Veterinarios, ganaderos y comerciantes han unido su voz para que Gran Bretaña alcance un acuerdo con la Unión Europea (UE) sobre las exportaciones de alimentos. Para ello han elaborado un informe donde proponen que se llegue a un nuevo acuerdo veterinario urgente y se introduzcan procesos simplificados para resolver las restricciones que actualmente paralizan las exportaciones hacia la UE, el mayor socio comercial de Gran Bretaña.
El parlamentario Roger Gale, miembro de la Comisión de Comercio y Negocios del Reino Unido, explicó que este informe “destaca los desafíos sistémicos que enfrentan los exportadores de alimentos y la necesidad de soluciones urgentes", y que ayudará con las recomendaciones que están desarrollando sobre cómo abordar las barreras actuales al comercio con la UE.
La comisión, integrada por varios partidos, examinó en detalle este un posible acuerdo veterinario entre la UE y el Reino Unido en su última sesión, donde participaron representantes de la Asociación Veterinaria Británica, el Consejo Avícola Británico, el Instituto Colegiado de Salud Ambiental y la Unión Nacional de Agricultores, entre otras instituciones.
Los exportadores británicos se han enfrentado a dificultades a menudo insuperables con la burocracia posterior al Brexit y la interrupción en la frontera entre el Reino Unido y la UE. La nueva relación entre Gran Bretaña y la UE a partir del 1 de enero de 2021 ha motivado que las empresas británicas se enfrenten ahora a numerosos nuevos requisitos impuestos a las exportaciones a la UE, incluyendo controles sanitarios y fitosanitarios internacionales que aumentan significativamente la burocracia, los costos y el tiempo.
Esto está teniendo un profundo impacto negativo en la cantidad de alimentos exportados a la UE. El ONS informa una fuerte caída en las exportaciones. De ahí que las distintas partes involucradas hayan elaborado este informe, en el que indican tres acciones para resolver el impacto negativo de la situación. Estas tres acciones son:
Nick Allen, de la Asociación Británica de Procesadores de Carne, apuntó que “la aplicación rígida pero inconsistente de las reglas comerciales de terceros países está erosionando la rentabilidad y la viabilidad potencial de exportar productos de origen animal a la UE e Irlanda del Norte, a pesar de las diferencias entre las normas alimentarias son prácticamente inexistentes". Para evitarlo, el informe pide al gobierno británico que se comprometa con la UE para construir un sistema que funcione para los exportadores y no contra ellos.