Investigaciones de la Universidad de Warwick, Reino Unido, han incluido el análisis económico al evaluar las medidas de control sobre ciertas enfermedades animales. Se han centrado en la fiebre aftosa (FA), la tuberculosis bovina (bTB) y el virus de la lengua azul (VLA), para evaluar las prohibiciones sobre el movimiento del ganado como medida para controlar brotes infecciosos. La web de divulgación científica SienceDaily, ha revisado los resultados del estudio.
En Reino Unido, un brote de FA en el año 2001 provocó una prohibición casi total de movimiento de animales en un esfuerzo por prevenir la difusión de la enfermedad. Considerando que la industria ganadera depende del movimiento de animales para conseguir beneficios (entre granjas o de la granja al matadero), estas prohibiciones afectan seriamente a los ganaderos. Además, la industria del turismo rural puede también verse afectada por mensajes alarmistas sobre epidemias infecciosas.
Los investigadores del Instituto Zeeman (Investigación Epidemiológica en la Universidad de Warwick, Reino Unido), han publicado su estudio esta semana en la revista científica Nature Sustainability, con la conclusión de que este tipo de prohibiciones podría estas causando pérdidas económicas innecesarias. Los académicos consideran que las prohibiciones a nivel nacional (como las consecuentes a un brote de FA) o las de amplio alcance (como las que se suelen aplicar tras brotes de VLA) no ofrecen ventajas sobre prohibiciones de movimiento localizadas en cuanto al control de la enfermedad se refiere. Y estas prohibiciones a nivel local limitarían considerablemente el impacto económico negativo asociado a este tipo de medidas de control.
El razonamiento empleado para justificar estos resultados, basados en complejos modelos predictivos, es que mientras el movimiento de animales supone un riesgo para la difusión de la enfermedad a largas distancias, este riesgo es significativamente mayor para las granjas cercanas al foco de la enfermedad. Por lo tanto, las prohibiciones de movimientos aplicadas sólo a las zonas cercanas al foco infeccioso serían la estrategia que ofrecería más ventajas y menos inconvenientes. Los autores del artículo ejemplifican sus recomendaciones sobre el brote de FA en Reino Unido durante 2001: mientras que la prohibición nacional de movimiento fue una respuesta inicial apropiada a dicho brote (dada la dispersión generalizada de la infección), la aplicación de esta misma norma a un brote de VBT ocurrido en 2007 provocó daños económicos evitables en zonas no afectadas.
Por lo tanto, las prohibiciones de movimientos deben ser estudiadas en detalle no sólo a nivel epidemiológico sino también económico, pues existen casos en los que las soluciones óptimas podrían ser menos drásticas que las aplicadas en la práctica. Los investigadores sugieren que en el caso de la FA las prohibiciones afectando a radios de 15-60 km alrededor del foco podrían ser suficientes (algo mayores si no hay riesgo de pérdidas en el sector turismo), mientras que para los brotes de VLA no encontraron razones para implementar ningún tipo de prohibición de movimientos. Con respecto a la bTB, los investigadores concluyeron que los costes económicos de cualquier restricción de los movimientos animales superan con creces los beneficios epidemiológicos, y el testaje de animales en zonas infectadas sería la opción mas viable a largo plazo, desde un punto de vista económico.
Referencia:
- M. J. Tildesley, S. Brand, E. Brooks Pollock, N. V. Bradbury, M. Werkman, M. J Keeling. 2019. The role of movement restrictions in limiting the economic impact of livestock infections. Nature Sustainability, DOI: 10.1038/s41893-019-0356-5