Sara Díez
Responsable del Departamento de análisis y control de calidad de aguas. Labdial.
El agua es fundamental en las granjas, afectando directamente la salud y bienestar de los animales y la calidad del entorno productivo. La calidad del agua, basada en parámetros fisicoquímicos y microbiológicos, es básica en la hidratación de los cerdos y la higienización de equipos, evitando la contaminación cruzada. El agua también se usa para vehicular tratamientos fármacológicos y aditivos, por lo que es vital monitorizar parámetros como desinfectantes libres residuales, organolépticos (olor, color, sabor, turbidez), pH, conductividad, sales, dureza, oxidabilidad, amonio, nitritos, nitratos y metales pesados.
Palabras clave: calidad del agua, parámetros fisicoquímicos, parámetros microbiológicos, higienización, contaminación cruzada, bienestar animal.
Water quality control parameters in farms
Water is fundamental in livestock farms, directly affecting the health and welfare of the animals and the quality of the productive environment. Water quality, based on physicochemical and microbiological parameters, is crucial for livestock hydration and equipment hygiene, preventing crosscontamination. Water is also used to administer drugs and additives, so it is vital to monitor parameters such as free residual disinfectant, organoleptics (odor, color, taste, turbidity), pH, conductivity, salts, hardness, oxidability, ammonium, nitrites, nitrates, and heavy metals.
Keywords: water quality, physicochemical parameters, microbiological parameters, hygiene, cross contamination, animal welfare.
El agua es un pilar fundamental en las explotaciones ganaderas que tiene una repercusión directa en el entorno productivo. Debemos tener en cuenta una serie de parámetros fisicoquímicos y microbiológicos que permiten monitorizar la calidad del agua y detectar rápidamente desviaciones sobre las que poder actuar.
¿Qué impacto tiene la calidad del agua en las ganaderías? Se trata, sin duda, de un pilar fundamental. Además de ser la base de la hidratación del organismo, la calidad del agua tiene una repercusión directa en el entorno productivo, ya que afecta de manera rápida a la salud y bienestar de los animales.
Del mismo modo, el agua empleada en la higienización de equipos e instalaciones cobra también especial importancia, ya que debe garantizar su inocuidad a lo largo de toda la cadena alimentaria, pues una deficiencia en su calidad supone una fuente de contaminación cruzada.
El agua resulta además una herramienta de gran utilidad, no solo por ser uno de los principales nutrientes, sino porque se puede utilizar para administrar fármacos o aditivos necesarios para la dieta de los animales. Ahora bien, debemos tener en cuenta sus parámetros fisicoquímicos y microbiológicos para conseguir la máxima efectividad.
Existe toda una serie de parámetros cuyo control rutinario permite monitorizar la calidad del agua de una manera sencilla y económica, para de esta manera detectar rápidamente desviaciones sobre las que poder actuar.
Cuando se incorpora un desinfectante al agua, el primer proceso que tiene lugar es la oxidación de la materia orgánica presente, quedando posteriormente una fracción libre, que es la que realmente tiene poder desinfectante. Por ejemplo, en la adición de hipoclorito sódico, uno de los desinfectantes utilizado habitualmente, lo interesante es el control del nivel de cloro libre residual en el agua, un valor que debe estar entre 0,2 y 1 ppm para poder llevar a cabo una correcta desinfección. Por debajo de este nivel, tendrá lugar la proliferación de bacterias, o incluso la formación de biofilm, cuya eliminación requerirá tratamientos de choque más agresivos, con combinación de desinfectantes o su utilización en concentraciones elevadas. Pero concentraciones elevadas de un desinfectante provoca rechazo a la ingestión de agua debido a su olor, y con ello, muertes por deshidratación, o incluso quemaduras a lo largo del aparato digestivo.
Es por ello que la desinfección es uno de los controles que debe llevarse a cabo de manera rigurosa, independientemente del desinfectante utilizado.
Los parámetros organolépticos olor, color, sabor y turbidez pueden ser una clara evidencia de la incorporación de sustancias a lo largo de la red de abastecimiento, lo que indica fluctuaciones en la calidad del agua.
Parámetros como pH y conductividad junto con los parámetros organolépticos son los primeros indicadores de un cambio en la composición del agua de la explotación.
Sales como cloruros, sulfatos, fosfatos o carbonatos de calcio, sodio, magnesio o potasio, y otros minerales, son en mayor o menor medida en función de la especie, incorporadas a las dietas. Por tanto, conocer los iones que son aportados por la propia naturaleza del agua ayudará a optimizar mejor los suplementos a añadir.
Este artículo aparece en el número 209 (julio/agosto de 2024) de Suis. Suscríbete aquí para tener acceso completo a este y otros contenidos de la revista.