Los avances genéticos en avicultura y porcicultura han producido líneas comerciales de mayor rendimiento productivo con una menor aportación de pienso. Sin embargo, la necesidad de alcanzar y mantener el potencial genético ha impulsado avances continuos relacionados con la nutrición. En este contexto, la alimentación, un punto de control importante para la rentabilidad, ha evolucionado y progresado tanto en términos de comprensión de la fisiología digestiva y el metabolismo, como en la evaluación más precisa de la calidad de las materias primas dietéticas.
Los avances en nutrición para monogástricos se ejemplifican claramente mediante la adopción generalizada de la energía neta, la proporción ideal de aminoácidos digestibles ileales estandarizados y el concepto de fósforo digestible, lo que permite que los nutricionistas puedan formular dietas óptimas y rentables. La aplicación de estos conceptos también ha estimulado enormes inversiones en investigación y desarrollo comercial en ingredientes de alimentos especializados, como los probióticos y ácidos orgánicos, entre otros.
Por el contrario, un tamaño de partícula gruesa aumenta la acidificación del estómago y el intestino posterior, lo que puede ser beneficioso para controlar la proliferación de patógenos entéricos como Salmonella y E. coli.
Pero existe un límite en cuanto a la finura del tamaño de partícula ya que la existencia partículas muy finas afecta negativamente a la salud intestinal y provoca:
La necesidad de lograr una alta calidad física y reducir los niveles potenciales de patógenos transmitidos por la alimentación, como Salmonella, ha llevado a la aplicación de temperaturas de acondicionamiento relativamente altas durante los procesos hidrotermales convencionales.
*Kiarie EG y Mills A. Role of Feed Processing on Gut Health and Function in Pigs and Poultry: Conundrum of Optimal Particle Size and Hydrothermal Regimens. Front Vet Sci, 19 (2019). doi: 10.3389/fvets.2019.00019