Ana Granados Chapatte
Directora del European Forum of Farm Animal Breeders (EFFAB) y secretaria general de Farm Animal Breeding & Reproduction Technology Platform (FABRE TP)
En las últimas décadas, los programas de mejora genética animal han cambiado mucho gracias a los avances en ciencia e innovación. Un mejor y mayor conocimiento del funcionamiento de los mecanismos que rigen la fisiología animal y de su heredabilidad han ayudado a incrementar la cantidad y la calidad de rasgos en los programas de mejora animal. Y los avances tecnológicos han hecho el resto. Los programas de genética porcina han pasado de estar altamente focalizados en la producción de lechones y carne a una selección mucho más equilibrada, en la que cuestiones de salud, bienestar animal y medio ambiente toman un papel cada vez más importante. Y el futuro nos depara mucho más.
Palabras clave: Genética, Tecnología, Mejora animal equilibrada, Buenas prácticas, Code EFABAR.
Where is balanced genetic selection of the 21st century heading?
In recent decades, animal genetic improvement programs have changed greatly thanks to advances in science and innovation. A better and greater knowledge of the functioning of the mechanisms that govern animal physiology and their heritability have helped to increase the quantity and quality of traits in animal improvement programs. And technological advances have done the rest. Swine genetics programs have gone from being highly focused on piglet and meat production to a much more balanced selection, in which health, animal welfare and environmental issues take an increasingly important role. And the future holds much more for us.
Keywords: Genetics, Technology, Balanced animal improvement, Good practices, Code EFABAR.
La genética animal está basada en la capacidad de medir caracteres de manera fiable, acumular montañas de datos y analizarlos con métodos y modelos estadísticos complejos. Si algo se puede medir bien, directa o indirectamente, y tiene cierta heredabilidad, se puede se puede mejorar genéticamente. En el periodo de la segunda posguerra mundial la mejora genética se focalizó en procurar alimentos suficientes de alta calidad nutricional y seguridad inmejorable para el ciudadano europeo. El marco legislativo se focalizó en ello, bien a través de la Política Agraria Común, bien a través de un marco normativo que permitía aumentar la seguridad alimentaria.
Pero los tiempos cambian y las necesidades de la sociedad también. Hemos descubierto el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y hemos tomado conciencia de que el planeta tiene sus límites. Además, la gente en las cuidades ya no va al pueblo a hacer la matanza y está cada vez más desconectada del campo. El reciente barómetro de la Unión Europa sobre el bienestar animal dice que solamente el 6 % de los europeos tiene contacto con animales de granja. Las necesidades en materia de bienestar animal de los animales de granja y los ganaderos frente a las de la sociedad son en algunos casos divergentes y no siempre encajan. Los ciudadanos no siempre saben lo que pasa en las granjas y cómo piensan y actúan los ganaderos en materia de bienestar animal y preservación del medio ambiente. Por otro lado, la guerra en Ucrania y la pandemia del Covid-19 han puesto en juego la seguridad alimentaria y la capacidad de autoabastecimiento.
El sector de la mejora porcina tiene la responsabilidad de responder a los nuevos desafíos y a las necesidades de sostenibilidad de los ganaderos y la sociedad. La sostenibilidad no se limita al medioambiente, es el difícil arte de combinar a largo plazo la viabilidad económica de las granjas, con el respeto del medioambiente y aportando un valor social adecuado a la comunidad. En el caso de la ganadería, el respeto a los animales está implícito en el concepto de sostenibilidad.
Como decíamos en la introducción, la mejora genética animal ha dado grandes pasos gracias a un mayor conocimiento científico y al desarrollo de herramientas recientes como la genómica. Los programas de mejora porcina se han adaptado a los nuevos desafíos a los que se enfrentan los ganaderos y la sociedad, desarrollando lo que se denomina la mejora genética equilibrada. En oposición a la mejora genética en boga en la mayor parte del siglo XX, los programas de mejora equilibrada se basan en hacer progresar de manera conjunta y equilibrada nuevos y distintos objetivos de selección (figura 1).
La forma de poner en marcha todos estos objetivos de selección es distinta de una casa de genética a otra a, pero los objetivos son siempre los mismos o muy similares. Es lo que nos ha permitido publicar, desde el 2005, un manual de buenas prácticas del sector de la mejora genética europea, el llamado código EFABAR2.
EFABAR no tiene mayor pretensión que mostrar lo que ya está haciendo el sector y cómo este se ha desarrollado en los últimos años. Se basa en la mejora en torno a seis pilares: bienestar y salud, impacto medioambiental, uso de los recursos, seguridad alimentaria, calidad del producto y diversidad genética. El manual se renueva cada tres años para adaptarse a las novedades y al progreso del sector.
En el caso de la mejora porcina (figura 2), esta selección equilibrada (CODE EFABAR porcino) consiste en combinar objetivos de habilidad materna, rusticidad, prolificidad, peso al nacimiento homogéneo de los lechones, mejor supervivencia de los lechones con lechones fuertes y vigorosos, y madres con mayor longevidad. Asociados a la prolificidad y una mejor utilización del alimento se reduce el impacto medioambiental, se reduce el CO2 y la cantidad de nitrógeno excretado por animal cebado y se aumenta el número de lechones destetados.
También se incluye una mejor utilización de los recursos disponibles, como la capacidad a introducir nuevos alimentos en la dieta de los cerdos, que favorecen la economía circular, sin perder en eficiencia alimentaria.
Estos programas de mejora se adaptan al sistema del ganadero; no es lo mismo un sistema convencional con o sin parideras libres, o un extensivo como la dehesa. Los sistemas de producción, sobre todo, los de productos tradicionales, tienen también sus propios requisitos en cada país europeo. En ellos, la selección equilibrada es fundamental para seguir produciendo productos de alta calidad que respondan a un excelente estado sanitario y de bienestar de los animales, salvaguardando los recursos genéticos y respetando la economía de la granja y el medioambiente.
Este artículo aparece en el número 208 (junio de 2024) de Suis. Suscríbete aquí para tener acceso completo a este y otros contenidos de la revista.