Puedes leer el artículo completo en la revista digital Repropig nº 9.
Sara Crespo Vicente
Veterinaria en Cefusa y Departamento de Fisiología de la Universidad de Murcia
El reemplazo de cerdas en las explotaciones de ganado porcino es de entre un 30 y un 55 % al año, por lo que la selección de futuras reproductoras es un componente muy importante en la eficiencia reproductiva de las explotaciones. Normalmente se trabaja con grandes grupos de nulíparas, que son estimuladas para la salida en estro para continuar con un flujo continuo de cubriciones sin alteración en el censo de la granja. La eficiencia reproductiva podría mejorar si existieran métodos efectivos de sincronización de estro en las cerdas de reemplazo.
La cerda doméstica es una hembra poliéstrica continua cuyo ciclo sexual se repite cada 21 días (18 a 24 días) excepto en épocas improductivas o de anestro. La ovulación es espontánea y múltiple (8-30 ovocitos en cada celo) y el ciclo ovárico es bifásico con una fase folicular en la que predominan los estrógenos y una fase luteal con dominancia de progesterona (P4).
El éxito en la estimulación del ciclo estral en nulíparas viene determinado por varios factores. Para conseguir un gran número de nulíparas sincronizadas al mismo tiempo la exposición al macho de recela se aconseja realizarlo cuando la mayoría de los animales alcanzan su pubertad, entre los 155 y 170 días (figura 1).
Sin embargo, hay que tener en cuenta que cuanto más temprana se realice la estimulación del celo, más días necesitarán las primerizas para su expresión (figura 2). Esta práctica debe ser monitorizada y registrada para controlar el número de celos que presentan las primerizas antes de su cubrición.
La estimulación temprana permitirá tener un número más reducido de primerizas en la explotación y un control más exhaustivo de edad de cubrición (alrededor de los 8 meses) y peso óptimo (145-160 kg), lo que implica una eliminación precoz de aquellos animales que no presenten estas características que posteriormente puedan implicar problemas de fertilidad en la explotación.
Antes de la realización de cualquier tratamiento hormonal de sincronización se debe conocer la fisiología reproductiva.
Durante la fase folicular inicial, la secreción de hormona luteinizante (LH) hipofisaria presenta un nivel bajo, mientras que la hormona foliculoestimulante (FSH) se encuentra en niveles elevados. Esta FSH provocará un aumento de la progesterona por parte de las células de la granulosa, mientras que la LH participará en la producción de andrógenos, siendo la progesterona y los andrógenos el sustrato para la producción de estrógenos (figura 3). Del mismo modo, las células de la granulosa presentan los receptores de prolactina, que modulan la esteroidogénesis de los folículos pequeños y medianos.
La fase luteal se caracteriza por la secreción de progesterona por los cuerpos lúteos. Su función consiste en inducir la proliferación del endometrio necesaria para la implantación y supervivencia de los embriones y el bloqueo de los folículos al impedir que se produzcan las descargas hipofisiarias de las hormonas gonadotrópicas FSH y LH.
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