Jiménez Granado [1], C. Díaz Gaona [2], V. Rodríguez Estévez [2] y M. Sánchez Rodríguez [2]
[1] Vet service pequeños rumiantes. Ceva Salud Animal
[2] Departamento de Producción Animal Facultad de Veterinaria de la Universidad de Córdoba
Imágenes cedidas por los autores
La práctica de lactancia artificial conlleva la separación, lo más precoz posible, de la cabra y el cabrito para evitar el establecimiento de la relación maternofilial, lo que favorece la adaptación a las tetinas de amamantamiento y a la conducta de succión (figura 1).
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Figura 1. Lactancia artificial de cabritos de raza Florida en slats. |
En los rebaños caprinos de razas lecheras especializadas la lactancia artificial es una práctica que está bastante generalizada, ya que el producto principal de estas explotaciones es la leche (75-85 % de los ingresos totales), en tanto que el cabrito es solo un producto secundario (10-15 % de los ingresos totales).
La lactancia artificial (LA) presenta una serie de ventajas frente a la lactancia natural en estas explotaciones:
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Figura 2. Lactancia artificial de la recría en cama caliente en Francia. |
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Figura 3. Lactancia artificial con cama caliente de cabritos de raza Majorera. |
Lógicamente, también existen algunos inconvenientes:
Los aspectos más importantes en el manejo del cabrito son el encalostramiento, el momento de separación de la madre y la adaptación del cabrito a la tetina.
La ingestión del calostro es muy importante en las primeras horas de vida, ya que de esta forma el cabrito se defiende de la hipotermia posparto, recibe inmunidad pasiva contra los gérmenes de su ambiente y expulsa más fácilmente el meconio.
La cantidad de calostro necesaria para proteger al cabrito varía entre 10-20 g/kg de peso vivo, pero hay que tener en cuenta que el intestino se hace impermeable a las inmunoglobulinas hacia las 12-24 horas después del nacimiento. Para evitar la hipotermia son necesarias mayores cantidades: 150 g/kg de peso vivo en las primeras 18 horas de vida.
Para la separación de la madre se puede optar por dos alternativas:
Con esta última modalidad se rompe el nexo con la madre de forma más radical, lo que permite una mejor adaptación del cabrito a las tetinas. Además, esta última técnica es imprescindible en programas de control de enfermedades de transmisión vertical, utilizando calostro pasterizado o calostro artificial (técnica recomendada en los programas de control de enfermedades como el CAEV y agalaxia contagiosa).
La adaptación del cabrito a la LA, especialmente a la tetina, exige diversas medidas de manejo que deben tenerse en cuenta para el éxito de esta práctica:
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Figura 4. Slats. |
En cuanto a la concentración del lactorreemplazante, generalmente los fabricantes aconsejan disolver 160-180 g/l de agua (concentraciones del 15-20 %), pero funcionan muy bien diluciones de 150 g/l de agua.
La temperatura de la leche reconstituida puede ser fría o caliente (38-40 °C), pero con la leche caliente hay una mejor adaptación del cabrito a las tetinas y se evita la pérdida de calor en los primeros días, mientras que con la fría se evita trabajo en el caso de las cubetas. Este dilema no existe en aquellas explotaciones con nodriza automática, ya que esta va a suministrar la leche de forma constante bajo los parámetros programados.
Otro factor muy importante es el número de tomas. Sin duda, lo mejor es la ingestión ad libitum de la leche recién hecha que proporcionan las nodrizas automáticas. Si se utilizan cubetas lo ideal son cuanto más tetadas mejor, pero por motivos obvios estas se ven reducidas a tres durante los primeros días para pasar a dos posteriormente.
Un sistema intermedio es la utilización de cubetas con leche que se les ofrece a los cabritos a libre disposición, pero con este sistema se tiene que trabajar con leches acidificadas y de muy buena estabilidad, para evitar la sedimentación de la misma.
Cuando se van a producir cabritos lechales, el destete y la venta se produce a los 30-40 días. No obstante, en razas de formato mayor, como la Florida, este destete y venta se puede producir ya a partir de los 20-25 días por la conformación que presenta.
Los cabritos para recría es mejor separarlos en otro lote e introducirlos en el concentrado de inicio cuanto antes para que vayan habituándose al consumo del concentrado y evitar así la crisis del posdestete (figura 5).
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Figura 5. Concentrado de inicio en la sala de lactancia artificial. |
Este momento vendrá determinado por el peso del cabrito, que deberá ser como mínimo unas 3,5 veces el peso al nacimiento; en función de la raza y del manejo este peso se puede alcanzar a partir de los 45 días, aunque lo habitual son destetes de la recría a los 50-60 días de vida.
Los piensos lacteados de inicio que se ofrecen en el mercado permiten hacer destetes más tempranos a partir del mes de vida, optando muchos ganaderos por el destete conjunto de los cabritos de sacrificio y recría.
En caprino es muy importante el descornado de la reposición en la mayoría de las razas de especialización lechera, que debe hacerse a los 15-20 días de vida para que resulte menos traumático y sea más efectivo. Se puede hacer mediante aplicación de productos caústicos o mediante cauterización del botón córneo con quemadores específicos. También se puede emplear el corte y cauterización posterior. Esta práctica limita la gran jerarquía existente en los rebaños caprinos y permite una ingestión más uniforme de los animales y un manejo más fácil.
La superficie promedio necesaria en los locales de LA es de 1 metro/4 cabritos, aunque posteriormente es mejor reducir a 3 cabritos para disponer de mayor espacio a medida que crezcan; también es muy importante que estén divididos en lotes de 30-50 cabritos como máximo. Cada lote dispondrá de bebederos y de un comedero para iniciarles en el pienso de arranque y facilitar el periodo de transición.
Las temperaturas óptimas varían con la edad:
El volumen de aire necesario varía entre 1 y 2,5 m³/cabeza en invierno y verano respectivamente, en tanto que la velocidad del aire no debe superar nunca los 0,5 m/s.
Si no se cumplen estas condiciones no debe nunca recomendarse la lactancia artificial, ya que el nivel de bajas se puede disparar muy por encima del 50 %:
Manual de Pequeños Rumiantes. Producción Animal e Higiene Veterinaria. M. Sánchez Rodríguez, V. Estévez Rodríguez y C. Díaz Gaona. Ed. Don Folio, I.S.B.N.: 978-84-15105-77-0, 616 p.
Effect of artificial Vs natural rearing on milk yield, kid growth and cost in Payoya autochthonous dairy goats. M. Delgado Pertiñez, J.L. Guzmán Guerrero, F.P. Caravaca, J.M. Castel, F.A. Ruíz, P. González Redondo, M.J. Alcalde. Small Ruminant Research 84 (2009), 108, 115.
Lactancia artificial en cabritos: Importancia del encalostrado, crecimiento y calidad de la canal y de la carne. A. Argüello Henríquez, Tesis Doctoral, 2000.
Influence of kid rearing systems on milk yield, kid growth and cost of Florida dairy goats. M. Delgado-Pertíñeza, J.L. Guzmán-Guerrerob, Y. Menaa, J.M. Castel, P. González-Redondo, F.P. Caravaca. Small Ruminant Research Volume 81, Issues 2–3, February 2009, Pages 105–111.