Miguel Antona San Millán
Director general de Innoporc
La despoblación rural es uno de los principales desafíos a los que se enfrenta España. Dentro de esta realidad socioeconómica, el sector porcino es todo un referente en la empleabilidad del medio rural. Granjas e industrias suponen un importante incentivo al desarrollo de los pueblos y dinamizan la economía de estas zonas al conllevar una fuerte demanda en materias primas agrícolas e impulsar otras industrias auxiliares. Todo ello contribuye significativamente a frenar, e incluso revertir, las enormes pérdidas de población en algunas áreas rurales.
En los últimos años, el sector porcino español ha mostrado una gran resiliencia acometiendo una profunda transformación que le ha llevado a convertirse en líder europeo y referente mundial de lo que se conoce como “ganadería moderna”. Una ganadería profesionalizada, innovadora, respetuosa con la sensibilidad y necesidades de los animales y enfocada en la reducción del impacto ambiental y el cuidado del medioambiente. Esa condición de liderazgo es un importante revulsivo para atraer talento y contribuir a la dinamización de los pueblos. Actualmente, el sector está apostando por optimizar la profesionalización y capacitación técnica de sus trabajadores a lo largo de toda la cadena de valor, pues son un gran baluarte para continuar manteniendo el liderazgo mundial.
Sin duda, los empleados representan el activo más valioso de cualquier empresa. En el sector porcino, la eficiencia de una granja depende en gran medida del equipo humano. Por lo tanto, la gestión del talento y la motivación del personal son elementos estratégicos para garantizar la eficiencia de la producción y la sostenibilidad de la granja. El primer paso para establecer un modelo de gestión de talento efectivo es definir los pilares orientadores alineados con la filosofía empresarial. Es fundamental atraer y seleccionar candidatos que compartan la misión, visión, valores y objetivos de la compañía. Cada empleado debe comprender su papel en el proceso de producción y cómo su desempeño afecta el resultado final.
En este contexto, la gestión integral de recursos humanos es un proceso complejo, en el que resulta clave alinear a los equipos con la cultura corporativa de la empresa. Un enfoque que, sin duda, presenta desafíos significativos. Los métodos tradicionales de formación y recualificación a menudo resultan insuficientes, y la rigidez de la legislación laboral limita la flexibilidad en la gestión de personal. Además, la temporalidad y las altas tasas de desempleo prolongado, especialmente entre los jóvenes, son obstáculos añadidos.
La formación del personal es esencial para el avance y la profesionalización del sector porcino. El modelo actual de producción porcina difiere significativamente al de hace tres décadas. Y esto se debe principalmente a la implantación de nuevas tecnologías. Actualmente existen en el mercado herramientas de gestión basadas en aplicaciones que permiten mejorar la eficiencia en las granjas, lo que implica una cualificación digital del personal.
Los teléfonos móviles, tablets y ordenadores portátiles ya se han convertido en elementos indispensables en el día a día, reemplazando el uso del papel. Todo ello hace que las nuevas generaciones vean el trabajo en granja como una opción más atractiva que hace unos años. Además, la constante interacción con la tecnología tiene una ventaja indirecta: mejora el trabajo en equipo y, por ende, el ambiente laboral.
<h2>La motivación del personal, clave del éxito en la gestión de RR.HH.</h2>
Como gestores de Recursos Humanos, debemos crear un ambiente de trabajo basado en el respeto, la honestidad y la pasión. La motivación del personal desempeña un papel fundamental en el sector porcino. Es la fuerza que impulsa a los trabajadores a cumplir con sus responsabilidades, asumir desafíos y alcanzar objetivos individuales y de equipo. La verdadera motivación se manifiesta cuando los empleados sienten que están creciendo profesionalmente, comprenden el valor que aportan con su trabajo y disfrutan de su día a día. Para fomentar que el personal se involucre, el liderazgo activo y cercano es esencial para mantener relaciones laborales sólidas.
En este contexto, las estrategias de Recursos Humanos deben incluir programas de formación continua, especialmente en el ámbito de la transformación digital. Adaptar la función de captación de talento a los nuevos desafíos laborales es crucial. Además, el <i>employer branding</i> (la imagen de la empresa como empleador) desafía a las áreas de Recursos Humanos a comunicar los valores diferenciales de la organización para mejorar la experiencia del empleado y hacer que la empresa sea más atractiva. Un buen horario que permita la conciliación familiar y laboral, unos salarios competitivos, seguros privados de salud o retribución flexible son ejemplos de retención de talento que pueden marcar una ventaja competitiva con respecto a otras empresas del mismo sector.
Por su parte, las personas que trabajan en este tipo de empresas deben tener una serie de cualidades:
En definitiva, desde el área de personal se debe crear un ambiente de trabajo donde el respeto, la honestidad, la comunicación, el sentido de pertenencia y la pasión, formen la base de su núcleo. Todos estos ingredientes llevan consigo grandes dosis de motivación y resultados.
Este artículo aparece en el número 209 (julio/agosto de 2024) de Suis. Suscríbete aquí para tener acceso completo a este y otros contenidos de la revista.