Un artículo publicado en la revista Science enfatiza cuáles son las características fundamentales que deberían tener los nuevos objetivos de la biodiversidad en su diseño y formulación con una trayectoria más sostenible y justa para la naturaleza y la sociedad.
Para ello, los ecosistemas, las especies, la diversidad genética y las contribuciones de la naturaleza a la gente necesitan objetivos específicos con un abordaje múltiple. Además, estos objetivos deben tejerse juntos en una red de seguridad y fijarse con un alto nivel de ambición.
Estas son las conclusiones del equipo internacional de 60 investigadores de 26 países dirigido por científicos de la Comisión de la Tierra, que evaluaron los objetivos propuestos por el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CBD) de Naciones Unidas para conservar la biodiversidad global de 2020 a 2030, y se preguntaron cuál es la evidencia científica que los respalda, cómo estos objetivos se refuerzan o socavan entre sí, y si una de estas facetas de la naturaleza podría servir como “atajo” para todas las demás.
En el estudio han participado las instituciones españolas Basque Centre for Climate Change (BC3), el Instituto de Ciència i Tecnología Ambientales de la Universitat Autònoma de Barcelona (ICTA-UAB) y la Universidad de la Laguna.
El resultado es una evaluación independiente, científicamente fundamentada y exhaustiva sin precedentes. “Esperamos que sea una herramienta útil en las negociaciones del CBD sobre una nueva estrategia para la naturaleza y las personas”, dice la profesora Sandra Díaz, investigadora del Consejo Nacional de Investigación (CONICET), de la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina, y autora principal del artículo.
El documento llega en un momento crucial: los incendios sin precedentes, las selvas tropicales convertidas en monocultivos y la sobrepesca en los océanos se suman a una pérdida de diversidad impactante e insostenible que amenaza las expectativas de un futuro mejor.
A pesar de esta amenaza, los objetivos que los países se han venido fijando hasta 2020 para detener este declive han fracasado en gran medida. Los formuladores de políticas, los científicos y los negociadores de los países se están preparando para acordar el próximo conjunto de objetivos de biodiversidad para el año 2030 en la 15ª Convención de las Partes en 2021.
Según los científicos, las naciones miembros del CBD podrían tener en cuenta tres puntos críticos al establecer y negociar los nuevos objetivos de biodiversidad:
El documento concluye que a menos que las diferentes facetas se contemplen juntas y que las ambiciones sean muy altas para cada una de ellas, hay muy pocas posibilidades de hacer la transición hacia un futuro mejor y más justo para toda la vida en la Tierra.
Para ayudar a cristalizar estas recomendaciones generales, los autores han elaborado una lista de verificación de puntos clave, sólidamente basados en la evidencia científica publicada, que los negociadores podrían tener a mano durante las próximas negociaciones del texto final de los nuevos objetivos de biodiversidad.
“Construir una red de seguridad lo suficientemente ambiciosa para la naturaleza y la gente será un gran desafío global”, dijo Díaz, “pero a menos que lo hagamos, dejaremos enormes problemas para todas las generaciones futuras”.
Los autores se han centrado explícitamente en los aspectos biológicos, pero destacan que no considerar las dimensiones sociales y políticas al implementar acciones sería una receta segura para el fracaso.