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Rut Menjón, Marcial Marcos, Marta Jiménez
Servicio Técnico MSD Animal Health
Muchas veces se pasa por alto un buen manejo de las nulíparas como un factor crítico de la vida media productiva de la cerda, la mayor oportunidad para mejorar esta ratio es mejorar la retención de las hembras P0 y P1. Las cerditas de recría son la base de una buena producción y dirigirán el éxito de la granja ahora y en el futuro. El manejo de las nulíparas comienza ya en el nacimiento y para tener un resultado con éxito se deberá tener un programa que identifique y elija las cerditas que proporcionaran las cerdas con mejores vidas productivas.
Al nacimiento debemos ya de confirmar la calidad de esta futura reproductora (mas de 14 tetas, salud, crecimiento, camada de origen, fenotipo, manejo de la lactancia, etc.). El peso individual al nacimiento será uno de los principales factores de riesgo: las cerditas con un bajo peso al nacimiento (< 1,1 kg) tendrán la supervivencia y el crecimiento comprometido, y las llevará a peores resultados productivos y menor longevidad. Un trabajo de Patterson señala que a la preselección de las cerditas sobre los 170 días de vida, basándose en el peso individual al nacimiento, la ratio de retención es del 61 % en cerditas con > 1.6kg frente a tan solo una selección del 38 % en las cerditas con un peso < 1,18 kg al nacimiento.
Parte de la variación en el rendimiento entre explotaciones e incluso dentro de estas se puede atribuir a la cantidad y calidad de la recría en su primer parto y está claro que para conseguir las condiciones asociadas con un alto rendimiento en la primera paridad, como el rendimiento de por vida y el coste de producción optimizado hay que seguir unas prácticas de manejo adecuadas (en alojamiento, alimentación, exposición al macho, detección de celo…) y unos requisitos en cuanto a peso, crecimiento medio diario, edad, nivel inmunitario, etc., que variará en función de la línea genética con las que se esté trabajando.
Llegaríamos, por tanto, una vez la cerda estuviese preparada y seleccionada, al momento en que pasase de prepúber a púber y comenzase su ciclo productivo con su primer celo. En general, podríamos decir que 145 kg con 225 días en segundo celo sería la cerda de reposición estándar. En la mayoría de las circunstancias, los productores reciben las cerditas cuando se encuentran en una etapa peripuberal del desarrollo sexual. Si estos animales tienen la edad adecuada y el peso corporal, su primer estro debe ocurrir dentro de un mes después de la llegada a la granja. Las cerditas normalmente alcanzan la pubertad aproximadamente a los 200-210 días de edad. Sin embargo, este vendrá influenciado por muchos factores intrínsecos y extrínsecos, como el genotipo, el medio ambiente y el contacto con él verraco.
El inicio del estro a menudo coincide con el transporte de animales hasta la granja destino: si la edad de las cerditas en el momento del transporte está cerca del inicio normal de la pubertad, aproximadamente el 25-35 % de estas mostrarán el celo dentro de la semana siguiente al transporte.
El contacto con el verraco será el principal factor para la inducción del primer celo. Es muy importante la edad de la cerdita para la eficiencia del verraco como estímulo de la pubertad. Cuando el contacto con el verraco se inicia cuando las cerditas tienen 4 meses de edad, la respuesta puberal es mínima y puede llegar a habituarse al estímulo del verraco.
Por el contrario, cuando la introducción del verraco se retrasa hasta el período cercano a la pubertad (6 meses de edad o más), la respuesta también se limita. Cuando la introducción del verraco se produce en torno a los 150-160 días de vida, tanto el intervalo desde el primer contacto del verraco a la pubertad y la edad en ser púber se minimizan, además de producirse una buena sincronización de celos. Estas observaciones pueden dilucidar el problema común de retraso de la pubertad en las cerdas de reemplazo. Debido a la edad a la llegada a la granja de producción, tal vez el contacto con los verracos se inicia demasiado tarde para estimular la pubertad.
Hay varias estrategias para conseguir incrementar el porcentaje de cerditas que salgan a celo en la edad adecuada, según la causa que produzca este retraso en la pubertad. Si el problema es el anestro por épocas de calor las soluciones pasarían por:
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