La evaluación del reglamento de protección de los animales en el transporte (Reglamento CE núm. 1/2005 de octubre de 2018) identificó dos aspectos sin resolver: el transporte de larga distancia de animales no destetados, y determinar el estado de gestación de las hembras para saber si son aptos para ser transportadas.
Por ello, los investigadores expertos del programa de Bienestar animal del Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA) han asesorado a la ANIT (Animal Transporte Inquiry Committee) analizando las necesidades del bienestar en el transporte de animales no destetados como los terneros y de hembras preñadas de ganado vacuno, ovino, caprino y porcino.
La información se publicó en un estudio del departamento temático de la Comisión ANIT que ofrece una visión general de los principales protocolos y directrices actuales aplicados a los Estados miembros de la Unión Europea y en terceros países. También destaca los principales problemas aún no resueltos, describe las mejores prácticas de bienestar animal en el transporte de animales no destetados y de hembras preñadas e identifica las principales condiciones para su correcta aplicación.
En este estudio se estudió el caso de terneros no destetados de entre dos a cuatro semanas de edad que realizan viajes de más de ocho horas por carretera o mar. A esta edad, los terneros experimentan un vacío inmunológico debido al cambio entre la inmunidad pasiva y la activa que compromete su salud y el bienestar durante y después del transporte. La cantidad del suministro y el momento en que se les da pueden no ser los adecuados. Aunque los terneros no destetados tienen una alimentación líquida (leche), siguen necesitando beber agua.
Por eso se recomienda un intervalo máximo de doce horas entre las tomas de leche -que puede variar en función de las condiciones del transporte-, proporcionando con tetinas de goma a 50-75 cm de altura para evitar el reflujo. También se recomiendan unas 3 horas de descanso para que tengan una correcta digestión y evitar problemas entéricos. Además, el informe indica que cuando haga calor y haya retrasos se suministre agua manualmente y se remoje el suelo.
Aparte de las condiciones del habitáculo y del ambiente durante el transporte, el informe también recomienda hacer una evaluación antes del transporte, ya que los terneros con heridas inflamadas, con signos respiratorios, deshidratados o subalimentados, no se han de transportar. Una de las posibles soluciones que apunta el informe para evitar mortalidades de estos animales es el transporte de terneros destetados, aunque complicaría la gestión a las granjas de origen.
En la UE las hembras que superan el 90 % del periodo de gestación se consideran vulnerables y no aptos para el transporte, es decir, presentan debilidades fisiológicas o proceso patológico que impiden su transporte sin sufrimientos indebidos. De ahí que el principal punto crítico del transporte es comprobar el estado de su gestación. Un método sencillo para determinar la duración de la gestación es mediante documentos con la fecha de inseminación o apareamiento.
También hay alternativas para el diagnóstico de gestación, pero algunos de ellos son invasivos, costosos y no aplicables en condiciones comerciales. “Por ello destacamos el estudio a seguir investigando para desarrollar un método que determine la edad gestacional durante la última etapa de la gestación cuando no está la fecha de inseminación o de cubrición”, explica Antoni Velarde, investigador del programa de bienestar animal del IRTA.
Por otro lado, existen alternativas para conocer la edad gestacional, como la ecografía, aunque actualmente los datos disponibles no permiten definir puntos de referencia fiables durante el período final de la gestación. Faltan pruebas científicas para determinar la adecuación del transporte según la etapa de gestación.
Según el estudio, se necesitan más investigaciones para establecer la edad gestacional en que las hembras corren un riesgo particular de sufrir un mal estado de bienestar durante el transporte y si se debe evitar. Además, también hay que determinar las condiciones del espacio y la comodidad para las hembras de diferentes especies ganaderas.