La fiebre del virus del Nilo Occidental ha aumentado significativamente su incidencia en toda la Unión Europea y particularmente en España, lo que pone de manifiesto la necesidad urgente de actuar para contener la amenaza de esta enfermedad.
Este gran aumento de la incidencia en la UE pone de manifiesto la necesidad urgente de abordar y contener la amenaza que representa en toda Europa, donde no existe un plan comunitario armonizado para contener el virus.
Por ello, el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) ha elaborado un informe en el que se identifican y evalúan los retos operativos y las necesidades que enfrentan los distintos países de la Unión Europea para la implementación de estrategias de control de vectores que den respuesta al virus del Nilo Occidental.
El documento incluye además una revisión de literatura sobre los conocimientos existentes y experiencia operativa acumulada sobre la eficacia de las prácticas de control de vectores para reducir el riesgo de virus del Nilo Occidental.
En esta revisión se identifican, presentan y discuten aspectos del control de vectores aplicados en escenarios operativos específicos para la gestión del virus.
El virus del Nilo Occidental representa actualmente una carga grave para la salud humana y animal en todo el mundo debido a su capacidad para dispersarse rápidamente y adaptarse a una gran variedad de entornos. El virus se mantiene y amplifica en la naturaleza en un ciclo entre aves y mosquitos, pero en ciertas condiciones puede extenderse a humanos y equinos, que actúan como hospedadores accidentales finales. Esta transmisión se produce a través de las picaduras de mosquitos, especialmente de Culex pipiens, especie autóctona y abundante en España que actúa como vector del virus.
En las últimas dos décadas se ha registrado un aumento y una propagación continua de casos notificados en humanos y caballos en la Unión Europea y países vecinos, con brotes importantes en países de Europa central y del Mediterráneo oriental, como Grecia, Serbia, Italia, Hungría y Austria.
Esta situación se precipitó en 2018 con una expansión geográfica del virus hacia el norte, un aumento extraordinario de casos humanos notificados (un total de 2.083 infecciones humanas, una cifra muy superior al total de 1.832 registrados en los siete años anteriores), y la posterior notificación de casos humanos autóctonos en 2019.
En 2020 la tendencia ha seguido siendo preocupante. Desde el inicio de la temporada de transmisión hasta el pasado 12 de noviembre se han notificado 315 casos humanos, incluidas 36 muertes, en Grecia, España, Italia, Alemania, Rumania, Países Bajos, Hungria y Bulgaria.
Es destacable que este año se han registrado nuevas zonas con casos autóctonos notificados por primera vez en Bulgaria, España (Badajoz), la región de Utretch en Países Bajos y en cinco distritos de Alemania. El número de casos notificados en España es de 77 y por el momento este año han fallecido siete personas debido al virus del Nilo Occidental.