Una nueva investigación demuestra que mejorar la salud animal puede ser clave en la lucha contra la crisis climática. Este estudio sugiere que, al enfocarse en la salud del ganado, tanto los productores como los gobiernos pueden reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y, a la vez, mejorar los resultados económicos y el bienestar animal.
Un grupo internacional de investigadores ha propuesto un enfoque innovador para abordar el cambio climático mediante la mejora de la salud animal, sin necesidad de reducir el número de ganado ni la producción de alimentos. Según el estudio, la salud animal comprometida es una fuente significativa de emisiones de GEI en la ganadería.
La investigación, coescrita por la Dra. Frances Ryan de SEBI-Livestock, en la Royal (Dick) School of Veterinary Studies, destaca que infecciones comunes y enfermedades de producción, como parásitos, mastitis y cojera, son responsables de una gran parte de las emisiones. Sin embargo, estas cuestiones no se monitorizan tan de cerca como los brotes de enfermedades más graves y están subrepresentadas en los métodos actuales de contabilidad de GEI. Este descuido representa una oportunidad perdida para reducir las emisiones a través de la mejora de la salud animal.
Los investigadores han propuesto un método para medir y contabilizar la reducción de emisiones a través de una mejor salud animal. Esta solución ofrece beneficios tanto para el medioambiente como para el sector ganadero. La Dra. Frances Ryan subraya que "el ganado es crucial para el sustento de las personas en todo el mundo, especialmente en el sur global, donde desempeña un papel vital en la seguridad alimentaria. Mejorar la salud animal no solo reduce las emisiones, sino que también protege los medios de vida que dependen del ganado”.
Con la creciente presión sobre el sector ganadero para reducir su impacto climático, esta investigación presenta una nueva vía de mitigación que no implica la reducción del número de ganado. Al centrarse en la salud animal, los agricultores y los responsables de políticas pueden lograr una reducción significativa en las emisiones de GEI, mantener la producción de alimentos y apoyar los medios de vida de las comunidades ganaderas.
El estudio involucró a 16 investigadores de 14 instituciones en tres continentes. Este equipo multidisciplinario, compuesto por veterinarios, científicos animales y ecologistas, se reunió en un taller en Belfast para desarrollar estrategias que mejoren la contribución de la salud animal a la reducción de GEI y otras formas de contaminación.
El Profesor Ilias Kyriazakis, del Instituto para la Seguridad Alimentaria Mundial de la Queen’s University de Belfast, afirmó: "Mejorar la salud animal puede reducir de manera inmediata las emisiones de la ganadería y mejorar la eficiencia productiva, pero no se le da prioridad porque sus beneficios no están bien cuantificados. Proponemos un nuevo método para contabilizar estos beneficios y promover medidas que reduzcan el impacto de los sistemas ganaderos”.
La investigación ha sido publicada en la revista Proceedings of the Royal Society B. El Dr. Johannes Charlier, de Kreavet y el Consorcio Internacional de Investigación STAR-IDAZ SEBI-Livestock, señaló que "un ganado más sano puede generar una producción de alimentos más rentable y un mayor bienestar animal, además de mitigar los impactos ambientales. Nuestra hoja de ruta para la investigación ayuda a priorizar los esfuerzos para enfrentar este desafío global”.