Oihane Alzuguren, Cristina Baselga, Gema Chacón
Exopol SL
La enfermedad viral bovina conocida como BVD, ocasionada por un Pestivirus, tiene una distribución global y es considerada una de las enfermedades más críticas del ganado bovino en todo el mundo. Esta patología tiene un impacto significativo en la reproducción, producción, crecimiento y salud del ganado bovino, lo que conlleva a un elevado coste económico en la industria ganadera. La transmisión de la enfermedad, especialmente de forma vertical, puede dar como resultado animales persistentemente infectados, lo que a su vez puede causar una propagación considerable dentro de la granja. Por lo tanto, la prevención y control de la BVD son fundamentales, y el diagnóstico temprano y preciso desempeña un papel crucial en este proceso.
Palabras clave: BVD, Pestivirus, ganado bovino, prevención
Early diagnosis: the key for BVD control
The viral bovine disease known as BVD, caused by a Pestivirus, has a global distribution and is considered one of the most critical diseases affecting cattle worldwide. This pathology has a significant impact on the reproduction, production, growth, and health of cattle, resulting in a high economic cost to the livestock industry. Disease transmission, especially vertically, can result in persistently infected animals, which in turn can cause considerable spread within the farm. Therefore, prevention and control of BVD are essential, and early and accurate diagnosis plays a crucial role in this process.
Keywords: BVD, Pestivirus, cattle, prevention
La diarrea vírica bovina (BVD) es una enfermedad infecciosa causada por un virus perteneciente a la familia Flaviviridae. Tiene una amplia distribución mundial y es considerada una de las enfermedades más importantes del ganado bovino, ya que afecta a la reproducción, producción de leche y el crecimiento del ganado causando un gran impacto en la economía de la granja y en la salud de los animales. Por esta razón, su prevención y control son fundamentales para la producción ganadera y la seguridad alimentaria.
El virus de la BVD, del género Pestivirus, se divide en dos genotipos principales.
Aunque los dos genotipos del virus de la BVD tienen una alta similitud genética, hay algunas diferencias en su patogenia y en la respuesta inmunitaria que producen. Se ha demostrado que los animales infectados con el genotipo 2 pueden producir una respuesta inmunitaria más fuerte y duradera que los animales infectados con el genotipo 1.
Ambos genotipos se pueden clasificar a su vez en biotipos. Esta clasificación depende de si son capaces de inducir la muerte celular (biotipo citopático) o no inducirla (biotipo no citopático). El biotipo no citopático puede infectar al feto y convertirlo en un animal persistentemente infectado (PI) y debido a la replicación constante en este individuo la cepa puede mutar y convertirse en citopática. La combinación de ambos biotipos en el animal tiene como resultado un cuadro clínico fatal denominado “enfermedad de las mucosas” con lesiones ulcerativas distribuidas por el tejido mucoso que provoca múltiples hemorragias y la muerte del animal.
La identificación y el seguimiento de los genotipos y subtipos del virus son importantes para entender la epidemiología de la enfermedad y desarrollar estrategias efectivas de prevención y control.
La principal transmisión del virus se realiza por contacto directo a través de animales infectados y sus fluidos corporales (secreciones nasales, orina, leche, semen, saliva y fluidos fetales), principalmente por contagio oro-nasal; pero también puede producirse por contacto indirecto a través de objetos contaminados, como equipo de ordeño, comederos y ropa de trabajo.
Además de la transmisión horizontal, hay que dar una especial mención a la transmisión vertical, es decir, transmisión de la madre al feto. Si la madre se infecta por primera vez durante los días 40 a 120 de gestación, el feto, que todavía no es inmunocompetente, se contagiará y dará lugar a un animal PI que presentará una inmunotolerancia al virus de por vida. Este animal se convertirá en una fuente importante de propagación del virus, ya que puede excretar grandes cantidades durante toda su vida mostrando signos clínicos leves de la enfermedad, convirtiéndose en una amenaza constante para la salud del rebaño. Por esta razón, la detección y eliminación de los PI es una estrategia crítica para el control de la BVD.
El periodo de incubación puede variar dependiendo de diversos factores:
La infección aguda de la enfermedad puede manifestarse de forma leve o subclínica, con síntomas como fiebre, apatía, disminución del apetito y reducción en la producción de leche. En algunos casos, también puede haber secreción nasal u ocular, lesiones orales y diarrea, aunque esto ocurre con menos frecuencia. La BVD causa supresión del sistema inmunitario debido a que el virus infecta y daña células inmunitarias, como los linfocitos, e inhibe la producción de citocinas, moléculas importantes en la respuesta inmunitaria.
Esta supresión inmunológica puede durar varios días o semanas, lo que aumenta la susceptibilidad del animal a otras infecciones bacterianas o virales oportunistas. En los animales PI, la supresión inmunológica es más grave debido a la replicación continua del virus y la presencia de altos niveles del mismo en la sangre y otros tejidos. En consecuencia, los animales PI tienen un mayor riesgo de infecciones secundarias y enfermedades relacionadas con la inmunosupresión. Por todo ello, el diagnóstico temprano y preciso de la infección es fundamental para controlar la enfermedad, prevenir la propagación y eliminar los animales PI.
Además, diagnosticar la enfermedad en el rebaño y controlarla es importante para reducir la antibioterapia utilizada frente a las infecciones secundarias, para así evitar la producción/aparición de bacterias con mayores resistencias a los antimicrobianos.