Factores clave en la rentabilidad de una explotación de caprino lechero
La mejor forma de maximizar beneficios es minimizar costes
Antonio Rouco Yáñez
Profesor titular de Economía Agraria
Facultad de Veterinaria de la Universidad de Murcia
Imágenes cedidas por el autor
La rentabilidad no es otra cosa que el resultado final del proceso productivo. Si este resultado es positivo, la empresa gana dinero y ha cumplido su objetivo. Si este resultado es negativo, el producto en cuestión está dando pérdidas, por lo que es necesario revisar las estrategias, y en caso de que no se pueda implementar ningún factor corrector, se debería dejar de producir.
Una empresa hace dinero, y por ende es rentable, si satisface las necesidades de sus consumidores mejor que la competencia. Así, una explotación de caprino lechero debe estar orientada a producir con la mayor calidad higiénica y bromatológica. Dando esto por supuesto, y con el valor añadido aportado, las utilidades, la participación de mercado y el crecimiento vendrán por añadidura. El presente es una investigación de ciertos conceptos básicos para determinar la rentabilidad en explotaciones de caprino lechero.
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Hay que establecer una estructura de rebaño y mantenerla constante. |
¿Qué es rentabilidad?
Para definir qué factores intervienen en la rentabilidad de una explotación, en este caso de caprino lechero, previamente hay que tener claro cuál es el concepto de rentabilidad. Dando por supuesta la definición genérica que se da en la introducción; además entenderemos por rentabilidad la capacidad para producir o generar un beneficio adicional sobre la inversión o el esfuerzo realizado. De esta forma, se puede hablar de varias rentabilidades:
- Rentabilidad económica: medida sobre el total de recursos empleados para obtener los beneficios.
- Rentabilidad financiera: medida sobre los recursos propios empleados para obtener los beneficios.
- Rentabilidad social: medida sobre los beneficios relacionados del bien común de la colectividad. Más propia de las empresas públicas.
Teniendo claro este concepto y que el beneficio es la diferencia entre los ingresos obtenidos y los costes en los que incurrimos, es evidente que la rentabilidad, que debe ser positiva, solo tiene sentido si hablamos de beneficios positivos.
Por otro lado, está claro que la actividad a la que se hace referencia, una explotación de caprino lechero, pertenece a la esfera de lo privado, por lo que solo tiene sentido el hablar de rentabilidad económica o financiera.
Medición de la rentabilidad
Para medir la rentabilidad se deben conocer las siguientes variables:
- Inversión realizada: bien sea con recursos propios o ajenos. Se deben tener perfectamente presupuestados los recursos iniciales que es preciso emplear para poner en marcha la explotación (instalaciones, equipos de ordeño, ganado, mano de obra, etc.).
- Beneficio: el beneficio empresarial es la diferencia entre ingresos y costes. Es evidente que si se trabaja con un mínimo de racionalidad económica, el empresario de una explotación de caprino lechero querrá que su beneficio empresarial sea máximo, esto lo puede conseguir de dos formas:
- Maximizando los ingresos: vendiendo más producto al mismo precio, vendiendo el mismo producto a mayor precio o combinando ambos: vendiendo más producto a mayor precio. En cualquier caso, se va a depender de la variable “precio”, bastante incierta y totalmente dependiente del mercado, por lo que las estrategias de rentabilidad que se emprendan por esta vía no van a ser totalmente dependientes de la propia gestión sino de que el precio de mercado tenga una coyuntura alcista o de mantenimiento. Y ello independientemente de que en la explotación se comercialice leche fresca o derivados (quesos, por ejemplo). Por otro lado, si actuamos bajo contrato con una central lechera, es evidente que los precios tenderán al sostenimiento y solo servirá la productividad, es decir, producir más por unidad.
- Minimizando costes: esta estrategia es mucho más segura para aumentar los beneficios. Se pueden adquirir materias primas a mejores precios, rentabilizar la mano de obra, asegurar mayor productividad de equipos e instalaciones manteniéndolos en óptimas condiciones, mantener del efectivo ganadero en adecuado estado sanitario, etc. Todas estas variables dependen de la buena gestión de la explotación.
Maximizar los ingresos al tiempo que se minimizan los costes no es una opción, ya que generalmente un aumento de ingresos conlleva un incremento de costes. Está claro que tener una elevada rentabilidad pasa por aumentar el beneficio con los mismos recursos empleados en la producción, ya sean propios, ajenos o ambos.
Para maximizar el beneficio la estrategia más segura es minimizar costes. Si, ahora, tenemos en cuenta que los costes totales son la suma de los costes fijos y los costes variables, veremos cómo podemos minimizar los costes:
Costes fijos
Los costes fijos son aquellos en los que se incurre independientemente del nivel de producción, son los generados por los elementos de nuestro activo fijo.
- La tierra: que puede ser propia, en cuyo caso no genera costes porque la tierra no se deprecia, o ajena, en cuyo caso se incurre en el coste fijo de arrendamiento. La localización de la tierra también es importante, ya que puede hacer que se ahorren costes de transporte por su mayor o menor cercanía a los mercados o puntos de venta.
- Ganado: se necesita una estructura de rebaño y mantenerla constante (o aumentarla si se decide incrementar la producción). Evidentemente, el rebaño va a suponer costes superiores cuanto mayor sea su tamaño.
- Construcciones y maquinaria: naves, salas de ordeño, cercados, comederos, bebederos, etc. Todos ellos constituyen la estructura sin la cual no es posible producir. Los costes que se generen se medirán por la amortización de los elementos del activo, es decir, la parte de la depreciación que se asigna a cada uno de ellos en un determinado ejercicio económico. También se tendrá en cuenta el mantenimiento, indispensable para retardar la obsolescencia.
- Mano de obra fija: la mano de obra, si hay que contratarla, es otro de los costes que pueden tener muchas implicaciones en la rentabilidad y en la productividad. Tener mal dimensionada la explotación o tener mal estructurada la producción repercute negativamente en los costes al tener que contratar más mano de obra. Otra de las cuestiones que hay que evitar es tener mano de obra ociosa.
Costes variables
Estos costes van directamente ligados a la producción: alimentación, medicamentos, energía, etc. En este sentido, es muy importante gestionar las compras en momentos idóneos, tener capacidad de almacenamiento, negociar para conseguir buenas ofertas, etc.
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El rebaño debe ser de genética contrastada, de alta productividad por animal, con lactaciones largas y con buen rendimiento. |
Factores clave en la rentabilidad
Una vez explicados todos los conceptos y su medición, los diferentes factores clave son:
- Inversión o recursos puestos al servicio de la explotación para producir. Así, si se tiene que recurrir a fuentes de financiación ajenas, uno de los elementos clave es que podamos hacer frente a los sucesivos pagos que se van a generar, por ello es conveniente escoger bien los plazos de devolución: corto, medio o largo plazo. Al mismo tiempo se debe tener en cuenta el interés de la devolución del capital, no es lo mismo una operación de tipo hipotecario que otra planteada en función de un crédito o préstamo personal. Al final este tipo de operaciones son fundamentales no solo para asegurar la rentabilidad sino la viabilidad de la explotación, así que un buen asesoramiento es imprescindible.
- Beneficio: se debe tender a maximizarlo. Sin embargo, no se debe confundir el máximo beneficio con el aumento indiscriminado de la producción y, por consiguiente, de las ventas. Se tiene que operar en función de la escala que se adaptó en un principio. El incremento de la escala de producción manteniendo constante la estructura empresarial (mismas naves, misma maquinaria, etc.) suele conllevar un aumento de los costes por sobresaturación de los elementos del activo fijo, en mayor medida que los ingresos, y, por lo tanto, una disminución del beneficio. Ya habíamos comentado que la mejor forma de maximizar beneficios es minimizar costes, varios se plantean como los más importantes desde el punto de vista cuantitativo:
- Mano de obra: hay que rentabilizarla al máximo para evitar contrataciones innecesarias.
- Alimentación: se debe procurar que los piensos y materias primas empleadas sean de calidad, con un precio asequible y competitivo. Por ello, las estrategias de compra y almacenamiento son fundamentales.
- Ganado: Hay que dotarse de un ganado de genética contrastada, de alta productividad por animal, con lactaciones largas y con buen rendimiento.
- Construcciones, maquinaria y equipamiento: se deben dimensionar adecuados al nivel de producción. Es fundamental que la maquinaria y equipamiento sean modernos.
Bases para una producción rentable
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- Producir leche de calidad que responda a las necesidades del mercado.
- Valorar la oportunidad de reducir la vida útil y buscar el valor añadido a la cabra.
- Reducir los costes de producción sin perder la productividad, incidiendo en los más significativos.
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Bibliografía
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