En un rebaño lechero o de nodrizas es importante controlar si las vacas están preñadas o no, porque la gestación condiciona el nivel de producción futuro de la explotación. Por lo tanto, la confirmación precoz y fiable de la gestación, después de la inseminación o de la monta natural, es una parte esencial del manejo del rebaño. Si después de una inseminación se puede saber de forma rápida si la vaca no está preñada, se puede volver a inseminarla lo antes posible. De esta manera se reduce el número de días en los que está vacía y se controla el intervalo entre partos. Todo ello favorece la eficiencia económica de las explotaciones. Se estima que cada día vacío adicional cuesta hasta 4,5 €/vaca y día (French, 2003).
Por lo tanto, conocer el estado de las
vacas (preñadas o no) es esencial cuando
se desea gestionar un rebaño. Existen
varias técnicas para diagnosticar la
gestación (palpación, ultrasonido, pruebas
bioquímicas). Si bien la ecografía
y la palpación son bastante populares
entre los veterinarios, las pruebas bioquímicas
han evolucionado mucho en
los últimos cinco años y las innovaciones
producidas a menudo no son bien
conocidas. En el pasado, las pruebas
bioquímicas medían progesterona y
su fiabilidad era limitada. De hecho, el
valor predictivo positivo de los tests de
progesterona es de solo el 60-70 %, lo
cual es demasiado bajo para ser útil en
el campo (Seida, 1990).
Por otro lado, desde 2015 se comercializan
nuevos tests de gestación. Se
trata de pruebas ELISA basadas en la
detección de proteínas específicas de la
gestación llamadas PAG (Pregnancy Associated
Glycoproteins - plicoproteínas
asociadas a la gestación). Estas proteínas no tienen nada que ver con la progesterona;
las PAG son producidas por
la placenta y, por lo tanto, son propias
de la gestación, lo cual hace que este
método sea fiable.
Test de gestación asociado a glicoproteínas en leche o sangre: utilidades
Loïc Commun y Ana Manso
Albéitar nº 234. Abril 2020
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