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Índices sanitarios y productivos en sistemas al aire libre. Sistema de monitoreo en cerdos


Introducción

La producción porcina se realizó en sus comienzos en sistemas extensivos a campo hasta principios de los años 70, cuando se desarrollaron sistemas de confinamiento (SC), aumentando de esta forma la productividad y la rentabilidad de los establecimientos. Debido a ello, los índices productivos y el comportamiento de las enfermedades fue variando en cuanto a sus patrones patológicos y epidemiológicos. Por otro lado, los viejos sistemas extensivos a campo se han transformado en producción intensiva a campo, denominados Sistemas al Aire Libre (SAL), con un porcentaje significativo de madres en producción en varios países.

En estos SAL las etapas reproductivas de gestación y maternidad se realizan al aire libre, siendo la recría y terminación en piquetes o bajo tinglados.

En Argentina estos sistemas se llaman Sistemas al Aire Libre (SAL), en Inglaterra Outdoor y en Francia Camping. A su ventaja comparativa de una baja inversión se le ha sumado en los últimos tiempos la de ser una producción que preserva el bienestar animal y minimiza la contaminación del medio ambiente. Teniendo en cuenta los Acuerdos de la PAC en la UE y las demandas de un mercado mundial con exigencias hacia la calidad de las carnes y en especial en los productos de características ecológicas, podemos suponer que estos SAL pueden ser una alternativa rentable para varios países y en especial en Argentina.

El interés mostrado por capitales nacionales e internacionales en instalarse en Argentina se debe, además de las ventajas antes señaladas, a las características geográficas, demográficas y de producción de insumos primarios que dan garantías al negocio. Sin embargo los índices productivos y sanitarios que se pueden dar en estos sistemas y en cada región son desconocidos. Por ello decidimos desarrollar un Programa de Monitoreo Sanitario Productivo en 62 SAL, que nos permitiera recopilar la información necesaria para encontrar los puntos críticos productivos y sanitarios e intentar mejorar su productividad, rentabilidad y calidad.

Sistema de monitoreo

SISPOR (Sistema Integral de Salud PORcina) Versión 1.2
El Sistema Integral de Salud PORcina, SISPOR, es un producto informático de última generación desarrollado en la Universidad Nacional de Río Cuarto, en el marco del Programa de Modernización Tecnológica "Sistema de monitoreo sanitario productivo en cerdos" y el Programa de Salud Porcina. Este programa posibilita el monitoreo sanitario automatizado de un gran número de patologías en cerdos y relacionarlos a parámetros productivos. El monitoreo sanitario se realiza mediante el seguimiento y consultas. El seguimiento corresponde a análisis serológicos de enfermedades infecciosas, respiratorias, digestivas y zoonóticas; inspección de matadero, pulmones, hígado, cornetes e intestino; análisis parasitológicos y hallazgos patológicos o de casuística.

El seguimiento suministra al sistema los datos obtenidos mediante el análisis de las muestras recogidas en cada uno de los establecimientos. Estos establecimientos pertenecen a las centrales de producción porcina que participan del sistema de monitoreo sanitario productivo ofrecido por el Departamento de Patología de la Facultad de Agronomía y Veterinaria - UNRC. Cada central está compuesta por uno o más establecimientos de producción porcina. La central clave I tiene 62 establecimientos SAL con 8.243 madres (motivo de esta comunicación), la central clave II tiene 22 establecimientos SC y 6.840 madres (se usará para comparar algunos resultados) y la central clave III tiene 4 establecimientos SC y 2.800 madres.

Las consultas permiten obtener información gráfica y/o textual a partir de los datos suministrados al sistema. Hay dos tipos principales de consultas que se pueden realizar: por central y por establecimiento. La primera permite obtener información general sobre el estado de la central para cada una de las enfermedades, mientras que la segunda permite el análisis de un establecimiento en particular perteneciente a una central determinada.

Además, cada una de las centrales posee un sistema de consulta propio para levantar y analizar su información. Los datos suministrados por el SISPOR pueden ser obtenidos por cada una de las centrales a través de un sitio web provisto por la UNRC. De esta manera cada central puede tener acceso inmediato a sus datos.

El desarrollo de esta presentación estará orientado especialmente a presentar los resultados del monitoreo sanitario obtenidos por el programa, en relación a las dos principales fallas productivas detectadas en la central clave I ( 62 SAL) y cuando ello sea necesario compararlo con los resultados obtenidos en la central clave II ( 22 SC).

Fallas reproductivas

1. Performance productiva desde los 60 días a la terminación.

Con la empresa Alimental S.A. de Argentina, que era responsable del asesoramiento nutricional de la central I, nos propusimos medir en 8 SAL de los 62 la Ganancia Diaria de Peso (GDP), la Eficiencia de Conversión (EC) y el Peso Vivo (PV) y comparar todo ello con índices medios de los SC (central clave II). Para este trabajo los cerdos fueron muestreados desde los 60 días de edad hasta el mercado a intervalos aproximados de 15 días y en forma simultánea se les extrajo sangre para análisis sanitario de Mycoplasma hyopneumoniae (Mhp) y Actinobacillus pleuropneumoniae (App) y fueron inspeccionados en matadero.

De ello pudimos concluir que el PV promedio a los 60 días en los SAL fue de 21,41 kg (Máximo 23,75 kg y Mínimo 19,69 kg) representando el 98% de lo obtenido en los Confinados (21.90 kg), mientras que cuando los cerdos de los SC llegaban a 100 kg a los 155 días de edad, el PV en los SAL estuvo en un promedio en 98,5 kg. Para todo el periodo, es decir desde los 60 a los 155 días de edad, la GDP y la EC en los SAL vs. los Confinados fue de 0,822 kg/día y 3,462:1 kg vs. 0,850 kg/día y 3,393:1 kg respectivamente, lo que mostró una buena correlación. Sin embargo para este mismo periodo, los mínimos hallados en algunos de los SAL fueron los siguientes: 91,5 kg, 0,718 kg/día y 4,05:1 kg.

De ello se pudo inferir que existía una falla en los índices productivos y que distintas situaciones comprometían estos resultados. Pero nuestra tarea fue encontrar alguna asociación entre estos bajos índices y los hallazgos sanitarios ofrecidos por el SISPOR. Se analizó qué variable sanitaria podía comprometer a los SAL de forma significativa en comparación con los SC para este periodo.

Se procedió a evaluar los resultados emitidos por el SISPOR de los hallazgos de matadero y serológicos de 40 SAL de la central I y 22 SC de la central II durante el periodo comprendido entre julio de 1998 y julio de 1999.

En forma sintética el procedimiento fue el siguiente: durante este periodo los 40 SAL y los 22 SC enviaron 121.082 animales a los que se les inspeccionó 109 tropas (9.179 cerdos) y 145.845 cerdos, inspeccionando 56 tropas (7.675) respectivamente. Los establecimientos recibieron entre 1 y 4 inspecciones, y de acuerdo al número de animales que integraban la tropa enviada para estudio se procedió a inspeccionar los órganos según el siguiente criterio: <80 animales 1 animal cada 2, <150, >80 1 cada 3 y >150 1 cada 4, según el método probabilístico sistemático. Los hallazgos de matadero eran transcritos en planillas para su posterior procesamiento en el software y correspondían a la inspección de los siguientes órganos:

Hígado: las manchas de leche eran clasificadas en 5 grados, desde grado 0 hasta grado 4, dependiendo de la cantidad de manchas.

Íleon: era clasificado de igual manera, dependiendo del grosor de la pared de la última porción del intestino delgado.

Cornetes: los diferentes grados de lesión se clasificaban de acuerdo al siguiente criterio: grado 0, sin lesión; grado 1, atrofia leve; grado 2, atrofia moderada; grado 3, atrofia grave y grado 4, aplasia. Se aplicó este sistema para cada uno de los 4 cornetes y el software emitía resultados de la media para cada animal y para el conjunto de la tropa.

Pulmón: las lesiones encontradas en la superficie pulmonar eran descriptas y valoradas según la propuesta de Morrison en 1985 y se registraban como lesiones tipo Neumonía Enzoótica Porcina (NEP) y Pleuritis (Pl). De esta forma el porcentaje del área comprometida por tipo de lesión en cada lóbulo era ponderado por el valor del lóbulo. Dicha información era procesada por el software que emitía los siguientes resultados: % de lesión por lóbulo, % de lesión por total del pulmón y % promedio para cada una de ellas para el conjunto de los pulmones de la tropa enviada.

De todos los resultados emitidos por el SISPOR, en relación a los hallazgos de matadero de los distintos órganos para ambas centrales, se estimó que las patologías pulmonares podrían dar respuesta al interrogante que era determinar las fallas en los índices productivos.

Para ello se analizaron estadísticamente los resultados obtenidos en los 40 SAL y los 22 SC en relación a los porcentajes de establecimiento y de animales que presentaron lesiones tipo NEP y/o Pl y las medias del área pulmonar para cada tipo de lesión.

Cuando se compararon los resultados del área pulmonar con lesión tipo NEP de la central I (3,45%) vs central II (6,82%), el análisis del t-test arrojó una diferencia significativa p<0.05; de igual forma los hallazgos de pleuritis en I (6,52%) y II (2,35%) arrojaron un p<0.05.

La fuerza de asociación entre prevalencia de animales con lesión tipo proliferativa en II (76,6%) y en I (46,6%) dio un Odd Rattio de 3,54 con un IC [3,14-4], mientras que para pleuritis el 26,6% de prevalencia de animales en I y el 12,8% en los II arrojó un OR de 2,45 con un IC [2.11-2.84]. En ambas OR el x2 dio un p<0,05.

De estos resultados consideramos la pleuritis como la causa principal de los bajos índices productivos y estimamos que, además de cuestiones de manejo e instalaciones, la NEP estaría favoreciendo dicha presentación. Para intentar controlar este problema se consultó al SISPOR los datos serológicos para NEP y APP que registraban dichos establecimientos, y de acuerdo a la curva de anticuerpos se procedió a recomendar vacunación contra Mhp y tratamientos estratégicos para APP. En la serología para Mhp de dos SAL (A y B) la prevalencia e incidencia eran similares y que en ambos no más del 30% de los animales seroconvirtieron, indicando una baja difusión de este agente, en cierta forma coincidente con los hallazgos en matadero y quizás un atributo de los SAL que desarrollan todas las etapas de producción al aire libre.

La metodología de vacunación y tratamiento empleada varió de acuerdo al perfil serológico de cada establecimiento, obteniendo una mejora significativa en los índices productivos señalados al principio.

2. Performance reproductiva.

Estudiamos el comportamiento reproductivo desde julio de 1997 hasta abril de 1999 de 3 SAL (A, B y C) tomados como testigos de los 62 que constituyen la central I, donde se puede apreciar que la fertilidad (servicio/parto) entre los meses de marzo y septiembre alcanzó valores superiores al 88%, para decaer entre un 60 a 33% en los meses de verano. Esta problemática se presentó en la central I con distintos valores, pero con igual tendencia en todos sus establecimientos, mientras que la central II para iguales periodos arrojó un 92% para los meses antes señalados y un 88% en el verano. En el periodo 97-98 las fallas más importantes fueron detectadas a partir de los servicios de octubre, noviembre y diciembre, mientras que en el 98-99 comenzaron en septiembre y se prolongaron hasta enero.

En uno de los establecimientos (SAL B) con 450 madres observamos 388 fallas reproductivas durante un periodo de 2 años ( julio del 97 hasta julio del 99); de estas fallas, el 42% se debían a Repeticiones Regulares (RR), el 48% a Repeticiones Irregulares (RI), el 8% a abortos y el 2% a vacías. Pero cuando se estudiaron las fallas ocurridas entre la semana 12 y 39 (con menor incidencia de radiaciones) se encontró que las RR representaban el 56%, las RI el 32%, los abortos el 11% y el 1% eran vacías. Mientras que en las semanas con mayores radiaciones desde la semana 40 a la 11 las RR representaron el 35%, las RI el 57%, los abortos el 6% y las vacías el 2%. Una observación a destacar es que mientras las fallas reproductivas durante el periodo primavera-verano se presentaron en forma continua, picos altos de repeticiones y abortos sucedían a los 2 o 3 días tras intensas lluvias, cuando salía el sol.

El hallazgo clínico más común fue el enrojecimiento de la piel, mostrando las cerdas dolor en la región del dorso con arqueamiento de la columna, en algunos casos con escoriaciones, lo que podría ser responsable del rechazo a la monta, mientras que la reacción inflamatoria y la sensibilidad incrementada de la piel podría estar determinando las pérdidas embrionarias responsables del incremento en las repeticiones regulares e irregulares y tal vez de abortos tempranos.

El diagnóstico primario fue que las fallas reproductivas se debían a problemas de origen estacional, manejo de las cachorras, calidad estacional del alimento y enfermedades infecciosas, entre otras.

Ante esto se procedió a analizar los resultados sanitarios emitidos por el software SISPOR para la central I, donde se observó que todos los establecimientos eran negativos a Brucelosis y sólo uno positivo a la enfermedad de Aujeszky. En todos ellos se vacunaba de rutina con doble dosis a las cachorras y una dosis a las madres contra Parvovirus y Leptospira. En 6 establecimientos se registraron antecedentes de zearelenona en algunas partidas de alimentos. Se consideró que ninguno de estos hallazgos aportados por el SISPOR eran responsables por sí solos de las graves pérdidas económicas reproductivas, por lo que se decidió estudiar el efecto estacional sobre las cerdas.

Para ello 3 establecimientos de la central I (A, B y C), situados en un radio de 50 km en torno a una estación meteorológica de la Universidad Nacional de Río Cuarto, ubicada en el área centro de la Provincia de Córdoba, fueron estudiados durante dos ciclos reproductivos desde julio de 1997 a abril de 1999. Se midió la fertilidad y las radiaciones promedio semanal. En cada establecimiento se aplicaron distintas medidas que involucraban cambios edilicios y de manejo, que fueron asociados con la fertilidad resultante. En forma resumida se procedió de la siguiente manera:

Establecimiento A: durante el ciclo 97/98 no se tomó ninguna medida de protección, mientras que a partir del 1 de noviembre de 1998 se encerró a las cerdas desde las 9 horas hasta las 19 horas en un galpón techado con una superficie correspondiente de 2 metros cuadrados por animal, evitándose que los rayos solares incidieran directamente sobre las hembras.

Establecimiento B: durante el ciclo 97/98, se colocó en el piquete una tela media sombra con una superficie correspondiente de 2 metros cuadrados por animal, con acceso libre al piquete y un sistema de baño por aspersión, aplicándose estas mismas condiciones para el ciclo 98/99.

Establecimiento C: durante el ciclo 97/98 las cerdas estuvieron al aire libre hasta el 1 de diciembre de 1997, cuando se las alojó en un galpón con piso de tierra y paja hasta los 60 días de gestación y posteriormente fueron trasladadas hasta el momento del parto a un piquete al aire libre. En el ciclo 98/99 se procedió de la misma manera, pero alargándose el periodo de estadía de las hembras servidas hasta los 75 días de preñez.

Se analizaron los valores de fertilidad de los distintos grupos, obteniéndose para cada tratamiento la media de fertilidad durante los ciclos 97/98 y 98/99.

Establecimiento A: los resultados de fertilidad en el ciclo 97/98 que se obtuvieron desde septiembre hasta enero fueron del 46,4%, mientras en el ciclo 98/99 desde septiembre hasta octubre fueron del 60%, en tanto que desde noviembre a enero, cuando se aplicó el tratamiento, fueron del 82%.

Establecimiento B: la fertilidad obtenida en el ciclo 97/98 desde septiembre a enero fue del 69%, mientras que en el ciclo 98/99, para el mismo periodo, fue del 62,2%.

Establecimiento C: la fertilidad desde setiembre al 30 de noviembre de 1997 fue del 68%, a partir del 1 de diciembre, cuando se aplicaron las medidas de manejo, y hasta el 31 de enero de 1998 la fertilidad fue de un 83%, mientras que en el ciclo 98/99 desde setiembre a enero fue de un 87,2%.

El test de comparación de proporciones entre los ciclos 97-98 y 98-99 para el Est.A. dio un p<0.05, mientras que el B fue p>0.05 y para el Est C el p<0.05. En el establecimiento B las medidas adoptadas no arrojaron diferencias significativas, por lo que se realizó un test de asociación entre fertilidad semanal y promedio de radiaciones semanales obteniendo un r de 0,78 y un R2 de 0,52.

De estas observaciones y con estos resultados podemos deducir que la bibliografía existente sobre fallas reproductivas estacionales atribuibles a la temperatura podría dar el soporte patogénico para justificar estas fallas. Pero sumado a ello, creemos que, además de las radiaciones térmicas o calóricas deberíamos ampliar el conocimiento hacia las otras radiaciones que impactan sobre los animales, en especial teniendo en cuenta que el agujero de ozono en nuestro país comienza a incrementarse durante setiembre, permitiendo así el paso de la luz UV. A modo de ejemplo, el último registro del 21 de setiembre del 2000 mostró protección 0 para el sur de Argentina.

Por ello haremos el siguiente planteo a modo de construir una hipótesis, que permita incluir a las medidas de radiaciones en los software que monitorean salud.

Las radiaciones que llegan al límite superior de la atmósfera están formadas por rayos de diferentes longitudes de onda y cuya intensidad depende en gran medida de:

  1. El estado de actividad del sol, de tal forma que mientras ocurren las manchas solares, en periodos de 4 a 6 años, las radiaciones son más perjudiciales.

  2. La atmósfera. Las radiaciones solares se encuentran muy debilitadas cuando el sol se encuentra en el horizonte, la mayor intensidad se da cuando los rayos caen verticalmente, la menor intensidad cuando llegan oblicuos, por lo que la misma cantidad de radiación debe atravesar una masa atmosférica mayor y se distribuyen en una mayor superficie. Por otro lado sobre cada tipo de radiación, la atmósfera actúa de la siguiente forma:

    1. Radiación Ultra Violeta (UV): no son visibles y la longitud de onda es muy pequeña, son absorbidas completamente por la capa de ozono.

    2. Radiación Luminosa: longitud de onda variable (color violeta y rojo). No son retenidas.

    3. Radiación Térmica y Calórica: no visibles. Son absorbidas en forma variable dependiendo del H2O y CO2; a mayor concentración atmosférica menor pasaje.

Como dijimos anteriormente las radiaciones térmicas o calóricas y su efecto sobre las fallas reproductivas han sido bien descriptas, atribuyéndose a la acción sobre el eje hipotalámo-hipófisis-ovario consecuencias sobre el consumo, desequilibrio hormonal y estrés, entre otros. Sin embargo poco hemos encontrado sobre la acción de la luz UV en cerdos.

Se conoce que las radiaciones de UV inciden perjudicialmente sobre la piel del humano y que la histología y funcionalidad de la misma es similar a la del cerdo. Los rayos UV actuarían como un agresor físico y la piel sería el órgano blanco agredido. El efecto de la agresión sería el daño celular causado a su vez por la liberación de radicales libres (RL). Una célula sana es aquella en la cual sus sistemas antioxidantes mantiene los pro-oxidantes por debajo de su nivel crítico. Cuando el rango de regeneración de antioxidantes es superado por su rango de consumo se induce a un estrés oxidativo, donde compromete la función celular. La piel es el órgano más susceptible al estrés oxidativo, al estar siempre en contacto con el oxígeno, formando especies reactivas de oxígeno (EROs). Estas EROs son: Anión Superóxido (O-), Peróxido de Hidrógeno (H2O2), Radical Hidroxilo (OH) y oxígeno singlete.

Las EROs son producidas por varios estímulos o procesos biológicos tal como la inflamación. Sin embargo la fuente más importante de oxidantes reactivos directamente relacionados con el daño cutáneo son las reacciones fotoquímicas inducidas por UV. El blanco de acción de estos radicales libres son las membranas lipídicas y los ácidos nucleicos. La peroxidación lipídica inducida por rayos UV también está mediada por reacciones que comprometen oxígeno. La membrana plasmática que contiene una gran cantidad de ácidos grasos poliinsaturados es susceptible a la exposición UV y los ácidos grasos son fácilmente oxidados a peróxidos lipídicos, los que son responsables de producir, fundamentalmente a través del ácido araquidónico, mediadores químicos como las prostaglandinas y éstas, a su vez, podrían interrumpir la gestación.

Radiación Solar U.V. Piel. Radicales Libres. Membranas Lípidicas. Mediadores químicos PgF2; PgE2. FALLAS REPRODUCTIVAS.

Por ello un mecanismo de defensa fundamental de la piel contra la acción de la UV son los antioxidantes, como los betacarotenos, que detoxifican los RL provenientes de la peroxidación lipídica. La vitamina E es el mayor antioxidante liposoluble responsable de proteger los ácidos grasos poliinsaturados de las membranas celulares de la peroxidación lipídica. La eumelanina y la feomelanina son efectivas para disminuir la peroxidación lipídica inducida por UV en las membranas celulares.

Por las mejoras logradas en la fertilidad, con las medidas edilicias y de manejo aplicadas, podemos suponer que las radiaciones constituyen una causa de fallas reproductivas.

Si bien trabajos experimentales deberían profundizar en estos aspectos, creímos importante incluir en el SISPOR registros periódicos de las radiaciones.

Conclusiones

Por los resultados aquí obtenidos podemos afirmar que el SISPOR, por ser un software flexible, permite actualizar periódicamente el ingreso y salida de nuevos datos, que las centrales pueden consultar vía Internet, y de esta forma realizar un rápido análisis de una gran variedad de puntos críticos sanitarios que permiten al profesional encontrar el o las causas de las fallas productivas o descartarlas para iniciar otro tipo de búsqueda.

El costo operativo del SISPOR puede variar de $ 0,80 a $ 2,0/cerda/mes para centrales que tengan de 2.000 a 10.000 madres, arrojando un costo/beneficio significativo.

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