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Miguel Ángel Higuera
Director Asociación Nacional de Productores de Ganado Porcino (Anprogapor)

El término explotación puede tener connotaciones negativas cuando es aplicado a las personas, al referirse a situaciones de esclavización o de abuso laboral. Sin embargo, nada de esto tiene que ver cuando alude a la realidad de nuestras granjas. El veterinario trabaja por los animales que tiene a su cargo alojados en una granja; parece simple, pero todo está tomando un matiz complejo. La figura es la de “Veterinario de Granja”.

Marco normativo: veterinario de explotación y Plan Sanitario Integral

En el marco del Real Decreto 364/2023, se establecen las bases para el desarrollo de la normativa de la Unión Europea relacionada con la sanidad animal y las obligaciones de los titulares de explotaciones ganaderas. Uno de los aspectos más destacados de esta regulación es la figura del veterinario de explotación (granja) y su papel fundamental en la protección de la salud animal y la seguridad alimentaria.

Otra cuestión muy importante del Real Decreto 364/2023 es la implementación de un Plan Sanitario Integral en las explotaciones ganaderas. El veterinario de explotación (granja) juega un rol central en la elaboración, ejecución y supervisión de este plan. El Plan Sanitario Integral es un documento que detalla las estrategias y medidas para prevenir, controlar y tratar enfermedades animales en la explotación. El veterinario de explotación (granja) trabaja en colaboración con el titular de la explotación para adaptar el plan a las necesidades específicas de la misma. Esto incluye la vacunación, la desparasitación, la gestión de residuos y la bioseguridad. La importancia de este plan radica en su contribución a la prevención de enfermedades que podrían afectar tanto a los animales como a la salud pública.

Aspectos positivos

Los aspectos más positivos de la figura del veterinario de explotación en el RD 364/2023 son los siguientes:

• Promoción de la salud animal. Los veterinarios de explotación (granja) desempeñan un papel clave en la promoción y protección de la salud de los animales en las explotaciones ganaderas, lo que refleja la esencia de la profesión veterinaria.
• Contribución a la seguridad alimentaria. La supervisión de los veterinarios garantiza que los productos de origen animal cumplan con los estándares de seguridad alimentaria, lo que protege la salud de los consumidores.
• Participación en la prevención de enfermedades. Los veterinarios trabajan en estrecha colaboración con los titulares de explotaciones para establecer planes sanitarios integrales que previenen la aparición y propagación de enfermedades animales, lo que es fundamental para la sostenibilidad de las explotaciones.
• Rol en la bioseguridad. Los veterinarios asesoran sobre prácticas de bioseguridad, minimizando los riesgos de introducción de enfermedades y protegiendo la salud de los animales.
• Apoyo a la trazabilidad. Contribuyen a la trazabilidad de los animales y productos de origen animal, lo que facilita la identificación de posibles problemas y la rápida toma de medidas.
• Fomento del bienestar animal. Los veterinarios promueven el bienestar animal en las explotaciones, garantizando condiciones de vida adecuadas y un trato respetuoso a los animales.
• Profesionalidad y cualificación. La figura del veterinario de explotación aporta experiencia y conocimientos técnicos, asegurando que las decisiones se tomen de manera profesional y fundamentada en la ciencia.
• Prevención de enfermedades zoonóticas. La vigilancia de los veterinarios contribuye a la prevención de enfermedades zoonóticas, que pueden transmitirse de animales a humanos.
• Colaboración con Autoridades Competentes. Los veterinarios ayudan en la implementación de la normativa y colaboran con las autoridades competentes, lo que es esencial para el cumplimiento de los requisitos legales.
• Mejora de la imagen de marca. La presencia de un veterinario en la explotación puede ser percibida como un indicador de responsabilidad y preocupación por la salud de los animales y la calidad de los productos, lo que puede mejorar la imagen de marca del productor.
• Contribución al desarrollo sostenible. La labor de los veterinarios de explotación está alineada con los objetivos de desarrollo sostenible, ya que fomentan prácticas agrícolas y ganaderas responsables y sostenibles.

Aspectos no tan positivos

Sin embargo, hay aspectos que pueden resultar no tan positivos en la figura del veterinario de explotación del RD 364/2023 como puede ser:

• Carga de responsabilidad. Los veterinarios de explotación podrían sentir una carga significativa de responsabilidad al ser los principales responsables de la salud animal en las explotaciones ganaderas. Las decisiones que tomen pueden tener un impacto directo en el bienestar de los animales y la seguridad alimentaria.
• Interpretación y cumplimiento normativo. La interpretación de las regulaciones, especialmente cuando existen múltiples decretos y leyes que se superponen, puede ser complicada y generar conflictos en cuanto a qué normativa debe prevalecer en ciertas situaciones. En este aspecto, la relación con el RD 666/2023 y el RD 992/2022 va a ser crítica.
• Cumplimiento de plazos y documentación. La gestión adecuada de la documentación y el cumplimiento de plazos son fundamentales para cumplir con la normativa. Los veterinarios podrían enfrentar dificultades para mantener registros precisos y actualizados, lo que podría dar lugar a problemas legales y sanciones.
• Cambios constantes en la Legislación. Si las leyes y regulaciones están en constante cambio, los veterinarios podrían tener dificultades para mantenerse al día y ajustar sus prácticas de acuerdo con las nuevas normativas, lo que podría generar confusión y errores involuntarios.
• Relaciones con otras partes interesadas. La colaboración con otras partes interesadas, como autoridades sanitarias, titulares de granja y colegas veterinarios, podría generar tensiones y conflictos, especialmente cuando existen diferencias en la interpretación de las regulaciones.
• Sanciones y responsabilidad legal. Los veterinarios podrían enfrentar sanciones y responsabilidad legal si se determina que no cumplieron adecuadamente con sus obligaciones, lo que podría generar un ambiente de trabajo estresante y lleno de presiones.

Y un aspecto conflictivo…

Pero quizá el apartado más conflictivo que está generando más incertidumbre es el Punto 1.c del artículo 5: “En caso de detectar incumplimientos reiterados en materia de sanidad, higiene, manejo, bienestar animal o uso de antimicrobianos que puedan comprometer seriamente la salud o bienestar de los animales del establecimiento o de otros establecimientos, así como la fauna salvaje, comunicar dicho riesgo a la autoridad competente en materia de sanidad animal”.

Y, en este aspecto, si el veterinario solo puede recomendar, se le está exigiendo unas funciones no adecuadas al cargo y por lo tanto fuera de las competencias del ejercicio libre veterinario, ya que el control de los cumplimientos legislativos debería estar en manos de la Autoridad competente.

En definitiva, la figura del veterinario de granja es crítica y eje central de la seguridad, eficiencia y profesionalidad de la producción porcina española, y debe estar reforzada y protegida para conseguir un correcto y armonizado ejercicio profesional.

Este artículo aparece en el número 204 (enero-febrero de 2024) de Suis. Suscríbete aquí para tener acceso completo a este y otros contenidos de la revista.