Joaquim Baucells
Centre Veterinari Tona SL
El periodo seco es una fase importante en la vida productiva de una vaca lechera. Su observancia condicionará la evolución en la siguiente lactación. Se trata de una fase de descanso y reparación del tejido glandular en la que destaca la interrupción de la secreción láctea, la formación de un tapón de queratina en el canal del pezón y una importante reducción del tamaño de la ubre.
La rápida y completa formación del tapón de queratina es primordial para minimizar el riesgo de entrada y colonización de bacterias en la ubre, especialmente en vacas con elevada producción, al inicio y al final del periodo de secado, fases con alto riesgo de generar nuevas infecciones.
La mastitis es la enfermedad con mayor relevancia económica en la producción lechera (pérdida de leche, tratamientos, trabajo extra, etc.), reduce la vida productiva de los animales, causa dolor e incide negativamente en el bienestar y la calidad de la leche de los animales afectados. Una correcta ejecución de la fase de secado es crucial para la mejora de la salud de la ubre y la profilaxis de la mastitis en la siguiente lactación.
En los últimos 50 años, el uso de terapia antibiótica intramamaria de secado (TAIS) ha sido una estrategia de éxito en la lucha frente a la mastitis (protocolo destacado en el Plan de los cinco puntos auspiciado por el National Institute for Research in Dairying —NIRD— en 1969 o las 10 recomendaciones del National Mastitis Council —NMC—, más recientes). La administración de TAIS a todas las vacas al inicio del secado ha sido una pauta generalizada que ha permitido mejorar la salud de ubre, reducir la prevalencia de mastitis clínicas (Hillerton, 2018) y prevenir nuevas infecciones.
Actualmente, la TAIS aplicada en sábana es el método más extendido para el tratamiento y la prevención de mastitis en el periodo seco: en los EE. UU. y Cánada se aplica en el 80 % y 88 % de los rebaños, respectivamente (Dufour et al., 2012; USDA, 2014); en Holanda, en el periodo 2005-2010 (Lam et al., 2013), el 90 % de las explotaciones utilizaban TAIS; mientras que en el Reino Unido se estima que en 2012 el 99 % de los rebaños lo usaban habitualmente.
En los últimos años se está planteando un serio e importante debate en numerosos foros profesionales y científicos (OMS, 2014) sobre las resistencias a los antimicrobianos. Estos hechos y la obligación de una mayor protección de los consumidores imponen un futuro más restrictivo en el uso de antibióticos, especialmente para las terapias profilácticas.
Aunque se considera que la producción del vacuno lechero es de bajo uso de antibióticos, la mayoría de los que se utilizan son para la terapia frente a la mastitis, ya que 2/3 de la terapia antibiótica intramamaria se destinan a la terapia profiláctica de secado (Kuipers et al., 2016). El sector productor está obligado a estudiar, revisar e implementar medidas alternativas al secado en sábana y reducir el uso de antibióticos, sin que ello afecte a la salud y el bienestar de los animales.