamiento del sistema neuroendocrino, según cual sea la personalidad del animal (Koolhaas et al., 1999). Según lo expuesto anteriormente, este método tendría valor como herramienta para evaluar el bienestar de animales bajo sistemas productivos, siempre y cuando se tenga en cuenta que un cambio en la conducta alimentaria no siempre se debe al estrés y que la ingestión de sustancias hedónicas puede incrementar o disminuir dependiendo de diversos factores, además de la variación de la respuesta frente a factores estresantes dentro de una misma especie. También es importante considerar el uso de metodologías complementarias al consumo de sustancias hedónicas para evaluar el bienestar animal en un contexto determinado.

Conclusión

El presente estudio muestra un claro efecto del estrйs sobre el consumo de sustancias hedуnicas en cerdos de transiciуn cuando estas son presentadas en bajas concentraciones. En la industria porcina, esto tiene una gran utilidad al poder ser potencialmente aplicado en la elaboraciуn de dietas comerciales destinadas a cerdos durante etapas estresantes del ciclo productivo. Ademбs, el nivel de consumo de sustancias placenteras podrнa utilizarse en la evaluaciуn de los manejos rutinarios y su efecto sobre el bienestar de los animales, teniendo en cuenta el efecto bidireccional del estrйs sobre la ingestiуn de alimentos y las diferencias individuales.

(Foto: Kazitafahnizeer/shutterstock.com)

Bibliografía

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