Boehringer Ingelheim comparte en su espacio Solomamitis un artículo que detalla cómo el uso prudente de los antibióticos implica poner el foco en la forma de optimizar la prescripción de estos medicamentos. El uso prudente y racional de los antibióticos implica poner el foco en la forma de optimizar la prescripción de estos medicamentos. El criterio para el uso de antimicrobianos es claro: solo debemos prescribir antibióticos en casos individuales, o prescribir el resto de antimicrobianos en casos grupales o individuales cuando se haya diagnosticado la infección. Además, en circunstancias excepcionales, se permitiría su uso profiláctico siempre que se cumplan condiciones estrictas y justificadas de acuerdo con la normativa.
Por lo tanto, un paso previo antes de la administración de antibióticos es el diagnóstico temprano, certero y específico. Solo así se puede justificar el uso de antimicrobianos.
Hay que insistir aquí que las directrices para un uso prudente de antimicrobianos, establecidas en medicina veterinaria (2015/C 299/4), recalcan la importancia de fundamentar cualquier prescripción de estos medicamentos en un diagnóstico que esté alineado con el conocimiento científico actual.
Para alcanzar este diagnóstico debemos basarnos en cuatro criterios:
El artículo completo está disponible aquí.