Investigadores de la Universidad Estatal de Washington (WSU) han recibido una subvención de 800,000 dólares para desarrollar una vacuna más segura y eficaz contra Anaplasma marginale, un patógeno transmitido por garrapatas que causa pérdidas millonarias en la industria ganadera a nivel global.
El proyecto está liderado por la profesora Kelly Brayton, de la Facultad de Medicina Veterinaria de la WSU, y tiene como objetivo superar las limitaciones de las vacunas existentes. La nueva solución no solo será eficaz contra todas las cepas de esta bacteria, sino que también no requerirá almacenamiento en frío, lo que la hará más accesible en regiones remotas y con recursos limitados.
"Anaplasma marginale representa una seria amenaza para el ganado en todo el mundo, causando pérdidas económicas sustanciales y afectando la salud del ganado”, señaló Brayton. "Nuestro objetivo es proporcionar una solución práctica y efectiva que ayude a proteger al ganado de este debilitante patógeno y reducir su impacto económico”.
El Anaplasma marginale, transmitido a través de picaduras de garrapatas, puede causar anemia severa, enfermedades graves, abortos e incluso la muerte en el ganado. Solo en Estados Unidos, se estima que esta enfermedad cuesta a los productores de ganado unos 300 millones de dólares anuales. Las vacunas actuales no están aprobadas para su uso en Estados Unidos y presentan importantes desventajas, como su ineficacia contra todas las cepas de la bacteria y la necesidad de mantenerse a bajas temperaturas, algo poco práctico en muchas áreas.
El equipo planea desarrollar una vacuna de ADN, que utiliza un pequeño fragmento de ADN que contiene genes que codifican proteínas específicas, o antígenos, de patógenos como virus o bacterias. Cuando se introduce el ADN en el cuerpo, las células lo utilizan para producir el antígeno, lo que desencadena una respuesta inmunitaria.
A diferencia de las vacunas tradicionales que se basan en un solo antígeno, esta nueva vacuna introducirá un "cóctel” de 10 antígenos utilizando una pistola génica, un dispositivo que dispara partículas diminutas recubiertas con material genético en las células objetivo a alta velocidad.
"Muchas veces, las pruebas de vacunas implican un antígeno a la vez. Si no funciona, los investigadores pasan al siguiente. Pero combinar múltiples antígenos podría estimular suficiente inmunidad para beneficiar al animal”, explicó Brayton. "El uso de múltiples inmunógenos también hace menos probable que el organismo se adapte y evada la respuesta inmunitaria”.
Los investigadores probarán y refinarán inicialmente la vacuna en rebaños controlados antes de realizar ensayos de campo en Estados Unidos y Sudáfrica contra múltiples cepas de Anaplasma marginale. Una parte clave de su estrategia implica trabajar con desafíos por garrapatas, un método que imita las condiciones del mundo real más de cerca que los desafíos tradicionales por inyección.
"Creemos que los nuevos métodos que utilizaremos en este proyecto no solo serán prometedores para combatir Anaplasma marginale, sino también para el desarrollo futuro de vacunas”, añadió Brayton.
El equipo de Brayton incluye a los co-investigadores de la WSU, Jason Park y Massaro Ueti, así como a Nicola Collins de la Universidad de Pretoria en Sudáfrica. Este trabajo está respaldado por el Instituto Nacional de Alimentación y Agricultura del USDA.